De nuevo, se escuchan noticias de que nos estamos acercando a una recesión en el mundo.
El diario estadounidense Bloomberg, informó que China registró su crecimiento más débil de su producción industrial desde 2002, que la economía de Alemania se contrajo por el desplome de las exportaciones, y que la producción de la zona euro disminuyó en el mayor nivel en más de tres años por el enfriamiento de la expansión general.
Las advertencias más claras de que se acerca una recesión que no había desde la crisis financiera mundial fueron enviadas por los mercados de bonos de Estados Unidos y Reino Unido.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retrasar la aplicación de algunos aranceles a Pekín provocó el alivio del mercado.
Este miércoles, las bolsas europeas caían, mientras que los bonos subían. Asimismo, la prima entre la deuda gubernamental a dos años y la de diez años en el Reino Unido y Estados Unidos cayó por debajo de cero, un cambio que comúnmente precede a una contracción.
La economía del mundo se dirige a su crecimiento más débil registrado desde la crisis financiera por las disputas comerciales, que vienen de la mano del enfriamiento de la demanda mundial y las crisis geopolíticas.
Los bancos centrales ya han ofrecido su apoyo. La Reserva Federal de EU ha recortado sus tasas de interés en las últimas semanas y se espera que en el próximo mes el Banco Central Europeo haga lo mismo.
La desaceleración también aumenta la presión sobre los gobiernos para que tomen medidas de estímulo fiscal.
La zona euro ya se está viendo afectada por el débil crecimiento, pues Francia y España están desacelerando y la situación en Italia empeora con el tiempo.
La producción industrial en el bloque se redujo un 1.6 por ciento en junio. El crecimiento económico se desaceleró 0.2 por ciento en el segundo trimestre, la mitad del ritmo registrado el trimestre anterior.
Lo mismo sucede en China, donde el crecimiento de la industria se desaceleró al 4.8 por ciento desde el 6.3 por ciento. Este lunes, el gobierno informó de una caída del crecimiento de la demanda de crédito, lo que agrava la presión para que autoridades chinas impulsen el estímulo.