5 maneras para mantener tu cerebro joven, activo y saludable

Diseñamos una guía sencilla para mantener el cerebro sano, con acciones que evitan que las personas padezcan demencia en la vejez.

Kailas Roberts lleva años practicando la psiquiatría en el sector privado de Australia. Tras décadas de experiencia como especialista en salud cerebral, duda sobre si la expectativa de vida más larga en Occidente es una buena noticia. Más que nada, para garantizar que las personas puedan mantener un cerebro sano a largo plazo:

“El cuerpo bien podría seguir funcionando a lo largo de todas estas décadas, pero el cerebro podría no hacerlo; y, si queda sano pero con un cerebro permanentemente comprometido, entonces estará en una posición poco envidiable”, escribe el experto en su artículo para Aeon.

Con esto quiere decir que, aunque los demás órganos y otras partes del cuerpo estén funcionando correctamente, podría ser que las personas no gocen de buena salud tras pasar el umbral de los 65 años. Si el sistema nervioso tiene dificultades para operar, difícilmente podrán disfrutarse de los beneficios de tener un organismo funcional.

Por esta razón, Roberts considera que la gente debería de preocuparse por tener un cerebro sano incluso antes de llegar a los 40. Éstas son algunas de las acciones sencillas que recomienda incorporar a la rutina diaria, de manera que se reduzca la probabilidad de padecer demencia, y otros malestares nerviosos en la vejez.

Pensar que eres más joven

cerebro sano
Fotografía: Vidar Nordii Mathisen / Unsplash

Graham Lawton, corresponsal de salud para New Scientist, asegura que la edad subjetiva tiene un impacto real en la salud de las personas mayores, así como en su longevidad. Con esto se refiere a que, dependiendo de qué tan vieja se siente una persona, actuará con patrones de la edad que culturalmente se le asigna.

“Las personas que se sienten más jóvenes de lo que son en realidad a menudo lo son, en términos de cuánto tiempo les queda de vida”, escribe el autor.

Por ello, el primer paso para tener un cerebro sano es no condicionarlo psicológicamente a creer que habita en un cuerpo añoso o decrépito. Por el contrario, pensar conscientemente que se goza de salud programa al sistema nervioso a actuar en consecuencia.

Ejercitar al cerebro

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Fotografía: Vlad Sarga / Unsplash

Hay mitos en torno a cómo ejercitar al cerebro. Desde juegos en el celular hasta jugar ajedrez, los medios se han encargado de hacer creer a las personas que hay métodos infalibles para fortalecer al sistema nervioso. Sin embargo, Roberts asegura que el cerebro es como un músculo. Como tal, “se puede entrenar”. Así como sucede con los demás músculos del cuerpo:

“[…] la falta de entrenamiento y actividad mental puede conducir a una pérdida de la función cognitiva y falla cerebral”, escribe Roberts.

Por ello, el experto recomienda no depender de la gente a nuestro alrededor para recordarnos palabras, conceptos, fechas importantes o tareas del día al día. Hacer un esfuerzo por recordarlas por nuestra cuenta ayuda a que el cerebro haga ejercicio y se mantenga sano.

Salir a correr o caminar

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Fotografía: Barbara Olsen / Pexels

El cerebro funciona, entre otros elementos, gracias al oxígeno que transporta la sangre a la cabeza. Cuando una persona se acostumbra a correr, caminar o a hacer otros ejercicios aeróbicos desde la juventud, es más probable que la persona no desarrolle problemas nerviosos más tarde en la vida.

Esto es así porque, si el cerebro se mantiene bien oxigenado, también se mantiene activo y funcionando correctamente. Por ello, para mantener niveles de oxigenación adecuados, vale la pena mantener los pulmones sanos. Dejar de fumar y pasar tiempo en la naturaleza promueven que el binomio pulmón-cerebro permanezca en sintonía. Incluir una dieta mediterránea es un complemento valioso en este esfuerzo.

Pasar tiempo en la naturaleza mantiene la cerebro sano

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Fotografía: Dmitriy Ganin / Pexels

Un estudio de Healthline asegura que 2 horas a la semana en contacto con la naturalezason suficientes para estimular la actividad cerebral. Parece ser que el cerebro de los niños se desarrolla mejor cuando ellos crecen rodeados de la naturaleza. Específicamente, en entornos rodeados por árboles. Parece que las neuronas imitan el crecimiento de las raíces y las ramas, que se expanden sobre sus cabezas.

Los mismos beneficios, sin embargo, se habían pasado por alto en personas adultas. En respuesta al trabajo de investigación realizado en Estados Unidos, un equipo de científicos británicos aplicó el mismo criterio en un estudio llevado a cabo por Office of Disease Prevention and Health Promotion. El impacto a nivel mental y físico fue inmediato.

Hacer cambios pequeños en la rutina diaria

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Fotografía: Tope A Asokere / Pexels

Parte de mantener un cerebro sano está en sacarlo de su zona de confort. Si tenemos una rutina muy rígida, el sistema nervioso se acostumbra a operar bajo indicaciones específicas. Por esta razón, las conexiones de la red neuronal no necesitan expandirsehacia otros horizontes, literalmente.

Para promover que los axones busquen otros caminos para resolver las tareas diarias, vale la pena hacer cambios ligeros —casi imperceptibles— en cómo llevamos a cabo ciertas acciones. Un ejemplo podría ser lavarnos los dientes con la mano contraria a la que acostumbramos, o modificar la ruta en el camino a casa sin apoyo de alguna aplicación con GPS.

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