Aquí en confianza

La inflación desbocada, pero somos felices 

En las tierras aztecas aun se lloraba a cantaros el antes anunciado deceso de la actriz, comediante, política y empresaria teatral, Carmen Salinas Lozano, cuando nuevamente “enmudeció el palenque” con la no tan sorpresiva muerte del charro de Huentitán y último gran exponente del ranchero mexicano, Vicente Fernández. El que fuera despedido con “Volver, volver” en voz de su hijo Alejandro , grabó más cien álbumes y una veintena de películas, además de recibir innumerables premios. La música del ídolo ha sido escuchada generación tras generación y es uno de los íconos que identifican a nuestro país en el mundo.

Antes de recibir la noticia sobre el fallecimiento del cantante, algunos de los que súbitamente se convirtieron en aficionados y expertos de la Fórmula 1; aquellos que evitan a toda costa quitarse la cachucha azul con vivos rojos en la que destaca el número 11 y el logotipo de Red Bull Racing; los mismos que aseguran conocer a Checo Pérez desde que era un crío, tuvieron que levantarse temprano la mañana del domingo para disfrutar del Gran Premio de Abu Dabi y ver colocarse en el lugar privilegiado del podium al holandés Verstappen en un dramático circuito, tras rebasar a Hamilton en la última vuelta. Otros, preferimos esperar la noche para ser testigos del cotejo futbolero en el que los “rojinegros” del Atlas se alzaron con la copa después de 70 años de sequía. Tras el alargue, llegó la tanda de penales; un soberbio cobro de Julio Cesar Furch venció al que se había convertido en el héroe sin capa bajo los tres palos del marco esmeralda, Rodolfo Cota. La narración del momento corrió a cargo de un emocionado David Medrano Félix, quien – entre lágrimas – cantó la victoria de los “amigos del balón”. Mientras esto ocurría, la chihuahuense Andrea Meza entregaba la corona del certamen Miss Universo a la representante de la India Harnaaz Sandhu, al tiempo que sus compatriotas festejaron por todo lo alto la hazaña de la feminista originaria de Chandigarh; por su puesto, el referido evento también contó con audiencia mexicana. Por si fuera poco, el pasado fin de semana no podía faltar la celebración de la “morenita del Tepeyac” y cualquier cantidad de festividades disfrazadas de posada. 

Mientras que en este valle de lagrimas nos entregamos a los acontecimientos propios de la época decembrina y los distractores en el mundo del espectáculo y los deportes no son escasos, el fantasma de la inflación se encuentra al asecho y amenaza con producir más sustos que “Sulley” en Mosters Inc.  

Ciertamente, el panorama económico no es nada alentador. México amaneció como el quinto país del mundo con el mayor incremento de precios al consumidor y el tercero de América Latina, solo después de Argentina y Brasil. El pasado mes de noviembre la inflación anual se ubicó en 7.73 por ciento, lo que significa el incremento más pronunciado de los últimos veinte años.  A la recién ungida Gobernadora del Banco de México Victoria Rodríguez Ceja – quien asumirá el cargo en enero del próximo año-  le espera una “novatada” de antología y tendrá frente a sí importantes retos al tratar de estabilizar los vaivenes en materia monetaria. Por lo pronto, con el propósito de palear los efectos de la creciente inflación, la Junta de Gobierno de Banxico se apresta para incrementar la tasa de interés por quinta vez consecutiva en lo que va del presente año. Como si faltara una cereza en el pastel, el PIB cayó 0.4 por ciento en el último trimestre después de haber registrado una ligera recuperación tras el devastador golpe de la pandemia. La suma de los mencionado factores hace que los expertos prevean para 2022 la cuesta de enero más complicada en las últimas dos décadas. Si ya de por sí iniciar el año siempre es difícil, el aumento en los precios de los productos, servicios e impuestos, impactarán irremediablemente los bolsillos de las y los mexicanos. 

Aquí en confianza, mientras las olas empiezan a agitarse para conformar el tsunami económico que se viene, en este país gustamos de celebrar a la Guadalupana y ver el futbol. Sin duda, las condiciones para el próximo año se antojan adversas, pero no se alarme amable y única lectora, pues el macuspano favorito y capitán de este Titanic navegando en gélidas aguas llamado México, asegura que para calcular el desarrollo de una nación  los indicadores tradicionales son obsoletos; por lo tanto, el PIB y la tasa de inflación anual deben eliminarse para dar paso únicamente a la medición de la felicidad y para ello “los hijos de la Malinche” nos pintamos solos. Ahí se los dejo para la reflexión.