Algo que vale la pena leer: El Vendedor de Silencio.

El maestro Enrique Serna lo logró otra vez. Después de nueve novelas, tres libros de cuentos, incontables ensayos, cuentos infantiles y hasta una biografía de Jorge Negrete, tras su última narrativa publicada en 2014, “La doble vida de Jesús”, regresa en 2019 con una historia fascinante que demuestra la gran destreza y calidad narrativa del autor en la difícil técnica literaria del monólogo interior.

Sin duda alguna que “El vendedor de silencio”, (editorial Alfaguara, 485 páginas), es una novela que atrapa al lector desde la primera línea. Y vaya que seguramente los años de preparación dedicados a su escritura están redituando un buen resultado a su creador, puesto que el libro, apenas en venta a partir de septiembre pasado, ya se encuentra agotado.

La historia llama poderosamente la atención al narrar desde la intimidad de la voz personal, la vida de uno de los periodistas más influyentes de México durante las décadas de 1940 a 1970: Carlos Denegri. Considerado como “El mejor y más vil de los reporteros”, fue uno de los periodistas más hábiles y calificados del oficio, políglota, inteligente y conocedor, pero como todo buen villano, también creó leyenda en la otra cara de la moneda, misógino, borracho, déspota y sobre todo un maestro de la extorsión. De ahí lo acertado en el título de la novela, porque que más que una alabanza pública o un buen comentario, lo que mejor sabía vender Denegri era, su silencio. 

La experiencia narrativa en primera persona a partir de la conciencia del protagonista, permite llegar a los pensamientos y sentimientos más íntimos del personaje, lo que capta nuestra atención y nos sumerge por entero en la trama tal y como si presenciáramos los acontecimientos, narrados con destreza magistral y el justo ingrediente de detalles sin llegar a la exageración, no sólo en referencia a la vida íntima de Denegri, sino también, a la historia política, cultural y social de México desde principios y hasta mediados del siglo pasado.

Una lectura que vale mucho la pena considerar, porque como bien dijera el maestro Unamuno, “A veces, el silencio es la peor mentira”.

     

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.