
En septiembre de 2025, México vivirá un momento histórico con la llegada del Olinia, un auto eléctrico pensado y desarrollado en el país que costará menos de 150 mil pesos y que podrá recargarse en cualquier toma de corriente convencional. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que más de 100 científicos e ingenieros trabajan desde hace meses en Puebla para cumplir con un objetivo ambicioso: fabricar un vehículo accesible, sin emisiones y adaptado a las necesidades de movilidad de los mexicanos.
Este proyecto busca no solo poner en las calles un medio de transporte asequible, sino también abrirle camino a México dentro de la industria automotriz eléctrica. El Olinia ofrecerá tres versiones: un compacto de dos puertas, otro de cuatro y un modelo tipo camión para entregas de última milla que será el más costoso, con precio tope de 150,000 pesos. Cada variante utilizará una plataforma tipo “patineta” que permite integrar distintos diseños sobre la misma base, una estrategia que recuerda a las usadas por Tesla o BYD para reducir costos y acelerar la producción.
El plan no se limita a un solo lugar: la fabricación se realizará en Puebla y Sonora, con la posibilidad de ampliar la producción conforme aumente la demanda. La idea de un auto eléctrico nacional no surgió de la nada. El proyecto Olinia es resultado de una colaboración entre la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, el Tecnológico Nacional de México, el Instituto Politécnico Nacional (que se encarga del diseño exterior, interior, sistemas embebidos, además del cargador) y empresas privadas.
Con un presupuesto inicial de 25 millones de pesos, el equipo estudió durante meses los hábitos de conducción, las distancias promedio y las condiciones de las calles en México para diseñar un vehículo que responda a esas realidades. La meta es clara: ofrecer un auto más barato de operar que cualquier coche a gasolina, e incluso que una motocicleta.
Plataforma tipo “patineta” de Olinia.
Roberto Capuano Tripp, líder del proyecto Olinia, señaló que el vehículo será ligero pero con potencia suficiente para subir pendientes. Además, su sistema de carga permitirá conectarlo a cualquier enchufe, lo que en teoría eliminará la dependencia de infraestructura especializada que hoy limita a muchos modelos eléctricos. “Olinia” proviene del náhuatl “Olin”, que significa movimiento, y su logotipo será un alebrije que simboliza fuerza, fantasía y dinamismo.
El lanzamiento oficial del prototipo se realizó el 6 de enero de 2025, lo que marcó el inicio de la fase previa a la producción. Aunque lo mostrado no será el diseño definitivo, la presentación dejó ver un enfoque claro hacia la movilidad urbana: dimensiones compactas, carrocería ligera y un precio que podría cambiar la forma en que se perciben los autos eléctricos en el país. Inspirado en modelos asequibles de la India, el Olinia podría replicar ese éxito adaptado a la realidad mexicana.
Posibles modelos de Olinia.
Más allá del Olinia en México
El gobierno espera que este vehículo sea más que un producto de consumo. La intención es que la tecnología desarrollada genere regalías que financien nuevos proyectos de innovación. Con este movimiento, México busca enviar un mensaje claro: no solo quiere ser un mercado para los autos eléctricos fabricados en el extranjero, sino también un jugador que diseña y produce soluciones propias.
El verdadero reto vendrá después de septiembre de 2025. La producción en serie, la aceptación del mercado y la capacidad para cumplir con la demanda serán factores decisivos. Sin embargo, la expectativa es alta. Un auto eléctrico nacional, barato, funcional y que no dependa de infraestructura compleja podría ser la pieza que faltaba para acelerar la transición hacia la movilidad sostenible en México.
Xataka México