En el Pueblo Mágico de Metepec, Estado de México, se produce una obra de arte extraída de su propia tierra. Se trata del árbol de la vida, una imagen escultórica que representa tradicionalmente la escena bíblica de la creación, por la que está compuesta principalmente por elementos como Dios, el fruto prohibido, Adán, Eva y la serpiente. Sin embargo, con el paso de los años la creatividad ha permitido que se agreguen numerosos elementos y temáticas.
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Para elaborar los árboles, los artesanos de Metepec hace uso de técnicas de trabajo en barro que datan de la época prehispánica. La producción de figuras de barro en la región datan del año 1800 a. C. Mientras que el trabajo con pigmentos para su coloración llegó con la influencia olmeca en siglo VIII.
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Con la llegada de los españoles se destruyó gran parte del patrimonio cultural de los indígenas, quienes fueron evangelizados. A partir de entonces, el trabajo plástico se centró en personajes de la tradición católica, que recibieron aspectos ornamentales propios de las tradiciones originarias.
¿Cómo nació el árbol de la vida?
Aunque los árboles de la vida fue una tradición que inició en Izúcar de Matamoros, Puebla, es en Metepec donde la tradición se ha extendido, produciendo grandes artistas que con sus manos dan vida a esculturas magistrales y únicas.