Algo que vale la pena leer: Más que un cuento de navidad.

No fue a la escuela hasta que cumplió los nueve años, sin embargo, mucho antes de recibir instrucción formal ya había aprendido a leer. Era autodidacta. Su pasión favorita eran los libros, los leía por montones. Vivía en uno de los suburbios más pobres de la ciudad y soñaba con llegar a ser escritor. Cuando cumplió 12 años, su padre fue encarcelado. Tuvo entonces que empeñar su amada colección de libros, dejar la escuela y comenzar a trabajar en una fábrica de betunes para calzado.

Sus sueños de convertirse en gran escritor se esfumaban y el alma de aquel muchacho estaba triste. No tenía tiempo para leer y las condiciones de pobreza por las que pasaba eran deprimentes. Atesoró en su memoria fotográfica esas experiencias y las reservó en el cajón especial de sus recuerdos. Se resistía a pensar que el mundo tenía que ser así, pero en 1820 la pobreza imperante en Inglaterra, ponía de manifiesto que la única abundancia eran los pobres y mendigos.

Con el tiempo, finalmente logró cierto reconocimiento como escritor. Pero nunca olvidó su infancia, y entonces escribió un panfleto inspirado por los efectos de la revolución industrial en los infantes, pero aquello no parecía tener la fuerza suficiente para cambiar las cosas. Consideró una nueva estructura, quizá la de una novela corta o más bien la de un villancico donde se narrara a manera de estrofas, una denuncia en contra de la pobreza económica y del alma. Un día visitó un cementerio y en una lápida leyó: “Ebenezer Scrooge, hombre egoísta”. Y fue entonces, que un 19 de diciembre de 1843, terminó la obra que alcanzaría un éxito rotundo en el mundo entero hasta nuestros días.

Porque más que una simple obra literaria y de romanticismo nostálgico por las celebraciones decembrinas, es una denuncia a las condiciones de desigualdad y pobreza que desde la época y hasta la actualidad, siguen igual de vigentes. Aquel niño que soñó durante la infancia con ser escritor, y con su trabajo aportar algo para cambiar al mundo, se llamó Charles Dickens, y esa magnífica obra que todos deberíamos leer a nuestros niños en estas fechas: «Un cuento de Navidad».

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector. radioelitesaltillo@hotmail.com