Aquí en confianza: El “tonito” que no gustó

Precisamente en estos tiempos en los que el petróleo azteca como la vida, en la canción del inolvidable guanajuatense José Alfredo Jiménez, no vale nada; en los que el perverso bicho de moda ha terminado por hundir a las monedas emergentes, siendo una de sus principales víctimas el vilipendiado peso mexicano, y las disposiciones de aislamiento social tienen al borde del colapso a miles de empresas, cuyos timoneles están haciendo hasta lo imposible por mantenerse a flote y conservar los salarios y prestaciones de sus trabajadores, una manita para abonar al rescate económico no viene nada mal; máxime, cuando el referido respaldo se sostiene con recursos provenientes del exterior. Pero, al parecer, no todos piensan de la misma forma.

Ante la terrible situación por la que atraviesan los empleadores en nuestro país, el Consejo Mexicano de Negocios acordó con el Banco Interamericano de Desarrollo, la realización de acciones concretas para la protección de miles de fuentes de empleo. Así, el pasado domingo se anunció con bombo y platillo (tampoco es que fuera para menos) que 30 mil micro, pequeñas y medianas empresas ligadas a la cadena de valor de grandes factorías, podrían acceder a créditos para lograr liquidez. El mecanismo de financiamiento estará a cargo del organismo BIDInvest, para lo cual se dispuso de 3 mil millones de dólares; según se afirmó, al tratarse de un fondo revolvente, éste permite que los recursos sean utilizados hasta cuatro veces en el año, por lo que la bolsa de apoyo llegaría a los 12 mil millones de dólares. 

Como era de esperarse, las medidas anunciadas se recibieron con beneplácito por parte del respetable; incluso, la noticia fue aplaudida por el Canciller Marcelo Ebrard y la Secretaría de Economía, Graciela Márquez. Pero, como no todo es miel sobre hojuelas y la contingencia sanitaria tiene a tirios y troyanos especialmente sensibles, el principal inquilino de Palacio Nacional no opinó lo mismo que sus subalternos.

Desde el estrado mañanero y ante la mirada expectante de propios y extraños, el presidente de los mexicanos calibró la mira, fijó el objetivo y lanzó el misil con el que desaprobó enérgicamente las gestiones llevadas a cabo por el empresariado mexicano. “No me gusta mucho el modito de que se pongan de acuerdo y quieran imponernos sus planes. ¿Cómo que se hace un acuerdo y que Hacienda lo avale? ¿Y qué? ¿Nosotros estamos aquí de florero, de adorno?”, espetó contrariado el mandatario.

Como si el horno estuviera para bollos, la nueva discordia entre las huestes de la 4T y los sector empresarial, empieza a cocinarse a fuego lento. Frente a las declaraciones que – a decir de especialistas – encontraron la simiente en un error de interpretación, las reacciones no se hicieron esperar.

Antonio del Valle consideró que el gobernante tuvo una confusión respecto al financiamiento con el que se pretende fortalecer económicamente a las MIPYMES. “No hay recursos del sector público ni se incrementa la deuda por este programa; es de operación privada”, aclaró el líder del Consejo Mexicano de Negocios, al tiempo que señaló que no se está buscando el aval crediticio de la SHCP, ya que – en realidad – para la operación del mecanismo no se requiere el visto bueno oficial.

Por su parte, Gustavo de Hoyos, dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, fue enfático al declarar vía Twitter: “Para enfrentar la crisis económica causada por el COVID -19, el presidente López Obrador no ayuda ni se deja ayudar. Pero si miente. El programa de financiamiento BIDInvest para 30 mil empresas no involucra (como dijo) recursos públicos. Acá estamos en modo de apoyo ¿y él?”

La polarización en el tema de los mentados créditos apenas comienza y ya enrarece el ambiente nacional. Por lo pronto, en los albores del conflicto, Javier Lozano, ex Secretario del Trabajo y ex Senador de la República, fue designado como vocero especial de la COPARMEX para la defensa del estado de derecho, con lo cual se asegura – por lo menos – un prolongado debate cuyos resultados son de pronóstico reservado.

Aquí en confianza, el airado reproche gubernamental a las acciones del sector empresarial a favor de sus agremiados, es para Ripley. Los empleadores mexicanos requieren con urgencia un salvavidas para preservar cientos de miles de empleos; si éste viene de un organismo internacional y las gestiones para obtenerlo no corrieron a cargo del gobierno, de todas maneras debe ser bienvenido.

Lo escribió Paco Ignacio Taibo II en Temporada de Zopilotes, al referirse – con afinado tino – a los principales acontecimientos de la llamada decena trágica que culminó con el asesinato de Madero y Pino Suárez: “Hasta en la tragedia hay espacio para el absurdo”. Ahí se los dejo para la reflexión.