EDITORIAL: ¿Cuál es el problema entonces?

Increíble pero cierto, además de tratar de mitigar el pago de la gasolina cara y en la expectativa de que no suba el precio, o en su caso, de que baje, nos encontramos con otro problema muy grave, el desabasto. En estos días hemos visto en varios estados como Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, EDOMEX, entre otros, que se han quedado sin dicho combustible, por lo que sin duda, nos hace pensar una infinidad de teorías o explicaciones.

 

Llama la atención que dentro de las regiones del país que sufren escasez, está el estado de Puebla, lo que me arroja dos opciones, la primera, es un problema de logística en la distribución de gasolina en los ductos y la segunda, una jugada maestra para acabar con el huachicoleo, ya que este estado ha sido puntero de tal delito, por lo que al reducirse la gasolina, de alguna manera se obliga a las gasolineras a justificar si tenían inventarios falsos o no, para quedarse con este desabasto, mostrando y detectando si había gasolineras que vendían producto robado, no habría pipas qué robar y en estricto sentido las tomas clandestinas estarían secas.

 

¿Será entonces que el robo de combustible y la escasez, son figuras separadas o estratégicas?, me parece que es un buen factor de análisis, sin embargo, los ciudadanos son los que al final de todo seguimos pagando las consecuencias. Ahora bien, el desabasto también conlleva actos ilícitos, ya que en varios de estos estados, al surgir desabasto, los huachicoleros la venden a costos lógicamente altos, lo que sin duda, conlleva un impacto al sector automovilístico y de transporte, ya sea particular o privado.

 

Es muy importante esperar para ver qué efectos tendrá este desabasto, si es realmente una estrategia mediática para combatir el robo de combustible, o como dije anteriormente, un error de logística o técnico, convencidos de que en cualquiera de los casos, al final, somos los que pagamos, pero con la visión firme que al erradicar el huachicoleo, se contribuye para una mejor estructura de abasto y distribución de combustible, así como una mejora económica que se verá reflejada en el país.

 

Estoy consciente que un problema lleva al otro, si existe, como hasta ahora, un robo incuantificable de combustible, en algún momento debería existir escasez, pero imaginemos a qué grado de robo debemos llegar para que exista desabasto en un estado, por lo que entonces el huachicoleo se vuelve un delito de seguridad nacional, donde los grupos delictivos están coludidos con autoridades y trabajadores del sector.

 

Debemos tener en cuenta que en la mayoría de los estados que se tiene desabasto, son estados con problemas de robo de combustibles, por lo que es momento para reiniciar la estrategia de seguridad para el combate de este delito, así como los actores que lo influyen, se debe aprovechar este desabasto para transparentar la distribución, traslado y venta legal de gasolina, revisar los registros, ductos, áreas, etc., así como realizar un censo de manera adecuada a las gasolineras en sus inventarios, asimismo, que todos y cada uno de los gobernadores, alcaldes y funcionarios, unifiquen sus esfuerzos para abatir este grave delito.

 

Por su parte, es primordial explicar un poco lo que implica el huachicoleo, para 2004 el número de tomas clandestinas pasó a 102, ya en 2016, eran 6159 y en 2018 se registran 11240 tomas, por lo que es notoria la tendencia de crecimiento en 14 años, por lo que PEMEX tuvo derramas inimaginables de combustible, lo que implica pérdidas económicas y aproximadamente el robo de combustible produce al año pérdidas por 15 y 20 mil millones de pesos, esto con información de la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por lo que nos damos cuenta cómo este delito influye  de manera directa en las finanzas públicas del país, por su afectación directa en los ingresos tributarios, así como en materia de infraestructura y por supuesto ecológica, sin mencionar los demás delitos que esto propicia y el impacto que conllevan en la sociedad.

 

Es momento de que la SHCP, PEMEX, FGR, Estados, Municipios, Congreso, etc., trabajen de manera conjunta en una estrategia integral para erradicar de manera eficaz este grave delito, con acciones concretas, por ejemplo, en PEMEX se implementaron sistemas para medir la presión en sus ductos y así poder detectar el robo de combustible, pero esto no ha sido suficiente, por lo que debe hacerse un trabajo conjunto para poder tener resultados.

 

Por un lado, es importante crear cambios legislativos para proporcionar un marco jurídico más estricto para el combate del huachicoleo y por otro, una buena estrategia de seguridad en los estados más afectados.

 

Concluyo diciendo que el desabasto de gasolina tiene una gran cola que se ha venido arrastrando durante muchos años, debemos analizar si lo que sucede ahora es muestra de una estrategia maestra para erradicar el delito o simplemente es un error logístico, pero me parece que la infraestructura petrolera a estas alturas, no debe o no tendría por qué tener errores de esa magnitud, sin embargo, esto sería en el mundo ideal, pero si el problema entonces fuera técnico, me parece buen momento para pensar que hasta de esos errores se puede obtener un beneficio o un análisis, ya que sin gasolina por muy estructurada que esté la delincuencia organizada, no hay manera de ejercer este delito. Es el momento de analizar estrategias, cambios y legislaciones, pensar más allá de lo que significa el desabasto, que tal vez podría ser desabasto estratégico, no lo sé, hay mucho qué pensar, pero si esto pasa inadvertido, no se ve más allá de un simple desabasto técnico, no se toman cartas en el asunto, no se desprenden conclusiones beneficias para la nación, no se analizan los pros y contras, podría decir que no sé ¿cuál es el problema entonces?…

 

WFG