Recordar a Mimí Derba

 

No podría terminar este 2018 sin evocar una figura excepcional, difuminada en las brumas de otras épocas. El tiempo es injusto. En México hemos olvidado a una actriz de carácter, feminista a su manera, muerta hace 65 años, quien además fue la primera directora de cine de nuestro país: Mimí Derba. Me unen lazos afectivos con uno de sus nietos. Mimí comenzó como tiple en el Teatro Lírico y se hizo famosa en 1913 con una controvertida zarzuela mexicana, del gran compositor Pepe F. Elizondo:  El país de la metralla. 

Para el lector que se sienta atraído por curiosidades históricas, le diré que tengo el librero original de esta obra del género chico, escrito para defender nada menos que a Victoriano Huerta y criticar al insurrecto coahuilense Venustiano Carranza, de quien se hacía mofa y escarnio en la obra. Cuando Carranza llegó de presidente, su primera medida gubernamental fue correr del país a Elizondo, que por poco muere infartado por el miedo. 

Años después, Mimí Derba se hizo amante del general nuevoleonés, nacido en Lampazos, Pablo González y fruto de ese adulterio (el general era casado), la actriz consiguió recursos para fundar su propia casa productora Azteca Films.  El negocio fue un completo fracaso, aunque produjo un largometraje mudo muy exitoso: La banda del automóvil gris (décadas después le empalmaron diálogos y la echaron a perder). 

En esta película se hace referencia a los asaltantes que asolaban el primer cuadro de la Ciudad de México en la segunda década del siglo XX y que encabezaba, irónicamente, un funcionario público de primer nivel, el propio Pablo González, patrocinador del filme y militar muy popular en esos días porque acababa de  asesinar en Chinameca, Morelos, a Emiliano Zapata. 

Mimí Derba, la mejor amiga de Maria Conesa “La Gatita Blanca”, migró de las tandas del Lírico al cine de época. Todavía podemos recordarla como la abuela insoportable de Chachita (niña a su vez insoportable) en el melodrama efectista Ustedes los ricos, de Ismael Rodriguez, con un Pedro Infante en plenitud de su carisma actoral (que no es lo mismo a gran actor). 

La capacidad histriónica de La Derba es tan grande como la de Sara García y se lleva de calle a otra diva con personalidad arrolladora pero de recursos escénicos limitados: María Félix. Quien quiera ver escenas prototípicas de la Derba, le mencionaré una sola: ya entrada en años, actuando en la película México de mis recuerdos de Juan Bustillo Oro, Derba le dice garbosamente y con los brazos en jarra a su sobrino díscolo que le pide dinero prestado: “no te daré ni un peso, porque yo también tengo recursos zarzueleros”. ¡Y vaya que los tenía!