Conoce la historia del Jardín del Edén, las discrepancias, adendas y cambios a través del tiempo.
La discrepancia entre datos, historias y fuentes es un fenómeno que sucede en la literatura antigua, en grandes novelas épicas, textos clásicos y también en textos sagrados como la Biblia.
Al tratarse de escritos tan antiguos y emblemáticos, no resulta tan descabellado pensar que antes de que dichos textos se “fijaran” y fueran reproducidos, existieran distintas versiones y variantes según quien escribiera. Incluso cuando se trata de obras que adquirieron mucha popularidad, surgen continuaciones apócrifas, como en el caso del Quijote de Avellaneda, que no fue escrito por Cervantes.
[Bosco, El Jardín del Edén.]
En la actualidad —y en el ámbito eclesiástico— ocurre algo similar. Cada vertiente del catolicismo y el cristianismo tiene interpretaciones diferentes de los mismos pasajes de la Biblia: hay quienes creen en el Nuevo Testamento y aquellos que sólo estudian el Viejo, por poner un ejemplo.
En ese sentido, cuando se trata de la Biblia, un texto canónico que recopila varios libros que fueron escritos en diferentes momentos históricos, es relativamente sencillo que existan ciertas discrepancias, así como que conforme transcurre el tiempo se añadan nuevos símbolos o se hagan ciertas asociaciones con otros personajes canónicos. Éstas son algunas sobre el Jardín del Edén, el sitio donde según el canon cristiano, Dios puso a Adán y Eva hasta su destierro:
La serpiente como el Diablo
En el Génesis el Diablo nunca hace una aparición explícita, ni existe algún elemento que provoque se asocie con Lucifer. No obstante, así ha ocurrido a través de los años, a pesar de que Moisés tenía un báculo que se convertía en serpiente. Así que este animal no siempre tuvo una connotación asociada al Diablo, simplemente Dios —en el Génesis— la condena a arrastrarse sobre su vientre y comer polvo por todos los días de su vida.
[Jan Brueghel de Oude en Peter Paul Rubens, El jardín del Edén con la caída del hombre.]
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La manzana
El hecho de que el fruto del árbol del conocimiento —que estaba prohibido para Adán y Eva— sea asociado a una manzana se debe a las representaciones pictóricas del Génesis y la expulsión de los humanos del Jardín del Edén. Sin embargo, existen las teorías de que se trataba de uvas, higos o granadas.
[Peter Paul Rubens, Adan y Eva.]
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Eva: ¿la primera mujer del Edén?
La contradicción entre las primeras dos partes del Génesis también es motivo para rebatir la consistencia entre los textos, ya que en la creación del mundo se describe que Dios creó al hombre y a la mujer en el mismo día. No obstante, en la segunda parte, se relata cómo después de que Adán nombrara a todos los animales del Edén, Dios creó a Eva a partir de su costilla.
Algunos aluden que se trata de un error de traducción en los tiempos verbales, no obstante, otros recuperan la figura de Lilith, presente en el texto judío Ben Sira, quien fue creada como igual a Adán, pero se rehusó a ser sometida por éste, optando, de manera voluntaria a salir del Edén.
[John Collier, Lilit.]
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El libro de Ezequiel
Se trata de uno de los libros proféticos más importantes de la Biblia y en éste se encuentra un relato sobre el rey de Tiro —en algunas versiones el príncipe— que en algún momento habitó en el Edén rodeado de piedras preciosas, oro y plata, pero pecó de soberbia y fue expulsado al creerse igual que un dios.
Esta descripción ha sido considerada como una discrepancia de la conformación del Edén. No obstante, también se argumenta que cuando un pueblo presumía de su riqueza solía afirmarse que estaba en el Edén, aunque esto resultaba en la desgracia por castigo divino, dada su falta de humildad. Asimismo, la figura de este príncipe “perfecto” también ha sido interpretada como Satanás.
[Miguel Ángel, Ezechiel.]
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Según los estudios y algunas interpretaciones, la diferencia de un Edén hecho para los humanos en lugar de Dios —como el del Génesis— tiene como fin representar a un dios que no es envidioso y que intenta establecer una conexión con la humanidad. El Edén también se convirtió en lugar de aspiración para la vida eterna tras la muerte de los creyentes, en el que el sufrimiento humano acaba, esto sin importar cualquier discrepancia entre las versiones o quién estuvo primero en dicho jardín.