Estados Unidos evalúa cambiar su política hacia Cuba tras las protestas

El presidente Joe Biden revisará las medidas contra la isla que siguió su predecesor Donald Trump, lo que puede traer cambios como la flexibilización de las restricciones a las remesas.

La revisión del presidente Joe Biden de la política hacia Cuba de la era de Donald Trump podría conducir a grandes cambios en la postura de Estados Unidos hacia el régimen comunista en La Habana, en un momento que los funcionarios estadounidenses evalúan las últimas protestas en ese país.

Las protestas del fin de semana fueron las más grandes vistas en Cuba desde por lo menos 1994 y «eso obviamente tendrá un impacto en cómo procedamos», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, este miércoles en una rueda de prensa.

Casi seis meses después de llegar al poder, Biden no ha cumplido por ahora su promesa electoral de «volver» al proceso de deshielo con Cuba iniciado por el ex presidente Barack Obama (2009-2017), del que fue vicepresidente.

En abril, Psaki aseguró que cambiar la política hacia Cuba no era una prioridad para Biden, y en junio, Estados Unidos demostró que no tenía especial interés en revocar las medidas de Trump, al votar en contra de la resolución anual de la ONU que condena el embargo estadounidense a la isla, en lugar de abstenerse, como hizo el Ejecutivo de Obama.

Sin embargo, las políticas de Biden hacia la isla pueden cambiar pronto. Dos fuentes familiares con la revisión dijeron este miércoles a la agencia Reuters que esto podría conducir a la flexibilización de las restricciones a los pagos que los estadounidenses pueden hacer a sus familias en Cuba.

Se cree que las remesas a Cuba rondan los 2,000 millones a 3,000 millones de dólares anuales, lo que representa su tercera mayor fuente de dólares tras la industria de servicios y el turismo.

La Casa Blanca dice que el objetivo principal de Biden es ayudar al pueblo de Cuba a recuperarse de los problemas económicos provocados por la pandemia.

Las fuentes también dijeron que se está considerando además la posibilidad de aliviar la prohibición de viajar entre Estados Unidos y Cuba, así como el levantar la designación de Cuba como «estado patrocinador del terrorismo», una etiqueta que Trump le dio a la isla pocos días antes de dejar la presidencia en enero.

 

 

 

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