EDITORIAL: No los olvidemos

Un tema que es de vital importancia en nuestros días y uno de los antecedentes  principales de nuestra nación, son sin duda, los pueblos indígenas, que desgraciadamente son solo recordados institucionalmente, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas el 9 de agosto, establecido en 1994 por una resolución de la Organización de las Naciones Unidas, donde ahora si, todos se sensibilizan por las adversidades que presenta este sector.

 

Pero cuáles son estas adversidades, en primer lugar la tan lacerante discriminación, que se ve reflejada por la CONAPRED, la cual revela que el 44.1 por ciento de los mexicanos afirma que los derechos de los indígenas no son respetados ni respaldados, por otro lado encontramos la pobreza, que en muchos pueblos indígenas es extrema y que de acuerdo al CONEVAL, 72 por ciento viven en pobreza y un 26.6 en pobreza extrema, otro más se refiere a los servicios de salud y alimentación, por lo que el acceso a estos dos rubros están ligados y se tiene una gran dificultad para poder adquirirlos de manera eficaz, así como a la vivienda, que afecta a un 40 por ciento de la población indígena y, por último, la educación que afecta a más del 50 por ciento.

 

Sin embargo, podemos seguir mencionando más rubros como el acceso a la justicia, el trabajo, al agua potable y el propio respeto a sus usos y costumbres, por lo que en estricto sentido se debería adoptar la visión de la ONU, que señala que la fecha debería ser útil para “enaltecer el valor y la diversidad de las culturas y formas de organización social de las poblaciones indígenas del mundo, así como la necesidad de mejorar su situación, respetando plenamente sus características distintivas y sus propias iniciativas.

 

Debemos tener muy claro que este sector de la población no es menor, ya que está compuesto por más de 15 millones de indígenas, divididos en 56 grupos étnicos, hablando 364 variantes de lenguas, por lo que, si es reflejado a nivel nacional, corresponde a un 12 por ciento de la población total, por lo que es entendido en su totalidad que  no es una minoría.

Pero desgraciadamente la sociedad los orilla cada vez más a abandonar sus costumbres, su lengua, sus juegos, sus tradiciones, lo anterior, simple y sencillamente por buscar un poco de bienestar.

 

Un antecedente muy importante para dar una buena brecha a las comunidades indígenas, fue sin duda, el levantamiento zapatista en 1994, ya que surgió un cambio de paradigmas, con vías a caminar al multiculturalismo, donde se pretendía que la sociedad en general, debía convivir con todas las culturas indígenas, dando pié a una serie de reformas constitucionales, donde se establecieron derechos para los pueblos indígenas, elección de autoridades, hablar su lengua oficialmente, el respeto a sus usos y costumbres, así como organizarse económicamente.

 

Un gran paso a favor de los pueblos indígenas, se dio recientemente en la Cámara de Diputados, al expedir la Ley del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, reconociendo a las comunidades indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público, abrogando la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Entre sus cambios más significativos, señala que el ejercicio de su libre determinación, se definirán bajo el mejor concepto que de adapta a su cosmovisión, identidad e historia.

 

Algo que es muy importante señalar es que con esta Ley se crea el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, que sería descentralizado de la administración pública federal, con personalidad jurídica, autonomía operativa y patrimonio propio, teniendo sede en la CDMX, teniendo como objetivo, definir, normar, diseñar, establecer, ejecutar, orientar, coordinar, promover, dar seguimiento y evaluar las políticas, programas, proyectos, estrategias y acciones públicas, para garantizar el ejercicio y la implementación de los derechos de estas comunidades, velando por  así su desarrollo integral y por el fortalecimiento de sus identidades y culturas.

 

Estoy convencido que esta reforma es un gran avance para las comunidades indígenas, ya que en el recorrido de la historia no era atendidos y escuchados, por lo que con esta acción, se mostraría con orgullo a los pueblos indígenas, recalcando que este trabajo, fue paralelo y sustentado con los propios pueblos, por lo que está sostenida para las necesidades reales de las comunidades.

 

Me congratulo por que se hace justicia a todos ellos, se que es un comienzo que lleva tiempo, pero lo importante es que el primer paso está dado, ahora es responsabilidad de todos nosotros, seguir impulsando el respeto, los valores, la unión y la igualdad, con todos y cada uno de los indígenas, pero sobre todo saber que estos grupos, que han sido segregados por mucho tiempo, tienen un valor histórico para nuestra nación formidable, como los Nahuas en CDMX, Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca; los Mayas en Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Chiapas; los Zapotecas en la Sierra Zapoteca y el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; los Mixtecas de Guerrero, Puebla y Oaxaca; Otomíes de Hidalgo, Guanajuato, Puebla, Querétaro, Michoacán, Veracruz y EDOMEX; los Totonacas de Veracruz y Puebla; Tsotsiles, Tzeltales, Choles y Zoques de Chiapas; los Mazahuas del Noreste del Estado de México y Michoacán; Mazatecos al noroeste de Oaxaca; los Huastecos de Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo; los Purépechas de Michoacán; Chinantecas y Mixes de Oaxaca; Tlapanecos de Guerrero; los Tarahumaras y Rarámuris de Chihuahua, Durango y Sonora; los Mayos de Sinaloa y Sonora o los Chontales de Tabasco, solo por mencionar algunos, abonando que muchos pueblos indígenas han sido considerados como pueblos mágicos.

 

Debemos reconocer que los indígenas y sus pueblos, son sociedades y comunidades culturalmente diferentes, pero unidos en un solo territorio, México, ya que se definen por que la tierra en la que viven y sus recursos son su fuente directa de subsistencia, por lo que siempre estarán relacionados con su identidad, medios de sostenimiento, cultura y en su caso, bienestar espiritual y físico, es entonces que concluyo diciendo que nuestra riqueza cultural y nacional se define por mucho, en los indígenas, es un gran paso, pero no los olvidemos.