¿Qué hacer para que México crezca?

Desde la campaña presidencial Andrés Manuel López Obrador ha dicho que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá al 4% -recientemente lo reiteró en el Plan Nacional de Desarrollo-, pero ¿Qué se tiene que hacer para que eso suceda?

Industriales y economistas expresan en qué temas deberían enfocarse las acciones del nuevo gobierno para lograr sus expectativas de crecimiento.

López Obrador fue invitado de honor en la toma de posesión del nuevo dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar. Aunque en otros momentos el presidente ha atacado al empresariado, ese 27 de febrero fue diferente, pues reconoció que sin la participación de los empresarios México no puede crecer.

“No puede lograrse una tasa de crecimiento del 4% si no se cuenta con la participación del sector privado”, dijo. Mientras instituciones financieras y organismos internacionales pronostican una desaceleración de la economía este año, el presidente asegura que México crecerá 2% este año.

Para lograrlo, industriales, empresarios y economistas advierten que tienen que darse algunas condiciones y acciones específicas.

“Revisar los costos de energéticos y que las compras del gobierno favorezcan el contenido nacional. Si en México se produjera el 10% de las importaciones de insumos intermedios, que suman alrededor de 350,000 mdd, el PIB crecería entre 2% y 2.5% más”, apunta José Luis de la Cruz, director del Instituto Mexicano para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico.

Certidumbre para la inversión

Para los distribuidores de automóviles, la desaceleración de la economía es un factor de riesgo, y, ante ello, uno de los mayores retos para el gobierno federal es restablecer el ambiente de confianza entre los inversionistas locales y extranjeros, que se vio afectado con decisiones como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco y la pausa en las rondas petroleras.

Los industriales también demandan que se combata la inseguridad y se dé un manejo adecuado a los conflictos sociales, como el bloqueo ferroviario en Michoacán que llevó a cabo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y que provocó que los trenes de carga se quedaran varados afectando el desempeño de la economía.

“Parte de la incertidumbre es que no se sabe qué esperar. Por lo pronto, vemos una tendencia descendente en las ventas, al cierre de 2018, la comercialización de unidades se contrajo 7%; para este año, la expectativa es una disminución de 4.5% en las ventas”, advierte Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.

El directivo sugiere sustentar los proyectos de inversión pública en su viabilidad financiera y social, y se refirió, concretamente, a las dudas que hay en torno a la construcción del Tren Maya y de la refinería en Tabasco.

Respeto al Estado de derecho

Ante un entorno de desaceleración económica, a la iniciativa privada le preocupa, entre otras cosas, que el gobierno continúe realizando consultas populares sobre las obras y proyectos de trascendencia para el país, porque pueden usarse para cancelar proyectos que no desea la actual administración, lo que aumentaría la desconfianza entre los inversionistas nacionales y extranjeros.

Para Juan Manuel Chaparro Romero, presidente de Fomento Industrial de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, es elemental que el gobierno federal garantice el Estado de derecho, que asegure el respeto a las inversiones realizadas y las que están por llevarse a cabo.

No queda claro para los industriales cómo se promoverán las inversiones luego de que el actual gobierno decidió desaparecer la dependencia que se dedicaba a ello, ProMéxico, por un tema de austeridad.

El inicio de este año es atípico, comenta Chaparro, pues se trata de un gobierno nuevo, no tradicional, con objetivos distintos al anterior. A casi tres meses de haber iniciado el sexenio, persiste la incertidumbre entre algunos inversionistas.

“Los empresarios habían planeado que las obras y proyectos como los cancelados o suspendidos permitirían a la economía mexicana lograr crecimientos entre 2.5 y cerca del 3% del PIB”, señala.

¿Crecer vía inversión o programas sociales?

Este gobierno tomó una economía en desaceleración, que se va a pronunciar en la primera mitad de este año y se agravará. Frente a este escenario, Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody´s Analytics, plantea riesgos y retos.

«Hay dos recetas: una saludable y otra, no tan saludable. La primera consiste en incrementar la inversión en infraestructura, tanto pública como privada, y en capacitar a los trabajadores, ello genera constante crecimiento a mayores tasas y riqueza. La segunda es usar la política económica expansiva para estimular el consumo, a través de los programas de las becas a estudiantes y apoyos a la tercera edad, lo cual podría generar un repunte transitorio», dijo Coutino a la pregunta de ¿qué hacer para que México crezca 2% en 2019?.

En torno a ¿Cuánto podría crecer la economía con los apoyos económicos?, el director regional apunta que «Es difícil cuantificar cuál será el efecto neto en la economía dado que podría ser opacado por el desempleo en el sector público y privado. Tenemos dos efectos encontrados, por un lado, se le da dinero a algunas personas, pero, por otro, se ha generado un volumen importante de desempleo”.

«Independientemente de la entrega de recursos, nuestra proyección es que la economía mexicana crezca menos del 2% en este año, cuando mucho, 1.5%, con el riesgo de irse a la baja luego de que disminuyeron los indicadores de empleo y ventas a principios de año», agrega.

Promover la sustitución de las importaciones

Frente al menor crecimiento mundial, las exportaciones mexicanas podrían desacelerarse, ante lo cual el gobierno federal debe estar preparado y aplicar programas que prevengan una afectación mayor a la economía, que ayuden el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y estimularía el crecimiento interno.

«México debe impulsar una política encaminada a sustituir importaciones y dar valor agregado a los productos, en el que participe la pequeña y mediana empresa, y lograr un efecto multiplicador», considera Fernando Ruiz, director del Consejo Mexicano de Comercio Exterior.

Para ello, dice, «debe haber un esfuerzo coordinado entre sector público y sector privado, apoyando a las Pymes con capital semilla, de trabajo para adquirir maquinaria para sustituir importaciones y que éste se quede exento del pago de IVA, además de ofrecer crédito a tasas competitivas.

Al preguntarle ¿Cuál es la expectativa de crecimiento de las ventas al exterior de México este año? Ruiz señala que: «Prevemos que las exportaciones mexicanas se contraigan 2% con respecto a 2018, cuando superaron los 450,000 millones de dólares. En contraste, las importaciones sumaron 460,000 millones de dólares, debido a un aumento de las compras de gasolina y de mayores bienes intermedios ante la expectativa de un crecimiento de la producción nacional en los primeros meses de este año».

FUENTE : expansión