Resaca social, la razón detrás de que la ‘nueva normalidad’ esté drenando a las personas

Cada vez más personas padecen de resaca social al regresar a casa después de la escuela, el trabajo y las reuniones con otras personas.

Al llegar a casa, el malestar se hace más evidente. En la reunión, casi pudo haber pasado desapercibido. Sin embargo, después de pasar un rato con otras personas, parece que un cansancio ajeno toma control. Tras casi un año de encierros obligatorios, empezar a convivir con los demás se ha convertido en un reto para algunas personas. Al salir del cine, cenar con amigos o terminar de trabajar, padecen de resaca social.

Acostumbrados al distanciamiento social

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Fotografía: Vlada Karpovich / Unsplash

El fenómeno ha sido analizado recientemente por la psicóloga social Esther Lopez-Zafra, quien condujo un estudio para la Universidad de Jaén, en España. En los albores de la ‘nueva normalidad’, se dio cuenta de que un número considerable de personas habían entorpecido sus habilidades de comunicación con los demás.

No sólo eso. Según su artículo para The Conversation, la resaca social que algunos padecen después de salir de fiesta o armar planes con amigos se está convirtiendo en una constante agotadora para la gente. 

“[…] esta necesidad de relacionarnos constantemente después de un periodo de restricciones puede tener consecuencias psicológicas, como la ansiedad o el agotamiento total, que pueden hacernos sentir destruidos por completo”, escribe la experta.

Las personas quieren tener contacto con el exterior como si pudieran “recuperar el tiempo perdido”, explica Lopez-Zafra. Aunque parezca contraintuitivo, al mismo tiempo padecen de un agotamiento absoluto cuando vuelven a casa, donde pasaron largos periodos de encierro obligatorio. Así funciona la resaca social.

A pesar de que somos seres sociales, la ansiedad de contacto pospandémico esconde, según su punto de vista, una falta de costumbre al contacto humano. Rehabituarnos se está convirtiendo en un reto, especialmente para aquellos que se encuentran en un espectro más introvertido de la personalidad.

Volver a salir

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Fotografía. Steven Arenas / Pexels

Después de más de año y medio de reclusión, hay quienes no encontraron dificultades al salir al mundo nuevamente. Esto se debe, según el psicólogo Daniel Cortés-Denia, a que tal vez sean más extrovertidos: personas que necesitan de más contacto social para sentirse bien anímicamente. Para los introvertidos, la historia es al revés.

Durante los meses de encierro, se vio que quienes preferían quedarse en casa incluso antes de la emergencia sanitaria no encontraron muchos problemas para enfrentar la ‘soledad pandémica’. Por el contrario, las personas que disfrutaban de salir de fiesta y organizar encuentros sociales sufrieron más el distanciamiento social.

A pesar de que esto es cierto, después de tantos meses de encierro, el fenómeno de la resaca social nos alcanzó a todos. Aunque en intensidades distintas, las personas se acostumbraron a hacer todo desde casa. En algunos casos, sin salir siquiera de su habitación.

Esta dinámica propulsó que, al volver a salir, tener contacto con los demás se volviera extremadamente cansado. Aún así, ambos autores instan a la gente a retomar el curso de socialización que se llevaba antes de la pandemia. Con las medidas sanitarias debidas, es necesario restablecer estas conexiones en persona. Finalmente, todavía nadie nace con una computadora frente a los ojos.

¿Cómo se afronta la resaca social?

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Fotografía: Zydeaosika / Pexels

Aunque tener contacto con otras personas más allá de casa es necesario, puede representar un reto significativo para las personas más aprehensivas. Por ello, ambos psicólogos sociales concuerdan en una serie de consejos para afrontar las situaciones sociales de nueva cuenta.

  1. Saber decir que no: antes que nada, habría que reconocer los límites humanos que tenemos, o que desarrollamos a partir de la pandemia.
  2. Expresar asertivamente lo que sentimos: de esta manera, los demás tendrán conocimiento de cómo estamos anímicamente, y les será más sencillo empatizar.
  3. Descansar: es necesario regresar a nuestro propio espacio, de manera que podamos recuperarnos del contacto con los demás.

Cambiar de rutina y romper patrones aprendidos es difícil. Más aún cuando fueron impuestos por una situación externa, extrema y desconocida a nivel global. Sin embargo, vale la pena recordar que todo pasa y que, progresivamente, es posible recuperar algo de lo que se perdió en medio de la crisis sanitaria.

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