Samuel García ha decidido avanzar y comprueba una vez más que siempre juega al límite, pues es parte de su estilo personal de gobernar
La semana pasada el gobierno de Nuevo León logró una vez más captar los reflectores nacionales y volverse tendencia en los medios de comunicación. Curiosamente, esta vez no se trató de ninguna polémica, sino de un suceso que prácticamente nadie se esperaba, la detención del exgobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
¿Qué hay detrás del arresto? Sinceramente, no lo sé, aunque para este momento ya sobran los análisis judiciales, políticos y hasta conspiracionistas al respecto. En torno al suceso ya se dijo de todo y se contradijo de todo.
Lo que a mi parecer aún no se aborda, es una idea que está en el aire y a la que nadie le está poniendo demasiada atención: Samuel García y su estilo personal de gobernar.
El gobernador ha sido desde el principio una figura polémica, acostumbrada ya a los reflectores y a las críticas, tanto que ahora parece un experto en dominar la opinión pública.
Nadie sabe realmente el trasfondo de esta detención, lo que sí sé y de sobra es que el mandatario estatal se encuentra en un momento crucial y de alta expectativa. Algo ya muy familiar para él, puesto que Samuel ha demostrado ser alguien a quien le gusta llevar las apuestas hasta lo más alto.
Ganar todo o perder todo. Sin puntos medios.
Lo demostró cuando se lanzó para senador a pesar de no tener una estructura política, ni electoral a nivel estado; cuando se lanzó para gobernador empezando en cuarto lugar y arrastrando una ola de escándalos; y lo ha demostrado cada vez que ha logrado darle la vuelta a una situación mediática que bien pudo para algunas personas, haber acabado con su carrera en la política.
No es una casualidad, ni es un hecho aislado que continuamente se encuentre en medio de situaciones complicadas que hasta parece que se le van de las manos, tampoco creo que se trate de algo intencionalmente provocado. Considero que todas estas cosas son un continuo refrendo de un fenómeno particular: Samuel siempre juega al límite.
Así ha vivido su vida, así ha construido su carrera política y así está construyendo su gobierno.
Y esto no es algo necesariamente negativo, porque aunque esta marcada tendencia lo ha metido en muchos problemas, ahora lo está llevando a ser visto diferente ante los ojos de la opinión pública.
En pocos años pasó de ser visto como un influencer desconectado de la realidad, a ser considerado un gobernante con visión y proyecto. Si ahora las cosas le salen bien, pasará a otra etapa como funcionario público.
¿Qué pasará? Lo sabremos pronto.
Lograr que le dicten formal prisión al exmandatario será una victoria personal para Samuel que le redituara en mayor confianza hacia su persona por parte de los ciudadanos opositores al pasado gobierno, no obstante, tendrá retos para cicatrizar algunas heridas colaterales que habrá con otros grupos políticos que no vean bien esta inesperada jugada de ajedrez.
Y si en caso dado, el juicio lo gana el exgobernador, tendrá un reto importante el gobernador Samuel para saber sortear otra posible crisis mediática que se podría suscitar. No obstante, y seguramente, Samuel sabe ya de estos riesgos.
Ha decidido avanzar y comprueba una vez más que siempre juega al límite, pues es parte de su estilo personal de gobernar.