Elevan costos del NAIM, organizaciones piden revisar presupuesto

Frente a la discusión del futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la organización Poder hizo un llamado a la Secretaría de Hacienda para que solicite al Grupo Aeropuerto de la Ciudad de México (GACM) un nuevo estudio de costo-beneficio de la obra, ya que con los datos actuales del costo total de la obra muestran que es inviable.
En la presentación de su plataforma Torre de Control, Julieta Lamberti, investigadora de Poder, luego de una revisión de los números y los análisis financieros del GACM, dijo que había un desfase de los números y los costos de Hacienda y del GACM.
Estos datos ponen en duda que la segunda parte del NAIM sea financiable. “Si se actualizan los costos es inviable. Porque han aumentado casi 69 por ciento su costo más el retraso en su construcción. El proyecto, según la ley, es inviable según el indicador de la Tasa Interna de Retorno Social […] El proyecto será más costoso para la sociedad que los beneficios que podría traer. Hacienda debe pedir al Grupo que actualice el estudio de costo beneficio, porque sí es inviable es una pérdida de dinero”, agregó.
Sobre el financiamiento y la licitación de las obras, Eduard Martín-Borregón, también investigador de Poder, señaló que el GACM ingresó en una sola caja los recursos públicos y privados, por lo que no es posible revisar el uso de los recursos y si el dinero se reparte de forma uniforme.
También encontraron dudas en el dinero que recibió la Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para la compra de terrenos al Estado de México identificado como “obras sociales” y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para los estudios de inversión.
Reiteraron que de entre las más de 500 empresas que ganaron algún proyecto, hay una concentración de ganadores entre cinco empresarios: Bernardo Quintana, Carlos Slim, Carlos Hank, Hipólito Gerard y Olegario Vázquez Raña.
La organización ha señalado en diversas ocasiones que la construcción del NAIM resulta problemática no solo por los efectos ambientales y la violación a los derechos de los pueblos, sino por la asimetría del costo y los beneficios sociales, además de la opacidad que existe en toda la cadena de suministro y construcción de la obra.
“Es un negocio financieramente frágil y con riesgo de ser inviable”, sostuvo Lamberti.