¿Cómo debería combatir AMLO al crimen organizado?

 

El narcotráfico crece a pesar de AMLO. También la escalada de violencia en el país. En un par de años, si la tendencia sigue a la alza, el crimen organizado imperará en más regiones de México, no en menos. Los escenarios pintan para peor, no para mejor.

La teoría de AMLO para combatir el narco, es la siguiente: a grandes rasgos, se trata de un problema de pobreza y desintegración social. Si se combate la pobreza, se acaba el narco. Pero, ¿y si fuera otra teoría la que explicara mejor el problema del narcotráfico?

Una teoría nada popular es la del crimen organizado como torneo deportivo. O sea, el narco es un mercado. Como todo mercado, premia a los jugadores más eficaces, más productivos. Los criminales se disputan entre ellos el ascenso en la cadena de jerarquía. Al principio, en razón de los altos incentivos, entran a competir infinidad de actores buscando ganar el premio mayor (dinero fácil, poder, influencia social). Entran miles y miles. Cada uno de ellos pretende ganarle al contrario que tiene enfrente, sin importar el nivel de juego de los demás competidores.

Sin embargo, el aprendizaje de algunos competidores (no de todos) va eliminando a los jugadores con menos capacidad. Quedan para la siguiente ronda los más aptos, los que aprendieron a optimizar sus estrategias y tácticas delictivas sobre la marcha. Este fenómeno provoca que el mercado criminal se renueve constantemente. No para. Aunque se detengan o se maten a cada vez más delincuentes que han pasado a las etapas superiores del juego, el crimen organizado se perfecciona, se sofistica, aumenta sus beneficios.

A partir de esta teoría del torneo deportivo, ¿como debería AMLO combatir al crimen organizado? Primero, atacando los delitos menores (las primeras etapas del torneo como la extorsión, el asalto a mano armada, cobrar piso), para evitar que los criminales aprendan cada vez más y perfeccionen sus destrezas y habilidades. O sea, el gobierno de AMLO debería reducir los incentivos de los nuevos competidores que entran al torneo para que no optimicen su nivel de juego, como ha estado pasando desde hace 12 años. 

Si por el contrario, se combate exclusivamente a la cresta del narco, deteniendo a las cabezas ganadoras del torneo, como hasta ahora se ha hecho, solo se incrementarán los incentivos de los jugadores que vienen de más abajo. Así, la base de competidores seguirá ampliándose exponencialmente, con jugadores más capacitados, mejor calificados. Cuando AMLO abra los ojos, ya se le habrán colado los criminales hasta la cocina. Ojalá reaccione antes.