Proponen lugares exclusivos para niños en el transporte público

Aunque las madres con hijos representan 20% de los usuarios de transporte público en la Ciudad de México, son también uno de los sectores más vulnerables en cuanto a movilidad; sin embargo, César Andrés Monroy Fonseca ideó una solución sencilla para mejorar esta condición basándose en el estudio del comportamiento de las personas.

Hoy, una mamá con su hijo primero debe buscar quién le ceda el asiento, y si llega a tener la fortuna de encontrar dos lugares, el resto de la gente percibe que el niño está desaprovechando el asiento de un adulto”, describió.

“Entonces nosotros le dimos la vuelta a eso: Quitamos dos asientos normales y colocamos una hilera para colocar cuatro asientos infantiles en la línea de visión de la mamá. Así, automáticamente, se abre un espacio totalmente dedicado y la mamá que llega cargando a un niño puede desplegar un asiento y en su línea de visión puede sentar a su hijo”.

El proyecto llamado “Asiento participativo”, contempla lugares que soportan un máximo de 40 kilogramos y que pueden instalarse en unidades de RTP, autobuses, microbuses e inclusive en el Metro y tren ligero.

En solamente dos alcaldías de la Ciudad de México, estaríamos hablando de alrededor de 500,000 mamás que, con un hijo, representan un millón de pasajeros diarios que serían beneficiados”, destacó César Andrés en charla con López-Dóriga Digital después de recibir un premio especial de 300,000 pesos en la final del concurso City:One Challenge.

El concurso, organizado por la compañía automotriz Ford con el apoyo de otras empresas y el Gobierno de la Ciudad de México, buscó proyectos que tuvieran como objetivo mejorar la accesibilidad, tiempos de traslados, seguridad y comodidad de los habitantes de la periferia de la capital, especialmente la de grupos en situación de vulnerabilidad como mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad y adultos mayores.

Estudiar el comportamiento de la gente

El “Asiento participativo” podría ser la primera política pública en Latinoamérica basada en una teoría conocida como “behavioral economics” o “economía comportamental”, explicó César Andrés.

“Es una teoría de la que nadie hablaba hace unos años y que trata de que, en vez de modificar el comportamiento dirigiéndote a la gente, mejor te centras en modificar los comportamientos de las personas cambiando los contextos, es decir, el ambiente o los lugares”, apunta.

“Así, el ‘Asiento participativo’ consiste en modificar la forma en la que están distribuidos los asientos para que la gente se involucre en visibilizar y darle preferencia a una población prioritaria, en este caso, mamás e hijos”.

Durante cuatro meses, César Andrés, que es director científico de la empresa SEELE Neuroscience, se dedicó a analizar las áreas y espacios del transporte público de la Ciudad de México para incorporar estos nuevos asientos sin quitar espacio a los adultos.

En un RTP estarían exactamente en la entrada principal, volteando a la izquierda. De tal forma que la mamá no tiene que buscar el área segura porque la encontraría de inmediato”. subrayó. “Asimismo, la ubicación permite ver al conductor que hay una mamá y, por lo tanto, tiene prioridad para bajar por delante”.

El objetivo de la “economía comportamental” es encontrar soluciones que, al parecer, son simples, pero que requieren un amplio estudio previo para llegar a ellas. “El ‘Asiento participativo’ es algo sencillo cuando lo escuchas, pero se trata de entender la dinámica, el contexto y proponer la forma más ágil, sencilla y creativa de solucionar una problemática diaria”.

Para llegar a estos resultados, agregó, se usan técnicas y tecnología de neurofisiología (como colocar electrodos para medir la respuesta cerebral de una persona), inteligencia artificial y neurociencia.

“En el proyecto de ‘Asiento participativo’ se tuvo que hacer una observación, realizar mediciones, analizar datos y entender los flujos; nos tardamos más o menos cuatro meses en desarrollar la idea”, reiteró.

César Andrés, de 40 años, estudió una maestría en neurociencias en Barcelona, es psicólogo experimental y cuenta con un bachillerato en ingeniería, formación que le ayudó a generar esta propuestas para la Ciudad de México, en donde, además, ha pasado gran parte de su vida, por lo que conoce muy de cerca la necesidad de mejorar la movilidad de la capital.

El premio especial que recibió en el City:One Challenge reconoce la originalidad y viabilidad del proyecto de “Asiento participativo”, opinó

El piloto en la Venustiano Carranza

El proyecto piloto está cotizado en 300,000 pesos y planean aplicarlo en una ruta de RTP de la alcaldía Venustiano Carranza. “Vamos a modificar seis unidades en la zona más marginada, donde tenemos identificadas mamás que todos los días llevan a sus hijos a la escuela en transporte público. Son niños entre kínder y primaria, de 3 a 11 años, que es exactamente el peso y talla para el que está diseñado el asiento”, abundó César Andrés.

El neurocientífico confió en que tanto el Gobierno de la Ciudad de México (a través de la Secretaría de Movilidad) como Ford brindarán el apoyo para que el programa piloto arranque durante el primer trimestre de 2020.

Esperamos que sea un piloto muy exitoso; por eso vamos a poner indicadores muy puntuales y muy cuantitativos para medir cantidad de niños beneficiados, madres beneficiadas y cuánta gente está utilizando el asiento para que entonces se justifique se convierta en política pública”, indicó.

“La tirada también es que Ford construya vehículos ya fabricados con esta iniciativa, es decir, una zona preasignada al sector vulnerable de madres con hijos”.

De esta forma, en unos meses, la Ciudad de México podría ofrecer una opción de movilidad digna para uno de los sectores más olvidados del transporte público: los niños.

El pepel de la Semovi

Andrés Lajous, titular de la Secretaria de Movilidad de la CDMX, aclaró que el papel de esa dependencia en el City:One Challenge se limitó al diseño de las necesidades de la problemática a resolver, mientras que los participantes privados aportaron el financiamiento.

“Se decidió que el proyecto de la silla (el ‘Asiento participativo’) fuera premiado porque nos pareció un buen proyecto y los demás estuvieron de acuerdo”, reveló.

La forma en la que estamos trabajando (en el gobierno de la Ciudad de México) tiene que ver con los usuarios más vulnerables del transporte, como personas con discapacidad, mujeres y niños”.

Sobre este y otros proyectos que se presentaron durante el concurso, Lajous apuntó que por ahora tienen contacto, aunque no son necesariamente parte de un proyecto de la Semovi.

El City:One Challenge es un programa que la empresa Ford lleva a cabo en otros lugares del mundo, y de las siete ciudades que han participado, la Ciudad de México es la que más participantes ha registrado en su página web con 1,083 usuarios.

Con información de Noticieros Televisa