El infierno de conseguir una cita en el SAT: “Hay gente que lleva casi un año buscando”

Por el tiempo de espera, los tecnicismos, la burocracia, o los errores, realizar un trámite ante el Servicio de la Administración Tributaria (SAT) siempre ha sido un proceso tedioso. Pero en el último año, desde la irrupción del COVID-19, se ha convertido en un auténtico infierno.

Cada dos semanas, se libra una batalla encarnizada en Internet por conseguir una de las citas que el organismo libera a cuentagotaspara acudir a sus oficinas. Cuando las emite, lo hace bajo un secretismo molesto, y la disponibilidad se agota en cuestión de minutos. Esta situación irrita y preocupa a los contribuyentes que deben realizar gestiones que solo pueden hacerse de forma presencial. Y en consecuencia, las quejas en Internet se acumulan.

“Por favor, mejoren su sistema de citas, sin firma electrónica no se puede facturar, y si no se factura no hay ingresos, por lo tanto no entran impuestos que el gobierno está dejando de percibir. En Ciudad Juárez es un verdadero caos”, escribió April Navarro en la cuenta del Twitter del SAT (@apriliskis).

“Citas para e.firma en Mérida”, comentó el usuario @Jose01602546.

“Por favor, urgen las citas, tengo mi RFC de empresa secuestrado”, pidió Luisa Barragán (@LuisaBarragan15).

“Necesitamos citas”, añadió Patricia Nicolás Flores (@Patricia_Niko).

Son solo algunos mensajes de la catarata de reclamos que recibe cada día la cuenta del organismo fiscal.

(Foto: Twitter @SATsincitas)(Foto: Twitter @SATsincitas)

Desde Monterrey, Luis Ramos comprende este sentimiento de frustración porque él también lo vivió. Luis es la persona que está detrás de “SAT sin Citas”, una cuenta de Twitter no institucional que en menos de un año ha conseguido más de 78,000 seguidores; cifra que aumenta cada día.

Gracias a los reportes ciudadanos, la página avisa a los usuarios cada vez que la agencia tributaria libera nuevas citas en cualquier parte del país. En entrevista telefónica con Infobae México, Luis Ramos explicó que creó la cuenta en junio de 2020, después de pasar semanas conectado a Internet, a la caza de una fecha para renovar su firma electrónica de forma presencial.

“Acá en Monterrey no había citas. Todos los días, a cada rato, entraba en páginas para ubicar una cita y no la encontraba. Vi una, pero en lo que estaba registrándome se llenó el espacio y me tuve que ir a Saltillo, Coahuila. Y dije, ‘no, ¿qué desgracia es esto?’ ¡No había citas! En mi caso era muy importante porque era para un proyecto. Si no tenía la firma no me pagaban. Era una cantidad de dinero importante y ocupaba la firma”, explicó el regiomontano, que estudia un posgrado en Economía en EEUU.

Enseguida supo que a lo largo y ancho de la República había muchas personas en su misma situación. Así fue como surgió la idea de abrir un perfil en Twitter para compartir de forma pública, gratuita y desinteresada la información que él encontraba. La cuenta creció en poco tiempo y se convirtió en la prueba más evidente de que existe un problema en la Administración Tributaria sobre el que no se había puesto el foco, a pesar de que afecta profesional y emocionalmente a miles de personas, y perjudica directamente a la economía formal del país.

La batalla por las citas

Cada mes, se unían a la página alrededor de 10,000 nuevos seguidores, y los mensajes de usuarios desconsolados se multiplicaban. Muchos necesitaban programar una visita al SAT de forma urgente. Detrás de cada queja, había una historia.

“Recibo bastantes mensajes todos los días de gente desesperada buscando citas por meses, o ya casi un año, que dicen ‘voy a perder mi beca del Conacyt’; o ‘estoy desempleado y no me dan trabajo porque no tengo la firma electrónica’; o ‘estoy empleado pero me van a dejar de pagar si no consigo la firma’; o ‘mi empresa no puede operar’… Hay gente que quiere entrar al Servicio Militar y le piden la e.firma […] Muchas son madres solteras, muchos son estudiantes, tienen que ayudar en sus casas… Historias muy desalentadoras que frustran al ver que no se resuelve el problema”.

Las trabas y contratiempos comenzaron con la irrupción de la pandemia. Al igual que otras oficinas del país, el SAT restringió el horario de atención y aforo en sus módulos para evitar contagios de COVID-19. Aunque Luis entiende que el organismo no quiere exponer a sus empleados, considera que la escasez de citas es preocupante, y la demanda se acumula sin que se tomen medidas eficaces.

“Yo estoy de acuerdo y la gente lo entiende: no pueden exponer al personal, no pueden tener aglomeraciones en las oficinas. Lo que se me hace muy injusto es que haya personas que ya llevan casi un año buscando una cita, y sean víctimas de abusos. Hay gente que tiene que viajar a otros estados. Hay gente que viaja a ciudades alejadas donde sí hay citas pero por eso mismo, porque nadie quiere ir a esos sitios”, opinó.

Aunque el problema se registra a nivel nacional, hay entidades en las que se acentúa. Por los comentarios que recibe de sus seguidores, ha detectado que Tabasco, Querétaro y la capital de Nuevo León, Monterrey, son los lugares en los que la situación es peor. También la Ciudad de México, donde se “requieren muchos servicios” por su densidad de población.

En cuanto al tipo de trámite, actualmente las citas más cotizadas son las que se programan para la firma electrónica, y para dar de alta a una empresa.

“Piden mucho firmas electrónicas, de primera vez y renovación. Sobre todo nos escriben bastante jóvenes que están buscando trabajo y que la necesitan para su cédula profesional. También para buscar un trabajo, por supuesto. Muchos que tienen becas del Conacyt piden la firma para que les puedan pagar”, explicó Luis.

“Hay muchas empresas, nuevas empresas, en lo que se refiere al trámite de inscripción de personas morales, que no han podido abrir. Dicen ‘no puedo abrir porque no puedo inscribir mi empresa en el SAT”, agregó.

Aunque hay gestiones que ahora ya pueden realizarse por Internet, como la renovación de la firma electrónica, muchas otras solo se pueden efectuar en las oficinas. Además, hay contribuyentes que no tienen Internet o no están familiarizados con estos procesos complejos, y se ven obligados a contratar a un gestor que los ayude.

Además de generar angustia, el déficit de citas es un sinsentido. Una herida que se auto-inflige el ejecutivo federal, al dañar la economía formal del país.

“Si el mismo gobierno restringe o limita la capacidad para que las personas se inscriban a la formalidad, pues es como ponerle un pie al crecimiento de la economía, del empleo, de los negocios, de los proyectos”, señaló el estudiante de posgrado.

Ampliar la capacidad de atención al público en el SAT, reclama Luis, permitirá apoyar el emprendimiento, mantener el empleo formal, y abatir los mercados negros que se dedican a traficar con las citas del organismo.

Por las múltiples quejas, el SAT llevó a cabo en las últimas semanas un esfuerzo por ampliar su capacidad de atención al público. Así lo dio a conocer en un comunicado publicado el 25 de marzo, en el que informó que dilataron sus horarios para brindar servicio a personas morales durante el período de Declaración Anual 2020 -que vence este 31 de marzo-. Sin embargo, estas acciones todavía son enclenques y muy insuficientes. Y para muestra, los 78,000 seguidores de SAT sin Citas, o las reacciones que los contribuyentes escribieron junto al comunicado del organismo en Twitter.

“Favor de liberar las citas para Campeche, no hay para solicitar efirma, persona física. Llevo dos meses esperando y nada”, escribió José Francisco Wong (@Fco_Wong).

“No hay citas disponibles”, se quejó César Enriquez (@Anasazi33Cesar).

“Hola, no he podido obtener cita para inscribirme en el RIF. Es imposible agendar cita desde hace más de cuatro meses y poder empezar el negocio. ¿Hay algún otro mecanismo para hacer este trámite?”, agregó Mónica Herrera (@herreranonis).

“No sé de quién sea la culpa, si de quien recorta presupuesto o no sé, pero es un desastre no puedo sacar una maldita cita desde hace más de un mes. En un pinche minuto que se trabó la página se llenó todo. El servicio es insuficiente”, denunció Alex C (@Claudia61494683).

“Liberen las citas, antes no se batallaba para hacer citas y trámites pero ahora es imposible. Pero es sí, quieren que el contribuyente cumpla, pero ustedes no mejoran el servicio. Cada vez están peor, ineptos de 4a”, comentó Marcela Rojas (@cpmarcelarojas).

(Foto: Twitter @SATMX)(Foto: Twitter @SATMX)
(Foto: Twitter @SATMX)(Foto: Twitter @SATMX)

¿Por qué el SAT no anuncia cuándo va a liberar citas?

El primer problema es que las citas son muy limitadas, y el segundo, que es un misterio cuándo se van a emitir. Nadie sabe el día, la hora, o en qué oficina se abrirán, y eso produce verdaderos trastornos y quebraderos de cabeza. Cuando los contribuyentes le reclaman al SAT a través de redes sociales y le exigen más información, la respuesta del organismo es siempre la misma: “Nuestras citas se liberan de manera constante, por lo que agradecemos te mantengas pendiente”.

“Mantenerte al pendiente significa estar todo el día a cada rato pendiente de una computadora, porque cuando se liberan citas duran en la mayoría de los casos minutos, y ya se agotan para dos semanas. Entonces, por eso para la gente es tan importante que se le notifique en tiempo cuando haya disponibilidad”, se quejó Luis Ramos.

Llegados a este punto, la pregunta es: ¿por qué tanto secretismo?

Aunque el SAT no ha aclarado públicamente por qué se niega a emitir avisos oficiales cuando abre fechas nuevas, Luis Ramos sospecha que la intención es evitar que se acaparen las citas. Y es que en la carrera que se libra en Internet para capturar una cita, no solo participan miles de contribuyentes particulares, sino también, contadores y coyotes.

Los contadores reservan citas para sus clientes, una situación que es comprensible ya que no todos los contribuyentes pueden perder horas delante de una pantalla esperando a que se produzca el milagro, y a veces, deben pagar a un profesionista para que realice la gestión. Pero el caso de los coyotes, es distinto. Para ellos, las cotizadas citas se han convertido en un negocio lucrativo con el que ganar dinero a costa de la desesperación de la gente.

“¿Por qué no avisar sobre la disponibilidad de citas? Porque si avisas, la gente que se dedica a acapararlas, las va a acaparar. Si tú te metes a Facebook y pones Citas SAT o en el mismo Twitter, hay mucha gente que cobra por gestionar una cita y me llegan bastantes mensajes de que ‘Me cobran 5,000′, ‘Me cobran 7,000′, ‘Me estafaron’”, denuncia el estudiante de posgrado.

El SAT conoce esta situación y ha tratado de perseguir los ilícitos, pero sus acciones, de nuevo, han sido inútiles.

En medio de este cóctel caótico de disponibilidad deficiente, recursos ínfimos, soporte técnico endeble y un mercado negro que prospera, la Administración Tributaria, desorientada y aturullada, la ha emprendido también contra páginas como la de Luis Ramos.Aunque él comparte los reportes de forma gratuita y desinteresada, y no gana “un peso” con la cuenta, el organismo fiscal considera que estas publicaciones también provocan acaparamiento.

“Desde luego yo creo que sí hay gente que lo hace. Y hay gente que ve un anuncio de nuestra cuenta y ya tiene sus 20 pestañas abiertas sacando citas. Pues eso lamentablemente sí ocurre, pero creemos que entre más gente se entere de cuándo hay citas pues menos necesidad van a tener de recurrir a estas personas. Que por cierto, no es nada seguro recurrir a ellos”.

En realidad, Luis Ramos hace un trabajo que le correspondería al SAT. No avisar de la disponibilidad ni crear herramientas efectivas para tal fin, es una insensatez: es injusto para el contribuyente, pésimo para la economía formal y rentable para el coyote. Y pensándolo fríamente, el acaparamiento y el mercado negro se producen porque la atención ciudadana en las oficinas del SAT es ridícula, comparada con la demanda.

“Ante eso, pues uno tiene que hacer algo, ¿no? Yo no lo he dicho, pero me gustaría aclararlo también: en el momento en que se regularice [la atención], yo cierro la cuenta y no hay necesidad de que exista la página, que esperemos que sea pronto. Yo le respondería al SAT que si quieren cancelar la cuenta no hay necesidad de hacerlo, simplemente si ellos anuncian disponibilidad, la cuenta no tendría razón de ser”.

Él invierte unas tres horas a la semana en su página, y le resulta muy gratificante, porque recibe numerosos mensajes de agradecimiento. No tiene ninguna intención de ganar dinero, no acepta regalos ni invitaciones por su ayuda, y sabe que su página se mantiene también gracias a las alertas que recibe de miles de ciudadanos alrededor de toda la República. Son una red.

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