Automóviles voladores saltan de la ficción a la realidad

Un estudio de Morgan Stanley apunta a que la industria de estas unidades, a diferencia de sus ‘hermanos terrenales’, podría valer casi 3 billones de dólares en 2040.

Los automóviles voladores, un elemento básico de la ciencia ficción, podrían aterrizar en el mundo real antes de lo que se imagina.

Los vehículos elegantes que flotan sobre sus hermanos terrenales, más caóticos y terrestres, son un elemento común en las historias de un futuro más avanzado tecnológicamente, que ahora podría no estar tan lejano.

Factores económicos y tecnológicos que se entrecruzan, tales como mayor eficiencia de las baterías, la inteligencia artificial y una mejor comunicación vía satélite, pueden ser los factores adecuados que potencien el desarrollo de los autos voladores, aseguraron analistas de Morgan Stanley este mes.

«Si es optimista con los automóviles autónomos, es hora de comenzar a mirar los aviones autónomos», afirmaron los analistas, entre los que se incluyen Adam Jonas, Ravi Shanker y Rajeev Lalwani, en una nota de investigación publicada en diciembre.

En muchos sentidos, un avión es «un problema de software más fácil de resolver que un automóvil autónomo», escribieron, y argumentaron que los drones se han utilizado en el Ejército de Estados Unidos durante años y ahora se están probando para la entrega de paquetes.

Además, los titanes de la industria de la tecnología llevan años incursionando en el campo. El cofundador de Google, Larry Page, respalda a Zephyr Airworks, un emprendimiento de autos voladores; mientras que Uber, Boeing y Airbus se han unido a un grupo dirigido por el Gobierno japonés para llevar vehículos aéreos al país durante la próxima década.

Los analistas señalaron además que Lockheed Martin está invirtiendo en vehículos de despegue y aterrizaje verticales (VTOL), tanto eléctricos como autónomos. Probablemente Northrop Grumman también esté involucrada, mientras que Raytheon y Harris están impulsando la tecnología de control del tráfico aéreo.

A favor de estos vehículos está que el efectivo también ha estado fluyendo a los emprendimientos. Page ha financiado a varios aspirantes a autos voladores, mientras que Sebastian Thrun –el fundador de Google X y el equipo de autoconducción de Google– ha apoyado a Kitty Hawk y sus compañías subsidiarias Cora y Flyer.

Pero aún no esperes abrir una aplicación y pedir un taxi aéreo. Si bien las condiciones son adecuadas para que el desarrollo se acelere, un ecosistema de «movilidad aérea urbana» todavía está lejos.

«Describiríamos el estado actual de la tecnología para aeronaves autónomas eléctricas como subdesarrollado, pero con rápidas mejoras en las áreas de sustitución de pilotos, seguridad y eficiencia», indicaron los analistas de Morgan Stanley.

El transporte de carga utilizando esta tecnología es una posibilidad mucho más cercana que el transporte de humanos, especialmente con drones más pequeños y livianos. Según los cálculos más optimistas de los analistas, este podría convertirse en un mercado global de 2.9 billones de dólares para 2040, mientras que las estimaciones más pesimistas lo valoran en unos 615 mil millones de dólares.

Algunas de las empresas con mejor exposición al mercado potencial de movilidad aérea urbana serían United Parcel Service, FedEx, American Airlines, Delta Air Lines, United Continental Holdings, Textron, Boeing, Lockheed, Northrop, Tesla, Lear Corporation, Adient , Seagate Technology y Hewlett-Packard.

Fuente: El Financiero