El Papa pide a los padres que no condenen a sus hijos si tienen una “orientación sexual diferente”

La Iglesia católica vive una crisis entre los partidarios de normalizar la homosexualidad y los que creen que el Pontífice ha ido demasiado lejos

El papa Francisco ha pedido este miércoles a los padres que no condenen a un hijo que tenga “una orientación sexual diferente”, sino que lo acompañen y apoyen. En una catequesis sobre san José y la paternidad durante la audiencia general que se celebra cada semana, el Pontífice reflexionó sobre “los padres ante los problemas de los hijos” y, entre otros supuestos, mencionó a los progenitores “que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos” y los animó a “acompañarlos y no esconderse en una actitud condenatoria”.

Francisco siempre ha reprobado el rechazo a los hijos homosexuales en las familias y ha abordado el tema en varias ocasiones. En 2018, en el viaje de regreso de Irlanda, donde asistió al Encuentro Mundial de las Familias, los periodistas le preguntaron qué les diría a los padres de un hijo gay, y él respondió: “Ignorar al hijo o la hija con tendencias homosexuales sería una falta de maternidad y paternidad. Eres mi hijo o mi hija como eres”.

La doctrina católica no acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo y el Papa lo ha reafirmado en numerosas ocasiones, aunque sí se ha mostrado partidario de las uniones civiles que puedan garantizar a las parejas homosexuales derechos en materia de pensiones y asistencia sanitaria, o en cuestiones de herencia. “Son hermanos y hermanas y les tenemos que acompañar”, declaró en una ocasión, pero descartó nuevamente cualquier apertura de la Iglesia en lo relativo al matrimonio. Bergoglio también ha enviado notas de agradecimiento a los sacerdotes y monjas que atienden a los católicos homosexuales, lo que ha despertado las reticencias del ala más conservadora del catolicismo.

El año pasado, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se ocupa de las cuestiones doctrinales, ante las preguntas de algunos obispos, reafirmó que los sacerdotes no pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. “No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, todavía no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial”, se leía en el documento de la congregación. Esta decisión decepcionó enormemente a los católicos homosexuales.

En algunas parroquias de países como Estados Unidos y Alemania, los sacerdotes se han rebelado y han empezado a bendecir las uniones del mismo sexo en lugar del matrimonio, y también han pedido a los obispos que las institucionalicen de facto.

En cambio, el sector más conservador de la Iglesia ataca al Papa alegando que está dando señales contradictorias sobre la homosexualidad y confundiendo a algunos fieles.

Estados Unidos

El mes pasado, el Vaticano se disculpó con la comunidad LGTBI por haber retirado, sin explicación, de una de sus páginas web, dedicada a la preparación del próximo Sínodo de 2023 sobre la futura dirección de la Iglesia, la referencia a una asociación estadounidense que reclama una mayor aceptación de los homosexuales en la institución católica. Las sospechas iniciales sobre la retirada de la información de la web recayeron en la conferencia episcopal de Estados Unidos, que está encabezada por conservadores que a menudo se han revuelto contra el papa Francisco.

Bergoglio también habló en su catequesis de este miércoles de los padres que pierden a sus hijos por enfermedad o por accidentes de tráfico y de los que sufren ante los problemas escolares de sus vástagos. “Pensemos cómo ayudarles. Y a estos padres les digo: ‘No os asustéis. Sí, hay dolor. Mucho. Pero pensad cómo resolvió los problemas José y pedid a José que os ayude. Nunca condenéis a un hijo”, señaló el Pontífice.

Y también recordó cuando en Buenos Aires pasaba frente a las cárceles y veía las colas de personas que esperaban a entrar para visitar a los presos. “Había madres ahí que me daban mucha ternura: delante del problema de un hijo que se ha equivocado, está preso, no le dejaban solo, daban la cara y lo acompañaban. Esta valentía; valentía de papá y mamá que acompañan a los hijos siempre, siempre”, comentó el Papa.

El País