El proceso de destitución de EU pone en aprietos a los republicanos

La batalla que se libra en Washington por el procedimiento de destitución a Donald Trump , presidente de Estados Unidos, a raíz su proceder con Ucrania , se intensificó con la noticia de que hay un segundo denunciante ; además, el nuevo testimonio abre la posibilidad de que haya otras revelaciones que profundicen la crisis.

Sin embargo, casi todos los republicanos aprovecharon el receso del Congreso y callaron pese a que cada vez hay más pruebas de que Trump usó su poder para presionar a otro país para conseguir un beneficio político.

A algunos de los republicanos que salieron de su escondite les ha costado encontrar un argumento lógico para defender el proceder de Trump; sin embargo, el que la mayoría de los republicanos demuestre una falta de disposición a criticarlo evidencia que Trump tiene el control del Partido Republicano. Además, el ataque de Trump contra Mitt Romney, ex precandidato republicano a la presidencia y hoy senador por Utah, a quien tildó de «asno pedante», pone de relieve el precio que los republicanos pagarán por reprender al comandante supremo.

Mientras tanto, Trump participará esta semana en mítines en Minnesota y Louisiana, en donde probablemente destaque el poderoso apoyo de sus bases e intensifique la presión sobre cualquier republicano titubeante antes de que regresen a Washington, la próxima semana.

Los intercambios políticos de este fin de semana indicaron que pese a los dramas apenas creíbles de la semana, los esfuerzos febriles de Trump están logrando impedir que flaquee el apoyo de los legisladores republicanos, especialmente de cara a un posible juicio político en el Senado.

Sin embargo, los acontecimientos recientes también agudizan las interrogantes clave de este drama, mismas que son esenciales para el futuro de la institución de la presidencia y para la mismísima democracia estadounidense.

Dado que las pruebas ya se dieron a conocer, la pregunta ahora es si es permisible que un presidente use su poder, a veces en público, para presionar a otros gobiernos para que investiguen a oponentes políticos antes de las elecciones.

Priva la sensación de que la historia a través de la que las generaciones futuras juzgarán a los líderes de hoy se está escribiendo cada día.

Un segundo denunciante intensifica la intriga

El suceso más importante del fin de semana fue la revelación de que los abogados del agente de los servicios de inteligencia que desencadenó el procedimiento de destitución están actuando en nombre de un segundo denunciante .

El abogado Mark Zaid le dijo a CNN que esta persona trabaja en los servicios de inteligencia y que tiene información de primera mano que respalda las acusaciones del primer denunciante.

En la denuncia inicial se afirma que Trump abusó de sus facultades al instar a otro país —Ucrania— a investigar a un oponente estadounidense —Joe Biden— y que la Casa Blanca lo encubrió.

El nuevo denunciante podría hacerle un agujero a la defensa clave del Partido Republicano: que su predecesor tiene información de segunda mano sobre la conducta en cuestión que podría desembocar en la destitución de Trump.

Trump respondió rápidamente a la amenaza potencial del segundo denunciante en un fin de semana de tuits frenéticos que, en su mayoría, consistieron en relatos engañosos de la prensa conservadora.

«El primer supuesto ‘denunciante’ que tenía información de segunda mano malinterpretó casi por completo mi conversación telefónica; ahora se dice que van a ir a juicio y que vendrá otro ‘denunciante’ del Estado Profundo, también con información de segunda mano», escribió Trump la noche del sábado, 5 de octubre.

Luego de que se dieran a conocer los detalles del surgimiento de un segundo informante en los noticieros del domingo, 6 de octubre, Stephanie Grisham, vocera de la Casa Blanca, insistió en que nada ha cambiado.

«No importa cuánta gente decida llamarse denunciante respecto a la misma llamada telefónica —una llamada que el presidente ya hizo del conocimiento del público—, no cambia el hecho de que no ha hecho nada malo», dijo Grisham el domingo por la tarde.

El domingo, 90 ex funcionarios de seguridad nacional que sirvieron tanto a gobiernos demócratas como republicanos firmaron una carta abierta en la que aplauden que el denunciante haya seguido los canales judiciales adecuados y exhortaron al gobierno y a la prensa a proteger la identidad del denunciante, según reportes del Wall Street Journal.

Por lo tanto, la defensa de la Casa Blanca depende de que convenza a los electores de que la transcripción de la llamada telefónica de Trump con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no muestra lo que de hecho está claro: que le pidió a Ucrania un «favor» inmediatamente después de hablar de un futuro paquete de ayuda militar.

En mensajes de texto de funcionarios estadounidenses clave, que se dieron a conocer la noche del jueves, 3 de octubre, parece que se reitera que hubo un intercambio que indica que Trump consideraba que las concesiones a Ucrania dependían de que se investigara a Biden y de las teorías conspiratorias de que fue ahí y no en Rusia en donde se originó la interferencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.

Los republicanos andan de puntitas

La prueba política extrema a la que se enfrentan los legisladores republicanos en el drama del procedimiento de destitución se dejó ver en los programas de debates del domingo.

Trump atacó varias veces a Romney, aparentemente con la intención de asegurarse de que las críticas intensas del ex precandidato republicano a la conducta del presidente no se propagaran en el partido.

Sin embargo, Chris Stewart, diputado republicano por Utah, acusó a los demócratas de estar «alocados» con el procedimiento de destitución. «Han estado tratando de destituir a este presidente desde hace tres años. Tres años han estado buscando razones para quitarlo del cargo. Esto no los aflige», dijo en el programa Fox News Sunday. «Es terriblemente divisivo para el pueblo estadounidense».

Susan Collins, senadora por Maine, es una de los republicanos que se reelegirán en 2020 y que debe preocuparse por las bases pro-Trump de su partido y los electores más moderados en las elecciones generales. La complejidad de su situación se dejó ver en sus virajes discursivos.

El Bangor Daily News señaló el sábado que Collins dijo: «Pensé que el presidente había cometido un gran error al pedirle a China que se involucrara con la investigación a un oponente político. Es completamente inadecuado».

Sin embargo, Collins también se relacionó con los argumentos conservadores de que la investigación del procedimiento de destitución es demasiado partidista. Agregó que le preocupaba que Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, «interpretara mal y engañara a la gente», refiriéndose al contenido de la llamada del 25 de julio entre Zelenski y Trump.

«Espero que esto se haga con la seriedad que merece cualquier procedimiento de destitución», dijo Collins, según la televisora WABI.

Los legisladores como Collins estarán bajo una presión intensa la semana próxima, cuando regresen a Washington. Les será mucho más difícil evadir las preguntas sobre los acontecimientos de días pasados y sobre las revelaciones aplastantes que han marcado el escándalo de Ucrania.

Los demócratas se quejan de la ‘lealtad partidista ciega’ del Partido Republicano

La Casa Blanca no envió a ningún funcionario ni a algún miembro del equipo de abogados de Trump para defenderlo en los programas de debates.

Jim Himes, diputado demócrata por Connecticut, insinuó que el surgimiento de un segundo denunciante indica que los muros que rodean a Trump están empezando a desmoronarse

«La gente que rodea al presidente, los profesionales que están en el Despacho Oval, en la sala de situaciones, están viendo lo que pasa y finalmente están diciendo: ‘Dios mío, esto no puede seguir pasando’ y están alzando la voz», dijo Himes en el programa Face the Nation de la CBS.

Otro miembro de la delegación legislativa de Connecticut, el senador Chris Murphy, se quejó de que los republicanos están cerrando filas detrás de Trump pese a la gravedad de las acusaciones que enfrenta.

«Me asusta profundamente el posicionamiento que los republicanos decidieron tomar», dijo Murphy en Meet the Press, de la NBC. «El país entero debería estar asustado de que en un momento en el que necesitamos patriotas, lo que estamos obteniendo es lealtad partidista ciega».

Esta es la segunda semana de receso de la cámara baja y el Senado. Sin embargo, la investigación de los demócratas en el procedimiento de destitución seguirá adelante a toda velocidad.

Se espera que Gordon Sondland, embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, asista el martes, 8 de octubre, a rendir testimonio a puerta cerrada ante tres comisiones clave de la cámara baja.

Sondland estaba incluido en una serie de mensajes de texto en los que se muestra que una posible investigación del gobierno ucraniano sobre las elecciones de 2016 estaba relacionada con la concreción de una reunión de Zelenski con Trump.

Nicky Robertson, de CNN, contribuyó con este reportaje.