El Ejército estadounidense desfiló este sábado en Washington DC para celebrar su 250º aniversario en lo que muchos vieron como una rara exhibición de fuerza pública en el país.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, quien desde hace tiempo expresa su deseo de organizar un evento de este tipo, fue parte de un desfile donde participaron más de 6.000 soldados, 150 vehículos y 50 aviones que cruzaron la Avenida Pensilvania, cerca de la Casa Blanca.
El desfile tuvo lugar en el contexto de un a jornada de masivas protestas bajo el lema «No Kings» («No a los reyes»), que se llevaron a cabo en decenas de ciudades y poblaciones del país, consideradas por muchos como las mayores que se han visto desde que Trump regresó al poder.
El desfile de Washington DC ha mantenido una narrativa en la que se honra el papel del Ejército estadounidense en importantes victorias históricas y, a la vez, coincidió con el cumpleaños número 79 del presidente.
Pero el evento de un día, que según el Ejército podría costar hasta US$45 millones, ha recibido críticas de algunos que lo consideran un proyecto de vanidad y un mal uso del dinero de los contribuyentes.
Las tensiones del día aumentaron aún más cuando se conoció que un hombre había asesinado a una legisladora estatal de Minnesota, en lo que según dijo el gobernador Tim Waltz había sido un acto «motivado políticamente».
Avanzado del desfile, Trump subió al podio y tomó juramento de un grupo de 250 reclutas que acaban de ingresar al ejército.
En su discurso, envió una advertencia a los «enemigos» de su país.: «Una y otra vez los enemigos de Estados Unidos han aprendido que si amenazas al pueblo estadounidense, nuestros soldados vendrán a por ti», afirma.
«Su derrota será segura. Su caída será total y completa.»
BBC News Mundo