¿Te cuesta trabajo aceptar que ésa es nuestra imagen? Supéralo con calma. Ya es momento de que nos representemos con la realidad y no con aspiraciones whitexicans.
Louis Vuitton, Gucci, Dior y Prada conforman el styling de Yalitza Aparicio y Marina de Tavira para la edición norteamericana de Vanity Fair este diciembre de 2018, donde aparece también una entrevista a Alfonso Cuarón y que ahonda en los intersticios de su compleja narración histórico-personal: Roma. Película que ambas protagonizan.
Tras la publicación de estas fotografías, ambas actrices encarnan hoy el ejemplo irredento de cómo no necesitamos la imitación o la reproducción de supuestos absolutos estéticos, sino el continuo descubrimiento de apariciones y maneras de narrarse que tiene lo bello, así como las distintas performáticas que alcanza el ser-mexicano después de tales hallazgos.
Tal y como la cinta pretende deconstruir los roles reduccionistas en el género femenino y reflexionar en torno a las transformaciones urbanas –y por tanto, políticas y epistemológicas– en la Ciudad de México, Aparicio y De Tavira abren el diálogo sobre las imágenes que generamos de la vida diaria en nuestro país, de las mujeres que le habitan y de cómo entendemos nuestro aparecer como mexicanos.
«Es una ciudad que crece tan rápido», dice Cuarón refiriéndose a la CDMX. «Veo un rincón y no puedo evitar recordar cómo fue». Describe a Roma como una mirada a su pasado desde el punto de vista del presente, un palimpsesto cinematográfico que refleja la construcción de la propia Ciudad de México. «Tienes esta ciudad cosmopolita y moderna, pero está construida sobre edificios coloniales de piedra, que se construyeron sobre pirámides y templos, los cuales se construyeron sobre un lago».
Y quizás, bajo el mismo esquema de disección, deberíamos estudiar qué se encuentra debajo de nuestras ideas y aspiraciones de belleza y moda en México, para renovarnos una vez más, saber a qué le debemos rendir homenaje y no seguir trabajando sobre espejismos que dañan a lo que somos.
«No todos los mexicanos somos morenos», «Vengan al Norte, acá sí habemos güeros», «Ése es el prieto de la ciudad, visiten Guadalajara», «Aunque la mona se vista de seda», «Sigue pareciendo de tianguis» y «Es Toñita» son sólo algunos de los comentarios que hoy se replican en redes sociales. ¿En serio, mexicanos? ¿Eso es lo más inteligente y prudente que pueden decir sobre la presencia de una compatriota en una publicación internacional que habla sobre su trabajo?
Si es así, o no entienden las intenciones en un filme como Roma o es que ustedes no merecen un cine mexicano como el contemporáneo. Los esfuerzos visuales y argumentativos de la película, siempre enfocados a reestructurar el entendimiento geográfico de nuestra sociedad y a visibilizar aquello que suele colonizarse por la aspiración o la pretensión –plantándonos muy a lo Guy Debord–, no valen nada si no desistematizamos ese racismo tan nuestro que siempre escupe al cielo. Que no nos permite avanzar ni en el sector Moda del país ni en el desarrollo pleno de nuestra identidad frente al mundo.
FUENTE: culturacolectiva