#EDITORIAL: La danza de la muerte en Nuevo León

Tengo restaurantes desde hace más de 10 años. No hemos abierto en estos meses de cuarentena; únicamente para dar servicio de comida para llevar. Queremos ser responsables con el grave problema de la pandemia.

 

Sin embargo, varios antros del Área Metropolitana de Monterrey sí tienen abierto día y noche, con mesas atestadas de clientes, y sin que las autoridades les digan nada.

 

¿Por qué? Simple: porque la autoridad decidió que todos los antros se pasaran al giro de restaurantes. Así de fácil: los antros son ahora “restaurantes”. O sea, son negocios esenciales (no se rían). De esa manera pueden abrir sus puertas. Moche por delante, desde luego.

 

Es absurdo que las escuelas y los salones de fiesta estén cerrados, para evitar contagios y los antros sí están abiertos. Solo uno ha sido multado por la autoridad (y ya se imaginarán por qué). Otros actúan impunemente.

 

Hoy, la autoridad ha decidido que multará hasta por 40 mil pesos a las familias que organicen una caravana de carros para celebrar un cumpleaños. No es una medida de salud, es una forma de recaudación vilmente cruel.

 

Así que ya saben los cumpleañeros: si se suben a un carro, no formen filas en las calles. Váyanse mejor a amontonar a uno de los cientos de antros abiertos y contagien a sus familiares, a sus amigos y a sus conocidos. Verán lo divertido que se siente no poder respirar hasta que se te colapsen tus pulmones, y mueras lentamente.