Proyectos de infraestructura: muchos millones, mínima recuperación para el gremio

Los millonarios proyectos de inversión en infraestructura anunciados recientemente por el gobierno y el sector privado mexicanos ayudarían a sacar de la recesión al sector construcción, pero la recuperación sería mínima, dijo el gremio que agrupa a las empresas del rubro.

La construcción, que representa el 7.5% de la economía del país, ha caído por 16 meses consecutivos y ha abonado a que la economía mexicana, la segunda más grande de Latinoamérica, entre en un estancamiento.

“En 2020 la industria de la construcción podría crecer a una tasa de entre 1% a 1.5%”, dijo Eduardo Ramírez, presidente de la CMIC, un gremio que reúne a unas 12,000 empresas constructoras.

Sin embargo, el industrial condicionó el magro repunte a una serie de factores: que se lleven a cabo los acuerdos de inversión y se resuelvan las barreras burocráticas, como permisos y derechos, entre otros.

Desde julio de 2018, la construcción ha caído sostenidamente según datos del instituto de estadística INEGI, con base en las obras realizadas por las empresas y sus precios. Se trata de la peor racha de bajas desde la ocurrida entre diciembre de 2012 y agosto de 2014.

En aquel momento, la contracción se debió al cambio de modelo en la gestión de vivienda de Enrique Peña Nieto y, si bien llevó a la quiebra a algunas desarrolladoras, no impactó al resto de la industria como ahora, cuando incluso cementeras como Cemex han bajado sus ventas y proyecciones 2019.

Grandes obras

Las empresas constructoras calculan que durante el año se dejaron de crear unos 120,000 puestos de trabajo en la construcción, que tuvo una caída interanual de 3.8% en el empleo entre enero y octubre, de acuerdo con el INEGI.

A nivel nacional, entre enero y noviembre se crearon 313,184 empleos formales menos que en igual lapso en 2018, con una caída de 30.3%, la generación más baja desde 2013, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Antes de tomar posesión del cargo en diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador canceló el mayor proyecto de infraestructura de México hasta entonces, un nuevo aeropuerto capitalino de 13,000 millones de dólares que quedó a medias.

El mandatario ha anunciado que, en cambio, edificará una terminal aérea más barata en lo que hoy es una base militar y se concentrará en un reducido grupo de obras bandera cuyo punto común es ayudar a desarrollar el empobrecido sur mexicano.

“Hay una decisión de disminuir el número de grandes obras. Y el problema de fondo es que en concreto (el Gobierno) sólo tenía lo de la refinería, el aeropuerto, el Tren Maya y algo en Pemex”, dijo el economista mexicano José Luis de la Cruz.

Industriales y analistas coinciden en que la burocracia asociada al cambio de administración federal y en los estados, aunado a un ambicioso plan de austeridad impulsado por López Obrador, ralentizaron la ejecución presupuestaria este año y recortó las expectativas de inversión pública para el próximo.

Recursos austeros

Hasta septiembre se había licitado el 31% del monto aprobado en el presupuesto para las 12 dependencias ministeriales y empresas estatales que históricamente invierten más en obra pública, según cifras de la CMIC.

Los constructores habían pedido incrementar la inversión en infraestructura en el presupuesto 2020, que ya fue aprobado por el Congreso y en el cual los recursos asignados a esta área se redujeron un 8.6% versus lo aprobado para este año.

“Lo más importante es buscar cómo generamos mayor inversión desde el ámbito privado (…) Esa sería la línea y, si se logra esto, el año que viene puede ser muy bueno y pueden empezarse a revertir los números de 2019”, dijo aparte el presidente de la cámara y destacó que mantener finanzas públicas sanas también será determinante para una recuperación.

Reuters