¿Es viable tener autotransportes eléctricos en las ciudades?

Debido a la preocupación sobre la contaminación que ocasionan los autotransportes a diesel, en algunos países se busca de manera constante contar con modelos de propulsión diferentes. Aunque los autobuses que utilizan gas como combustible se están convirtiendo en tendencia en Estados Unidos debido a las grandes reservas de gas con las que cuenta el país y su relativo bajo costo, otra alternativa que se está considerando es el uso de autobuses eléctricos. La «ansiedad de rango», es un término acuñado para describir el miedo a quedarse varado, siendo una de las razones principales por las que los autos eléctricos no han sido más vendidos. Este miedo también se puede aplicar a los autobuses eléctricos, ya que la autonomía para mantenerse en circulación aún es relativamente baja. La mayoría de los autobuses recorren aproximadamente 300 kilómetros diarios en promedio, por lo que es claro que si no se cuenta con la tecnología necesaria para recargar el vehículo durante su ruta, la migración hacia la transportación eléctrica no causará un impacto positivo en los sistemas de transporte locales. Debido a que el rango de la batería del autotransporte eléctrico es bajo, estos deberán recargarse periódicamente en un lugar conveniente a lo largo de la ruta, preferiblemente en una parada para evitar incomodar a los usuarios. Aún y con estas consideraciones, en muchos sentidos el autotransporte eléctrico se visualiza como una tecnología cuyo momento ha llegado. El transporte público es responsable de aproximadamente una cuarta parte de las emisiones globales, y esas emisiones crecen más rápido que en cualquier otro sector. Si bien los autobuses son solo una pequeña parte de la flota de vehículos en todo el mundo, tienen un gran efecto sobre el medio ambiente. Dependiendo de la limpieza de la red eléctrica a la que están conectados, los autobuses eléctricos son mucho mejores para el medio ambiente. También son simplemente más agradables debido a su modernidad estética, emiten menos vibración, menos ruido y no contaminan en lo absoluto. Adicionalmente tienen menores costos operativos a largo plazo. Con sus motores eléctricos aerodinámicos, son más fáciles de mantener (al menos una vez que las personas de mantenimiento acostumbradas a la combustión interna aprenden a tratar con ellos). Hoy en día, aproximadamente el 17 por ciento de los autobuses del mundo son eléctricos, unos 425 mil aproximadamente. De este total, el 99 por ciento de ellos están en China, donde una política pública promueve el uso de todo tipo de vehículos eléctricos. En el otro lado del mundo, Chile ha iniciado con este esquema de transporte público eléctrico con la incorporación de 100 unidades, la flota más grande de América Latina. La revolución verde de los nuevos autobuses chilenos es única en el mundo. No solo por los importantes ahorros económicos, dado que los vehículos ecológicos consumen al menos un 70 por ciento menos que sus predecesores contaminantes, sino también por la tecnología única e innovadora de control inteligente que administra la capacidad del vehículo y controla los niveles de batería en tiempo real, optimizando consumo. Otra ventaja para los residentes de la ciudad es el bajo nivel de contaminación acústica, tanto en los autobuses como en las calles del área metropolitana de Santiago, sin dejar por un lado el gran atractivo turístico que este tipo de transporte ofrecer a sus visitantes.

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