6 estudios científicos que revelan cómo lograr una vida longeva y feliz

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el siglo XX marcó el inicio de uno de los fenómenos más transformadores de nuestro entorno personal y social: la llamada revolución de la longevidad.

Sucede que, a partir de 1950, la esperanza de vida no ha hecho otra cosa más que crecer. En 60 años y hasta 2010, en el conjunto de la población mundial la esperanza de vida ha aumentado 20 años, lo que ha permitido alcanzar un promedio de 66 años por cada habitante del planeta.

Esta tendencia, de acuerdo a lo establecido por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento, seguirá acrecentando para llegar a una media mundial de edad 10 años mayor, es decir alcanzando los 76 años.

Un grupo de 16 investigadores de Harvard University, MIT, Stanford University, Salk Institute, Buck Institute, Albert Einstein College y otras instituciones estadounidenses y europeas lanzaron la Academia por la Salud y la Investigación acerca de la Esperanza de Vida (Academy for Health and Lifespan Research, en inglés), organización sin fines de lucro para promover el trabajo futuro, facilitar las colaboraciones entre los científicos y asegurar que los gobiernos y las empresas tomen decisiones basadas sobre los últimos estudios científicos, en lugar de rumores, especulaciones o exageraciones.

Se lanzó recientemente la Academia por la Salud y la Investigación acerca de la Esperanza de Vida (Academy for Health and Lifespan Research en inglés), organización sin fines de lucro para promover el trabajo futuro relacionado a la longevidad (Shutterstock)

Se lanzó recientemente la Academia por la Salud y la Investigación acerca de la Esperanza de Vida (Academy for Health and Lifespan Research en inglés), organización sin fines de lucro para promover el trabajo futuro relacionado a la longevidad (Shutterstock)

Los enfoques médicos actuales relacionados con las enfermedades vinculadas con la edad buscan lidiar con las afecciones a medida que aparecen. Allí la medicina la combate -como sucede ahora con el nuevo coronavirus- hasta que otra aparezca en otro lugar, y el ciclo se repite con, en algunos casos, cada vez menos posibilidades de éxito y costes cada vez mayores.

Los científicos, sin embargo, empiezan a inclinarse hacia la idea de que para tratar efectivamente las enfermedades relacionadas con la edad, se debe apuntar a las causas, no a los síntomas. Esto significa que para acabar con las enfermedades relacionadas con la edad, se deben tratar las causas del envejecimiento directamente para que estas enfermedades nunca se desarrollen en primer lugar. Este campo de la ciencia se llama gerosciencia.

La medicina relacionada a cómo miramos y tratamos el envejecimiento ya está cambiando. Resta establecer el escenario público para la transformación que debe hacer la sociedad, ya que el aumento del período de salud significa que una población en crecimiento puede vivir una vida más saludable por más tiempo, a través de la concientización y la educación, brindando a las nuevas investigaciones una plataforma para su difusión y organizando conferencias y foros donde los líderes mundiales en el estudio de la longevidad se reúnan y compartan investigaciones y puntos de vista.