La verdadera cifra fatal en México por COVID-19 a dos años de la primera muerte y los factores detonantes

Desde el inicio de la pandemia se ha registrado más de 300,000 niños huérfanos debido al coronavirus, además somos el país #1 en mortalidad en trabajadores de la salud” estimó el biomédico e investigador Andreu Comas García

Oficialmente la primera defunción por SARS-CoV-2 en México se registró el 18 de marzo del 2020. Desde entonces y hasta día 16 de marzo del 2022 han pasado 749 días y de acuerdo con las cifras oficialmente han fallecido 321,375 mexicanos. Por lo tanto, con los datos oficiales la tasa de mortalidad en México es 251 fallecidos por cada 100,000 habitantes. Con esta tasa, México ocupar el lugar 28 de 184 países a nivel mundial.

Recientemente el Institute of Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington en Seattle ha publicado un artículo en la prestigiosa revista británica The Lancet. En dicho artículo, el instituto realiza el cálculo del exceso de mortalidad por COVID-19 a nivel mundial. Este trabajo concluyó que la mortalidad reportada en México por la Dirección General de Epidemiología hay que multiplicarla por 2.67 veces y la del INEGI por 1.4. Con este factor de corrección se estima que han fallecido -de manera directa e indirecta- en realidad es de 846,490 mexicanos (827,512-930,548). Con esta cifra, México sube del lugar 28 a la 19 a nivel mundial y su tasa de mortalidad se eleva hasta 325 defunciones por cada 100,000 habitantes.

Estos datos nos indican que la mortalidad en México esta en el percentil 89, es decir, en el 88% de los países del mundo han tenido menos muertos que en México. Solo nos gana un 11% de los países a nivel. En el continente americano, solo Bolivia, Perú y Ecuador han tenido más muertes que México.

Por cierto, si la Ciudad de México fuera un país, su tasa de mortalidad la ubicaría en el quinto lugar a nivel mundial (576.9 defunciones por cada 100,000 habitantes). Tlaxcala ocuparía el lugar siete a nivel mundial (517.2 defunciones por cada 100,000 habitantes). El Estado de México estaría en el octavo lugar (433.6 defunciones por cada 100,000 habitantes) y Puebla sería el noveno lugar (399.7 defunciones por cada 100,000 habitantes). Las altas tasas de mortalidad de Tlaxcala, Estado de México y Puebla, probablemente se vean influidas por la gran interconexión social y económica que tienen estos estados con la Ciudad de México. Por lo tanto, este es un ejemplo de cómo las -malas- políticas públicas de la capital del país también han afectado a sus vecinos.CIUDAD DE MÉXICO, 24ABRIL2020.- Cremadores del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, uno de los cementerios de la capital que albergará a víctimas por Covid-19 continúa sus labores en el área de cremación. Dónde están llegando los cuerpos de los fallecidos. Según las indicaciones de protocolo del gobierno federal se indicó que los descensos por Covid-19 debían ser creados pero en caso de no poderse realizar el procedimiento se podría sepultar aunque sin métodos de conservación. 
FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCUROCIUDAD DE MÉXICO, 24ABRIL2020.- Cremadores del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, uno de los cementerios de la capital que albergará a víctimas por Covid-19 continúa sus labores en el área de cremación. Dónde están llegando los cuerpos de los fallecidos. Según las indicaciones de protocolo del gobierno federal se indicó que los descensos por Covid-19 debían ser creados pero en caso de no poderse realizar el procedimiento se podría sepultar aunque sin métodos de conservación. FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO

Pero ¿por qué tantos han fallecido en México? A continuación relato 19 factores que han influenciado negativamente en el manejo de la pandemia y que por lo tanto han generado nuestra gran mortalidad: 1) uso de un modelo deficiente para el manejo de una pandemia de virus desconocido; 2) no permitir que la pandemia la dirigiera el Consejo General de Salubridad -quien por ley lo debería de hacer-; 3) no escuchar las recomendaciones de la comunidad científica nacional e internacional; 4) tener un modelo presidencial populista que minimizó el impacto la pandemia y que además atacó la evidencia científica y las recomendaciones internacionales; 5) vender en enero del 2020 nuestros insumos hospitalarios a China, y luego recomprarlos en febrero y marzo; 6) la desaparición del Seguro Popular y la mal lograda implementación del INSABI, instituto que ha sido dirigido por alguien sin experiencia en el área-, todo esto precarizó aún más la atención en salud e incremento su brecha en al sociedad; 7) la generación por parte de la Secretaría de Salud y de Hacienda del desabasto generalizado de medicinas e insumos, debido al nuevo sistema de compras centralizadas y a los cambios las cadenas lo suministros; 8) falta de coordinación y comunicación entre la autoridad federal con las autoridades estatales y locales; 9) la falta de una política de comunicación social clara, seria, responsable y basada en el conocimiento científico y no en las creencias personales o religiosas del presidente; 10) utilizar el modelo centinela de vigilancia epidemiológica, el cual era el adecuado para una pandemia de virus desconocido; 11) el alto nivel de sub registro de casos y defunciones, lo cual generó que la detección de casos fuera reactiva y no preventiva; 12) la falta de control en la transmisión local de casos; 13) el mal diseño financiero y en la inadecuada aplicación del gasto en las políticas públicas del sector salud; 14) emplear el modelo de reconversión hospitalaria sin contar con un número suficiente de médicos especialistas, sub especialistas e insumos; 15) expandir la capacidad de las terapias intensivas sin comprender que la atención primaria y la prevención de casos era más importante que la atención de tercer nivel; 16) el incremento en las inequidades para el acceso a la salud; 17) emplear estrategia de vacunación guiada con objetivo electoral y no con estrategias técnicas adecuadas que permitiera una mayor disminución del impacto en un menor tiempo; 18) que la estrategia de vacunación la haya coordinado la Secretaria del Bienestar, el IMSS y la SEDENA tener a CENSIA o CONAVA quienes son los expertos en vacunar, como la cabeza; y 19) permitir que entren a nuestro país de manera indiscriminada viajeros sin prueba de COVID-19 y/o sin vacunación.VALLE DE CHALCO, ESTADO DE MÉXICO, 07JUNIO2020.- Sepultureros del Panteón Municipal Xico cavan fosas para recibir muertos por causa natural y por Covid-19. Desde el 29 de abril comenzaron los trabajos de excavación en el espacio que estaba contemplado como terreno del mismo panteón. En un horario de 9:00 a 18:00 horas, 11 trabajadores han cavado aproximadamente 300 fosas y la administración tiene contemplado cavar de 2500 a 3000 tumbas.
FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCUROVALLE DE CHALCO, ESTADO DE MÉXICO, 07JUNIO2020.- Sepultureros del Panteón Municipal Xico cavan fosas para recibir muertos por causa natural y por Covid-19. Desde el 29 de abril comenzaron los trabajos de excavación en el espacio que estaba contemplado como terreno del mismo panteón. En un horario de 9:00 a 18:00 horas, 11 trabajadores han cavado aproximadamente 300 fosas y la administración tiene contemplado cavar de 2500 a 3000 tumbas. FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO

Después de dos años de pandemia, parecería que el gobierno federal y la mayoría de los gobiernos estatales y municipales, así como una sociedad que no han aprendido cómo evitar el contagio o cortar la cadena de transmisión. Pareciera ser que no importa que nuestro país tenga más de 300,000 niños huérfanos por el COVID-19, que seamos el país #1 en mortalidad en trabajadores de la salud, que hayamos perdido más de uno ciclo y medio de educación y que hayamos registrado una caída del PIB sin precedentes. Desgraciadamente, mi el gobierno ni la sociedad muestran señales de intentar realizar un cambio de rumbo que pueda parar esta catástrofe humanitaria.

Si no actuamos ahora como una sociedad informada, participativa, crítica y exigente para cambiar el rumbo del manejo de la pandemia, la tragedia continuará. Si no paramos la transmisión de la epidemia y evitamos las muertes, seguirán creciendo las brechas en salud, educativa, económica, social y cultural en México. Finalmente, al seguir con la estrategia actual del gobierno federa, no solo continuaremos perdiendo a más mexicanos, también uno de cada tres de los infectados que sobrevivan tendrán que vivir con las secuelas a largo plazo por el COVID-19.

* Doctor Andreu Comas García, investigador del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina (CICSAB) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Médico cirujano por la UASLP, maestro en enfermedades infecciosas por el INSP, doctor en ciencias por la UNAM. Fue investigador postdoctoral en departamento de microbiología de la facultad de medicina de la UASLP. Actualmente es profesor de dicho departamento y coordinador del laboratorio de histocompatibilidad del CICSaB.

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