El derrame de 800 barriles se produjo en el Pacífico de Perú, uno de los mares más ricos y biodiversos del mundo, según la ONU.
Perú confirmó que en la víspera del miércoles se produjo un segundo derrame de ocho barriles de petróleo en el Pacífico, frente a una refinería costera que administra la española Repsol.
Ya se ha iniciado la “supervisión ambiental para verificar la responsabilidad de los hechos, el impacto generado y la implementación del plan de contingencia por parte de la empresa”, se indicó en un comunicado emitido por el organismo de evaluación y supervisión ambiental (OEFA).
Más tarde, la agencia supervisora del cumplimiento de la ley de las empresas de combustibles (OSINERGMIN), confirmó que se derramaron ocho barrilles de petróleo sobre el Pacífico de Perú, uno de los mares más ricos y biodiversos del mundo según Naciones Unidas.
OSINERGMIN indicó que el derrame “fue controlado por las barreras de contención, elementos absorbentes y skimmer que ya se encontraban en la zona como medida de seguridad”.
El vertimiento ocurrió el martes “cuando se realizaban trabajos previos al retiro” de un equipo de “colección y distribución submarina que permiten el paso de los hidrocarburos para la recepción o despacho”, según el OEFA.
El organismo añadió que “dicho retiro es necesario para determinar la causa” del primer derrame de alrededor 6 mil barriles de petróleo ocurrido el 15 de enero, horas después de una erupción de un volcán submarino cerca de Tonga.
La Marina de Guerra de Perú dijo en un comunicado que en un vuelo de inspección detectó una “mancha oleosa” de petróleo “en inmediaciones del terminal multiboyas” número dos de la refinería La Pampilla, administrada por Repsol. La terminal está mar adentro y permite recibir a barcos petroleros y trasladar combustibles mediante tuberías hacia la refinería que se encuentra en tierra.
The Associated Press se comunicó con Repsol y solicitó comentarios sobre el nuevo vertido, pero no obtuvo una respuesta al momento.
El primer derrame sobre la costa del Pacífico peruano frente a la refinería La Pampilla, administrada por la española Repsol, empujó a una crisis económica a unos mil 500 pescadores artesanales que extraen recursos de un mar con más de 700 especies de peces y 800 de moluscos y crustáceos.
El Financiero