Estudiantes sufren y gozan regreso a clases; autoridades piden llevarlos a las escuelas

Si bien hubo padres de familia en contra del regreso a clases de manera presencial, hubo otros que confiaron en las decisiones de las autoridades en las escuelas y que señalaron la necesidad de que sus hijos volvieran a interactuar personalmente, pese al riesgo de contagio.

“Por favor, papitos, adiós, adiós, les prometo que los vamos a cuidar”, repetía una y otra vez la directora de la primaria General Francisco Menéndez, en la alcaldía Benito Juárez.

“Ya se pueden ir, liberen el espacio… la salida es a las 12:30 horas”.

Sin importar cuántas veces lo pidiera, los padres de familia ahí seguían. De frente a la entrada del colegio no perdían de vista a sus hijos. De haber sido posible se hubieran metido hasta el salón con ellos.

“La decisión que al principio habíamos tomado era no mandarlo por el repunte de COVID y más porque están afectando a los niños. El viernes tuvimos una junta virtual con la directora y ella nos dio toda la tranquilidad de poderlo mandar con todas las medidas de seguridad que han implementado y pues confiamos que así se va a mantener la escuela”, comentó Fernanda Ugalde, madre de un pequeño que entró a primero de primaria.

La mujer y su esposo, igual que otros tantos padres de familia, permanecieron de pie afuera de la escuela hasta que la puerta que cerró. Después de año y medio de confinamiento y de tomar clases en línea, este lunes tuvieron que separarse de su hijo quien, en medio de la pandemia de COVID-19 comenzaba una nueva aventura en su preparación académica: la primaria.

Una situación similar se vivió afuera de las secundarias 14 y 38, ubicadas en la colonia Del Valle, en donde los padres de familia persignaban y abrazaban a sus hijos antes de que entraran a la escuela. Otros les tomaban video y sacaban fotos mientras esperaban su turno para que les tomaran la temperatura y les dieran alcohol gel.

“Con miedo, la verdad mucho miedo al contagio. Tomamos todas las precauciones en casa y pues ya sabes: gel, toallas, todo eso, las recomendaciones… la ventaja es que él ya está un poquito más grande y son más conscientes de la situación y eso me conforta un poquito, pero de todos modos es el miedo a que sean clases presenciales, yo hubiera preferido que siguieran en línea”, explicó la señora Julieta Basilio, madre de un estudiante que entró a primer año de secundaria.

“En el comunicado que mandó la escuela sí daban la opción de seguir en línea, pero no van a tener el asesoramiento de los maestros, los van a dejar prácticamente solos y con eso pues ya no lo pensamos tanto (llevarlo a clases presenciales) porque es complicado, para empezar, es un cambio para ellos muy fuerte de la primaria a la secundaria y hacerlo así iba a ser mucho peor”.

Loa padres de familia permanecieron afuera de las escuelas hasta que la puerta se cerró. Ni los llamados por policías de tránsito y otros uniformados que acudieron a resguardar el regreso a clases los movió hasta que ya no se permitió la entrada de un estudiante más.

A la hora de la salida la estampa fue otra pues mientras los papás esperaban con ansia ver a sus hijos y abrazarlos, los estudiantes solo querían contarles cómo les había ido en el regreso a clases.

Alexis, del 5-A, corrió a contarle a su papá que ya había hecho amigos.

“Hice muchos amigos, pensé que me la iba a pasar un poco… pues no conocía la escuela y pensé que no iba a hacer amigos pero fue muy rápido y me gustó muchísimo. La maestra muy amable, muy divertida, hasta me regaló una estucherita chiquita”,

En la primaria Benito Juárez, localizada en la colonia Roma, Romina, de 7 años, también expresó su emoción por volver a clases presenciales.

“Estoy muy emocionada, porque voy a volver a ver a mis amigos. Los extrañaba mucho. (El virus) no me asusta porque ya pasaron muchas cosas. Extrañaba la escuela, es mucho mejor así porque puedes escuchar a la gente”, dijo.

Dividen grupos para evitar contagios

Andrés, quien pasó a tercer grado en la secundaria Héroes de Chapultepec, en la colonia Juárez, se dijo muy contento de volver a la escuela “porque en clases en línea como que no aprendía tanto, y creo que en presenciales se aprende mejor”.

El menor refirió que en su grupo, en este primer día, hubo solo cuatro alumnos, de un grupo que normalmente era de 32 personas. En tanto, maestros de la escuela explicaron que la matrícula del plantel es de alrededor de 600 estudiantes que fueron divididos en dos grupos, cada uno de los cuales asistirá de manera presencial cada semana, de manera alternada.

“Me pidieron que trajera gel, desinfectante, mi propio jabón, mi propio papel de baño, y todo está bien, todo está limpio. Siempre tengo que traer puesto el cubrebocas. Yo creo que no se podría presentar algún contagio, ya que somos muy pocos en la escuela”, dijo el menor en presencia de su madre quien fue a recogerlo tras la jornada de clases.

Andrea, quien estudia en la misma escuela, acudió a su primera clase presencial de segundo grado. Todo el ciclo escolar anterior —el de su primer año de secundaria— lo cursó de manera remota. Esta fue la primera vez que vio a sus compañeros y a sus maestros.

“Mi mamá estaba en duda (de que viniera), pero me dijo que me cuidara y que, si yo quería, pues viniera; yo sí quería, porque ya extrañaba ver a los maestros y convivir con personas. El año pasado fue todo en línea, no tuve ningún contacto. Da miedo el virus, pero trato de no tener tanto miedo, porque luego te das ilusiones de otras cosas”, refirió.

Un compañero suyo, Raúl, quien también ingresó a segundo grado, dijo haberse sentido tranquilo gracias a las medidas sanitarias implementadas en su plantel.

“Nos cuidaron muy bien, nos dieron gel antibacterial y nos hicieron que mantuviéramos la sana distancia, las bancas las sanitizaron y las limpiaron. En el recreo tuvimos la sana distancia y nos quedamos en el patio para comer, pero no se pudo jugar. Tuvimos 30 minutos. Eso se siente un poco mal, porque no puedes convivir con tus compañeros en el recreo”, comentó.

Si bien hubo padres de familia en contra del regreso a clases de manera presencial, hubo otros que confiaron en las decisiones de las autoridades en las escuelas y que señalaron la necesidad de que sus hijos volvieran a interactuar personalmente, pese al riesgo de contagio.

“Estoy un poco insegura porque no sabemos qué va a pasar, pero también creo que los niños tienen que empezar a socializar, tenemos que empezar a adaptarnos a esta nueva normalidad y con todas las precauciones que se requieren. Sí estoy preocupada pero también creo que los niños tienen que empezar a adaptarse a esta pandemia y a esta nueva forma de vida que nos tocó vivir”, afirmó Krisna Garma, madre de un niño que asistió al preescolar Benito Juárez, en la colonia Roma.

Según informó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, poco más del 90% de las escuelas de la CDMX regresaron a las actividades presenciales.

Cuestionado sobre las opciones que tienen los alumnos que rechazaron volver a las aulas, Luis Humberto Fernández, titular de la Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México, reiteró que el programa Aprende en Casa seguirá ofreciéndose, aunque llamó a los padres de familia a que lleven a sus hijos a las clases presenciales.

“Hay asesorías y dependiendo la condición de cada escuela y maestro pueden hacerlo (…) en todo caso el derecho a la educación está garantizado, lo importante es que nos tenemos que organizar a partir de la realidad y quienes la conocen son las maestras y maestros”, explicó el funcionario.

“Nada sustituye a la escuela presencial porque la escuela no solo es académica, sino también formativa, entonces por eso el llamado a las familias de que visiten las escuelas y vean que se están cumpliendo los protocolos, a que vean cómo se están desarrollando las clases y eso les va a dar mayor seguridad”.

Van pocos estudiantes en el Edomex

En primarias del Estado de México hubo baja afluencia de estudiantes. En la Ignacio Manuel Altamirano, en la colonia Viveros de La Loma, en Tlalnepantla, María, que entró a segundo año de primaria, cuenta que solo llegaron dos niños y ella en su grupo.

“Estuvo bien el día. Aunque vinieron pocos compañeros, solo dos en mi salón. Pero yo ya quería venir. Lo malo es que solo me pude comer mi sándwich y no me dio tiempo de comer mis fresas con crema y tampoco pudimos jugar”, dice.

Su mamá, Analí Castillo, cuenta que decidió traerla porque la niña ya llevaba mucho tiempo encerrada y ya estaba muy estresada. “Muchos papás no están de acuerdo que hayan empezado las clases presenciales, tienen miedo de los contagios y no los trajeron. Pero a mi hija ya le hace falta venir”.

Además, dice que ella trabaja en una panadería y no puede sentarse con la niña a tomar las clases. “Es mi mamá la que la cuida y también a mi bebé de cinco meses, entonces se le hace muy difícil ayudarle con las clases y me dice: mejor llévala a que aprenda bien”.

María estará en clases presenciales en la escuela casi toda la semana, de lunes a jueves, de 8 de la mañana a 12:30 de la tarde. “Como de cada grupo llegaron de tres a cinco niños, son poquitos los que van a asistir, así que vendrán más días. Los viernes es cuando los profesores van a revisar las tareas y dudas de los que no vinieron, y en la semana se va a ir organizando cómo los van a atender a ellos, me parece que por classroom, pero entiendo que se irá definiendo”, dice Analí.

En otra primaria en Tlalnepantla, La Héroes de Chapultepec, en la colonia La Loma, hay una pequeña fila de unos diez estudiantes esperando entrar a las clases del turno vespertino.

La hora señalada para ingresar era a las 1:20 de la tarde, pero a la 1:25 aún no hay señal de que puedan entrar. “Deben estar sanitizando para dejar limpio después del turno anterior”, le dice la señora Dora Zavala a su hija Angélica, que inicia este año el sexto grado de primaria.

Dora dice que son pocos los papás que van a traer a sus hijos, pero “hay que aprender ya a vivir con esto, es algo que no sabemos cuándo se va a quitar y a los niños les hace bien venir. Mi hija ya estuvo mucho en casa y la verdad parece que ya se les olvidó cómo es estar con otros niños, ya son como más secos y de todo se molestan. Además, ya es su último año de primaria y ya tiene que volver para ponerse al corriente”.

Angélica asiente con la cabeza a lo que dice su mamá y afirma que de quinto grado no entendió casi nada por cursarlo en línea y que no le gustó no estar en la escuela.

“No sé cuántos de mis compañeros van a venir, ahorita solo han llegado tres, de más o menos 20 que somos, pero yo sí ya quería venir”.

Dora señala que han tenido poco contacto con el maestro, solo por whatsapp, y apenas el sábado les llegó un comunicado para avisarles que habrá junta, en la semana, para organizar cómo será la asistencia, si es que se suman más niños, y cómo se atenderá a los que no vengan. “Dicen que dependen de cuántos niños vengan, si vienen muchos por grupo, vendrán un día unos y otro días otros, pero no, no se ve que vayan a venir muchos”.

En la Escuela Secundaria 6 Juan de Dios Batiz Paredes también hay dos turnos. Aquí sí hubo una mayor afluencia de alumnos. De hecho, se formó una nutrida fila para el ingreso al turno vespertino, misma que los profesores se llevaron hacia la otra puerta del colegio para permitir la salida de los del turno matutino.

Entre los estudiantes que salen está Diego, su mamá, Stefanie, lo espera afuera. A la pregunta de ¿cómo te fue? el adolescente, que inicia el tercer grado de secundaria, no sabe bien a bien qué responder. Se quedó pensando unos segundos y luego suelta: “Pues después de año y medio de no venir, pues está más o menos, yo estaba bien en casa, se me hizo todo descoordinado, nosotros nos tenemos que cambiar cada clase de salón en lugar de que se cambie el maestro”.

Stefanie dice que en efecto en la escuela falta mejor coordinación. “Solo va a venir él un día de esta semana, el lunes, y la siguiente semana el martes, porque como son grupos de cincuenta alumnos más o menos, dividieron que vinieran más o menos diez por cada día de la semana. Pero no sabemos bien qué va a pasar el resto de los días. Dijeron que no va a haber clases virtuales y después dijeron que quizá sí, está raro”.

En la semana, quizá el viernes, dice Stefanie, les irán avisando si algo de este esquema va a cambiar o seguirán viniendo de diez en diez, aunque en el grupo de Diego solo vinieron ocho este lunes.

“Y pues veremos cómo se van coordinando las clases en línea el resto de los días, pero yo ya quería que viniera, aunque sea un día porque en línea no aprenden igual y él ya tiene que hacer su examen de Comipens para el ingreso a preparatoria”.

En las escuelas de Naucalpan, al menos en la Zona Escolar P098 de educación primaria, la afluencia de estudiantes fue baja también. A las aulas llegó entre 20 y 25% del total del alumnado de las 15 escuelas que conforman la zona, entre estas siete privadas y ocho públicas, informó Gilberto Lozano, supervisor escolar.

Lozano mencionó que todas las públicas volvieron a clases presenciales y solo dos privadas decidieron seguir en modalidad virtual por completo.

El supervisor explica que en el caso de los niños que no asistan a clases presenciales: “se les atenderá por medio de las herramientas digitales: classroom, WhatsApp y video llamada, de acuerdo a los recursos de los padres de familia”.

Vuelven también en Jalisco

En Jalisco el regreso a clases implicó un retorno “opcional” para un millón 660 mil estudiantes de nivel básico, pues no habrá clases online.

Karla, madre de tres estudiantes de nivel básico, dice que se siente nerviosa por la entrada a clases. “No estamos todos vacunados, los niños pues son pequeños se puede quitar el cubrebocas, que el amiguito, que el abrazo. Ahorita ya llegó una niña a abrazar a la maestra y la maestra ‘holaaaa’, pues no, quedamos que nada, que ni abrazos, ni compartir ni lápiz ni borrador”.

La mujer explicó que decidió enviar a sus hijos a clases presenciales porque en casa ya no quieren prender la computadora. “Para que aprendan, en línea no aprendieron casi nada”.

Por su parte, Mariana, madre de familia de dos, se siente con “incertidumbre por el regreso a clases”, pero a su gusto “estuvo bien que regresarán”.

Quien no regresará a clases es el menor de la familia Salas, un estudiante de cuarto año de primaria. Su madre, Nancy, decidió solo llevarlo a la evaluación, pero después de esto no regresará a clases. “Voy a esperar un poquito más, en octubre, para ver si ya puede ser (traerlo) a presencial” dice Nancy.

Parte de sus razones es que ella y su madre enfermaron por COVID-19. En el caso de su mamá enfermó gravemente. Después de unos meses, la señora fue diagnosticada con síndrome de Guillan Barrie, que, al atacar sus nervios, le impide hacer actividades con normalidad como caminar.

 

 

 

 

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