Suman 101 tortugas muertas en diferentes playas de Guerrero, por lo que la Profepa y otras autoridades federales y estatales se mantienen en alerta.
En un comunicado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detalló que se trata de 14 tortugas Golfinas (Lepidochelys olivacea), 86 tortugas Prietas (Chelonia agassizii) y una tortuga Carey (Eretmochelys imbricata).
La dependencia indicó que coordina y da seguimiento a la contingencia por la mortandad del centenar de tortugas.
La Profepa realizó recorridos por las diferentes playas donde aparecieron tortugas muertas y los inspectores encontraron que los animales no presentan ningún tipo de indicio ni marcas que se vinculen con actividades antropogénicas o que indiquen daños por alguna actividad relacionada con el arte de la pesca.
Detalló que por el avanzado estado de descomposición de los animales no fue posible la toma muestras, para determinar las causas de su muerte.
En coordinación con la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), la Profepa realizó recorridos marítimos con la finalidad de detectar el hallazgo de más ejemplares y en su caso, tomar muestras de alguno de ellos, pero sólo se encontraron restos de tortugas Prietas en avanzado estado de descomposición.
Entre las hipótesis de la causa de muerte está la proliferación de micro algas por la presencia de marea roja, que al ser ingeridas por las tortugas, puede causar intoxicación y paralizar el sistema nervioso, por lo que se solicitó el apoyo de la Secretaria de Salud para determinar si ha sido detectada en la región.
Además, se requirió el apoyo de Protección Civil Estatal para que se informe sobre las corrientes frías que puedan estar afectando las costas en la entidad.
Las tortugas muertas han aparecido en playas de los municipios de Cuajinicuilapa, Copala, Acapulco de Juárez, Coyuca de Benitez, Tecpan de Galeana y Zihuatanejo de Azueta.
La Profepa aclaró que los ejemplares de tortuga Prieta no llegan a anidar al estado de Guerrero, sino que lo hacen en las costas de Michoacán, por lo que es probable que los ejemplares hayan sido arrastrados por la corriente a las costas guerrerenses.
Fuente: PROFEPA