Se derruye imperio regiomontano Famsa y con él 13 mil empleos

Con casi 800 tiendas y sucursales bancarias en Estados Unidos y México, el imperio comercial y financiero que inició en 1970 el empresario regiomontano Humberto Garza González (1927 – 2020) llegó a la cumbre a finales de 2019. Medio siglo después de lo que inició como una tienda o mueblería en el corazón de Monterrey, Grupo Famsa llegó a facturar más de 20 mil 500 millones de pesos y ahora está en peligro de desaparecer.

Los malos manejos del negocio que parecería los llevaría al éxito, hundieron a la cadena comercial que peleaba al tú por tú contra sus rivales comerciales como Wal-Mart, Elektra, Coppel, Sears y en ciertos productos contra Liverpool, Palacio de Hierro, Hermanos Vázquez, Fábricas de Francia, entre otras cadenas.

Hasta marzo de 2020, el emporio comercial de Garza González tenía 379 tiendas Famsa en México, 51 tiendas en Estados Unidos y 359 sucursales de Banco Famsa. Eran más de medio millón de metros cuadrados de piso de venta. En todo 2019 facturó 20 mil 535 millones de pesos, tan sólo en el cuarto trimestre de 2019 vendió 5 mil 600 millones. Sin embargo, llegó la pandemia y su facturación disminuyó a 4 mil 573 millones en el primer trimestre de 2020.

Sin embargo, en junio de 2020 la autoridad financiera en México (la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, CNBV) revocó por malos manejos la licencia de Banco Famsa. Eso llevó a la compañía a pérdidas millonarias.

Famsa “ha perdido una cantidad superior a su capital social, lo que de acuerdo con la Ley General de Sociedades Mercantiles podría ser causa de disolución a petición de un tercero interesado”, indicó su auditor.

Así, en agosto de 2020, por voluntad propia la empresa solicitó la protección legal a través de la Ley de Concursos Mercantiles en México y bajo el Capítulo 15 del Código de Bancarrota de Estados Unidos. Dicha protección legal es para proteger los activos de la empresa ante demandas de sus acreedores.

Aunque, los estados financieros de Grupo Famsa revelan que en 2020 la compañía entró en quiebra técnica. Es decir, sus deudas superaron a sus activos. El total de propiedades (activos) fue por 11 mil 794 millones y el total de deudas (con costo y sin costo) por 15 mil 277 millones. Es decir, vendiendo todos los activos, faltarían 3 mil 483 millones para liquidar sus deudas. Esto último, técnicamente se le llama capital contable y en 2019 fue positivo con casi 20 mil 500 millones.

Así, a nueves de la primera solicitud de concurso mercantil, Famsa anunció que otra de sus subsidiarias solicitó protección legal.

La “subsidiaria Impulsora Promobien S.A. de C.V. ha presentado el día de hoy la Solicitud voluntaria de Concurso Mercantil en los términos y para los efectos previstos en la Ley de Concursos Mercantiles; en espera de que dicha solicitud pueda ser admitida por las autoridades jurisdiccionales competentes”.

En ese escenario, con la información pública disponible, Famsa ha despedido a poco menos de 13 mil empleados entre el cierre de diciembre de 2020 y marzo de 2021. Derivado del binomio pandemia y cierre de Banco Famsa, el año pasado la empresa cerró 115 tiendas en México y Estados Unidos.

El número de empleados despedidos se incrementa a casi 14 mil 500 si se compara la ocupación del cierre de diciembre de 2019 a marzo de 2021. Todo ese desempleo fue lo que generó el mal manejo del Banco Famsa.
Pese al recorte de personal, la deuda con costo sigue creciendo. El saldo a diciembre de 2020 fue de 9 mil 304 millones de pesos y a marzo pasado de 9 mil 381 millones, es decir 77 millones más.

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