Entrega Edomex diamante en bosque a dos empresarios

Los hermanos Funtanet Mange –cercanos al Grupo Atlacomulco– tienen los permisos para transformar una superficie boscosa de 186 mil 504 árboles de encino en el mayor desarrollo inmobiliario construido en los últimos 13 años en esa entidad. Construirán 20 mil viviendas.

Ciudad de México, 24 de enero de 2019. Francisco Javier y Ricardo Funtanet Mange, empresarios cercanos a políticos del Grupo Atlacomulco, fueron beneficiados con permisos fast track para derribar cerca de 200 mil árboles y construir 20 mil viviendas en Jilotzingo, en el Estado de México.

La autorización final para el proyecto inmobiliario Bosque Diamante se publicó el 1 de agosto de 2017 en la Gaceta Oficial.

Además, el proyecto contempla una salida directa a la autopista que conectará al municipio de Atizapán con Atlacomulco, cuna de Gobiernos priistas del Estado de México.

Francisco Javier Funtanet Mange fue secretario de Desarrollo Económico en el gobierno de Arturo Montiel Rojas y diputado local durante la Gubernatura de Enrique Peña Nieto.

Arrasan con bosque

Gráfico: Especial / Agencia Reforma

Faltaba sólo un mes para que Eruviel Ávila Villegas dejara de ser gobernador del Estado de México, cuando los hermanos Funtanet Mange obtuvieron el último de los permisos necesarios para transformar una superficie boscosa de 186 mil 504 árboles de encino en el mayor desarrollo inmobiliario construido en los últimos 13 años en esa entidad.

En octubre de 2018 inició, en forma discreta, la tala de árboles en el camino Espíritu Santo-Chiluca.

Ejidatarios y comuneros descubrieron encinos arrancados en terrenos recién reforestados, que se encuentran en el perímetro que contempla la obra, una superficie de 236 hectáreas de bosque del Municipio de Jilotzingo, al noroeste de Toluca.

La empresa que tramitó y obtuvo todos los permisos para el desarrollo inmobiliario es Bosque Avivia 58, aunque en algunos documentos se presenta como Grupo Avivia. En la escritura 43679 es posible conocer que los accionistas mayoritarios son los empresarios mexiquenses Ricardo y Francisco Javier Funtanet Mange.

Este último también ha incursionado en la política y en el ámbito empresarial: fue Secretario de Desarrollo Económico en la administración del ex Gobernador Arturo Montiel y diputado local durante la Gubernatura de Enrique Peña Nieto. Cuando fue legislador, entre 2009 y 2012, presidió la Comisión de Protección Ambiental. También fue líder de la Concamin.

La empresa de los hermanos Funtanet Mange obtuvo los permisos para construir Bosque Diamante gracias a cambios al uso de suelo realizados por un alcalde que omitió requisitos indispensables. Lo logró también mediante una modificación al uso de terrenos forestales que autorizó la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que ignoró estudios y opiniones, incluso de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

El proyecto contempla la construcción de 20 mil viviendas de tipo medio divididas de la siguiente manera: 4 mil 510 horizontales unifamiliares y 15 mil 490 en condominio vertical. Las horizontales, de 100 metros cuadrados cada una, contarían con tres niveles; mientras que los condominios, con viviendas de 60 metros cuadrados, llegarían a los 10 pisos, de acuerdo con el proyecto que presentaron los desarrolladores para tramitar la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).

El 82 por ciento del Municipio de Jilotzingo es área natural protegida. En su territorio convergen el Parque Estatal Otomí-Mexica, cuya superficie se extiende hacia otros 15 municipios, y la Reserva Ecológica Estatal Espíritu Santo, que abarca 234 hectáreas.

Por su altura sobre el nivel del mar y al tratarse de una zona boscosa, Jilotzingo es una importante cuenca hidrológica, cuya superficie forma parte de las regiones hidrológicas del Pánuco y del Río Lerma, fundamentales para el suministro de agua en localidades de la zona, sobre todo del Municipio de Naucalpan.

El Plan Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU) determina que los conjuntos urbanos son inviables y ante la presencia de 30 especies de árboles plantea impulsar esquemas orientados al ecoturismo, turismo de aventura y/o turismo rural.

Aún así, las autoridades federales, estatales y municipales otorgaron en menos de un año los permisos necesarios para sustituir árboles por edificios.

Aprovechan la “autonomía”

Alejandro Funtanet. Foto: Especial / Agencia Reforma

Bosque Avivia 58, S.A. de C.V., responsable del desarrollo inmobiliario Bosque Diamante, se constituyó legalmente en mayo de 2016, el mismo mes en que Erick Javier Olivares Chávez asumió la Alcaldía de Jilotzingo, después de que su antecesor, Juan Antonio Mayén Saucedo, fuera asesinado, junto con dos de sus escoltas, cuando tenía apenas cuatro meses en el cargo.

Para autorizar el cambio de uso de suelo y abrir la puerta a la construcción del desarrollo inmobiliario, Olivares Chávez se valió de la autonomía que le otorgó una reforma de 2014 para la transferencia de ciertas atribuciones del Gobierno del Estado de México a los municipios, entre ellas en materia de ordenamiento territorial y de asentamientos humanos.

A dos meses de haber iniciado su mandato, el edil panista de entonces 22 años firmó la autorización de cambio de densidad, coeficiente de ocupación, coeficiente de utilización y altura de edificaciones para Bosque Diamante.

Avaló de manera unilateral y omitiendo la opinión del Cabildo –requisito establecido por el propio Ayuntamiento– un uso de suelo no previsto en el Plan Municipal de Desarrollo Urbano, el cual establece –desde 2011– un tope de 20 viviendas por hectárea.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) obtuvo, a través de solicitudes de información, la autorización del cambio de densidad para los predios donde se pretende construir Bosque Diamante. En este documento consta que las autoridades municipales concluyeron que el dictamen de impacto regional –obligatorio en desarrollos de más de 60 viviendas, según establece el PMDU– “para este caso no se requiere”.

En enero de 2017, de nuevo de manera autónoma, el Alcalde y su Dirección de Desarrollo Urbano se atribuyeron la emisión de una opinión favorable para desarrollar el proyecto inmobiliario, pese a que el Código Administrativo del Estado de México establece que debe emitirla la Comisión de Planeación para el Desarrollo Municipal.

En los siguientes siete meses, la empresa de los hermanos Funtanet obtuvo los permisos federales necesarios.

MCCI solicitó entrevista con Francisco Javier Funtanet; su secretaria particular informó que el empresario se encontraba de viaje y que la petición sería evaluada, pero hasta la publicación de este reportaje no se tuvo respuesta.

De igual manera se buscó al ahora senador Eruviel Ávila, quien prefirió que Martha Contreras, quien durante su Gubernatura fue directora general de Operación Urbana, respondiera a la petición.

La ex funcionaria señaló que la autorización estatal obedeció única y exclusivamente al cumplimiento de la normatividad.

Da Semarnat aval en siete meses

Después de la creación en mayo de 2016 de la empresa Bosque Avivia 58, sólo pasaron cinco meses para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizara el proyecto inmobiliario en una zona boscosa de Jilotzingo, Estado de México, de manera condicionada en un documento donde no se determinó el número de árboles que se podían derribar.

Dos meses después, en diciembre de ese año, en una nueva resolución de la Manifestación de Impacto Ambiental, el Gobierno federal autorizó el plan en su totalidad, sin restricciones y con la tala de 186 mil 504 árboles de 13 especies diferentes.

Esto a cambio de pagar una compensación económica de 21 millones 947 mil 77 pesos por un proyecto con valor estimado de 10 mil 200 millones de pesos, así como la reforestación de 237 hectáreas con especies nativas en el Parque Nevado de Toluca, en ejidos de Zinacantepec, Municipio que se ubica a 74 kilómetros de Jilotzingo.

El especialista en restauración ecológica Víctor Ávila-Akerberg, investigador del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México, señala que en la lista de especies que se incluyeron en la MIA del proyecto se utilizó una nomenclatura antigua y cantidades reducidas, e incluso aparecen algunas que no existen en el bosque de encino del camino Espíritu Santo-Chiluca 123.

Por otra parte, la MIA que presentó la empresa no menciona la adyacencia, y ni siquiera la existencia, de la reserva natural Espíritu Santo, declarada zona sujeta a conservación ambiental desde 1994, según consta en la Gaceta Oficial del Estado de México.

Cuando expidió la autorización, la Semarnat argumentó que al momento de elaborar la resolución no había recibido respuesta de la delegación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el Edomex, de la coordinación nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, ni de la Presidencia Municipal de Jilotzingo.

Sin embargo, en un documento en poder de MCCI, la Conabio indica que emitió su opinión técnica en tiempo y forma, en la que especifica que el área del proyecto y su zona de influencia se traslapan con la reserva Espíritu Santo.

A la solicitud de entrevista que MCCI realizó a Semarnat, no se tuvo respuesta.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Sur de Acapulco