Algo que vale la pena leer: Tercer nivel de conciencia

A pesar del avance tecnológico y científico, existe la posibilidad de una contradicción que nos lleva a pensar que estamos involucionando. Según Michio Kaku, físico impulsor de la “Teoría de cuerdas”, una de las características fundamentales, que nos ha dado evolución histórica como seres con una inteligencia superior a la de cualquier organismo vivo en el planeta, reside en que los humanos tenemos un “tercer nivel de conciencia”.

El primer nivel se refiere a simples percepciones y sentidos básicos de supervivencia. Para el segundo, hay emociones: felicidad, ira, miedo y capacidad de asociación en grupos. Y finalmente, el tercer nivel, dado sólo en humanos, precisa que partiendo de nuestro modelo de mundo somos capaces de realizar simulaciones de futuro. Planeamos, tomamos en cuenta el factor tiempo y programamos nuestras acciones en el rumbo de la vida. A un animal no le importa el mañana, ni se preparan para éste, su mundo vive en un eterno y feliz presente.

Ahora bien, la reflexión invita a pensar, ¿estamos aprovechando este nivel de conciencia para planear el futuro y actuar en consecuencia? La respuesta es que no, y se demuestra porque la gran mayoría vive tan sólo al día. No tener claro nuestro papel en un futuro, nos lleva a realizar desde actos temerarios, hasta desestimar el valor de la vida y el respeto por los demás. Por eso derrochamos recursos y llegamos al límite. La vida en un constante presente relativo resulta mucho más fácil, pero carece de valor. ¿Para qué aprender y esforzarse si todo ya se entrega hecho y desechable? Qué sólo algunos piensen por todos y otros cuantos hagan las cosas. Desdén, devaluación de la capacidad de asombro. No damos importancia a lo realmente trascendente, sólo un cinco por ciento de los seres humanos está aprovechando el privilegio de ese tercer nivel de conciencia.

Es triste que la mayoría se ufane de tener la conciencia limpia; pero por la única razón de no usarla nunca.

“El mundo no es, el mundo está siendo»  Paulo Freire

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.