Aquí en confianza…

El inconmovible Subsecretario

Aquel que fue ungido por el actual inquilino del Palacio Nacional para desempeñarse como zar mexicano anticovid; el epidemiólogo que pisó con firmeza el “gabacho” para especializarse en la prestigiosa universidad Johns Hopkins; el mismo que con su presencia mediática y aspecto desenfadado desafió a los galanes de telenovela convirtiéndose en el sueño recurrente de no pocas damas otoñales adictas a las redes sociales; el siempre bien fajado Hugo López – Gatell, nuevamente dio de que hablar en la escena pública nacional. 

No conforme con la falta de respuestas respecto a la efectividad de las diferentes vacunas frente a las variaciones del maldito coronavirus y cuando aun queda pendiente que se aclare al respetable (principalmente al gremio de los profesores) si el antígeno de la marca china Cansino está aprobado o no por la OMS, el todavía Subsecretario de prevención y promoción a la salud tuvo a bien subirse al escabroso tren del desabasto de medicamentos y, al hacerlo, toco uno de los aspectos más sensibles de esta problemática, el de las niñas y niños que no han recibido el tratamiento indispensable para combatir al cáncer que los aqueja. 

Las declaraciones de Gatell (como se le conoce en los corrillos de cualquier oficina gubernamental) no pudieron ser más desafortunadas. Así, sin tantita pena – dijera Don Alejandro Fernández – el mencionado doctor señaló que las quejas por la escasez de medicamentos para niños con cáncer eran un “tipo de narrativas de golpe”, que en América Latina se traducen en un “golpe de estado”. “Esta idea de los niños cada vez la vemos más posicionada como parte de una campaña más allá del país, de los grupos de derecha internacionales, que están buscando crear esta ola de simpatía en la ciudadanía mexicana casi golpista”, sentenció el Subsecretario, para luego continuar asegurando que “estos grupos agarraron de bandera algo que es socialmente muy sensible que es la niñez y el cáncer…”.

Las afirmaciones del “otro López” (como también lo llaman en los pasillos palaciegos) generan a la vez indignación e incertidumbre. La pregunta es sencilla: ¿faltan o no los fármacos necesarios para atender a las y los niños enfermos? Por que si el gobierno federal cumplió con su promesa de ofrecer soluciones ante la ausencia de medicinas, entonces las consignas no tendrían razón de ser; pero, si por el contrario, la población infantil sigue padeciendo al no recibir quimioterapias o cualquier otro tipo de tratamiento necesario para palear el grave mal, entonces no puede considerarse que el reclamo protagonizado por los desesperados padres sea el producto de una narrativa en contra de la 4T enderezada desde los obscuros sótanos de la ultraderecha, como lo sugirió el funcionario de marras. 

Lo cierto es que ha trascurrido más de la mitad del año y aun no se han adquirido los medicamentos demandados para este 2021. El cambio en los mecanismos para comprar los insumos médicos, bajo el argumento del combate a la corrupción, ha venido retrasando el anhelado abastecimiento de las farmacias publicas. De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, en México el remedio resultó peor que la enfermedad y son los pacientes los que pagan las consecuencias.  

Apenas a mediados del mes de junio, luego de que un numero considerable de padres de niños enfermos bloquearon el acceso a la terminal 1 del AICM,  el Presidente López Obrador utilizó una de sus conferencias mañaneras para garantizar que pronto habría medicamentos en contra del cáncer: “se está avanzando mucho, creo que para la próxima semana ya tenemos compradas todas las medicinas”, señaló el mandatario. En aquel momento los manifestantes fueron atendidos por los secretarios de Salud y Gobernación, quienes establecieron una fecha límite para cumplir el compromiso; sin embargo, los mentados tratamientos no llegaron.

Decirlo causa escozor y, debido a eso, poco se comenta: en México, tan solo de diciembre de 2019 a septiembre del 2020 (dato más actualizado), mil 650 niños y niñas perdieron la batalla contra el cáncer; por otro lado, en el referido periodo, se contabilizaron 4 mil 308 casos nuevos, de los cuales 3 mil 232 tienen un diagnóstico de fase avanzada. Mientras esto ocurre, el inconmovible Subsecretario continua guardando en su memoria los agradables momentos de sus vacaciones en las costas de Oaxaca (en pleno pico de la pandemia) o de sus reconfortantes caminatas por los parques de la Condesa (sin portar cubrebocas y a pocos días de haber resultado positivo a COVID), al tiempo que las trágicas muertes de niños y niñas que no recibieron el tratamiento requerido continúan engrosando la aterradora estadística. 

Aquí en confianza, por más que las autoridades insistan en la existencia de una campaña de desprestigio en su contra, la terrible realidad de la salud en México no puede (ni debe) ocultarse. Ahí se los dejo para la reflexión.

 

Iván Garza García