El municipio lidera el estado en desapariciones; activistas critican al alcalde por su ausencia y falta de respuesta ante la crisis
La ciudad de Reynosa, Tamaulipas, gobernada por el morenista Carlos Peña Ortiz, es prácticamente “tierra de desapariciones”, ya que ese delito va en aumento de forma exorbitante, al grado de que el municipio ya se ha colocado en el primer lugar de incidencia dentro del estado.
Muchas de esas desapariciones, según se conoce públicamente, son de regiomontanos que van a Reynosa por cuestión de trabajo y luego ya no se sabe nada de ellos.
Y mientras esto ocurre, acusan integrantes de colectivos de madres buscadoras; el que también está “desaparecido” es el propio Peña Ortiz porque “como todo el municipio sabe”, no vive en Reynosa, sino en Mission, Texas.
Las desapariciones en Reynosa han subido casi 10%, pues en el 2024 el municipio cerró con 2,655 y para el 16 de mayo pasado, que son los datos más actualizados, ya iban 2,817.
Es decir, hay una diferencia de 162 al alza, según datos del colectivo nacional Red Lupa, especializado en contabilizar y dar seguimiento a desapariciones.
“Reynosa concentra la mayor cantidad de casos de personas desaparecidas; para mayo del 2025 pasó del segundo al primer lugar.
“Los municipios de Matamoros, Victoria y Tampico tuvieron una ligera disminución de casos”, indica el reporte más reciente del organismo Red Lupa.

Tan solo en el mes de octubre, suman 11 desapariciones, cuatro de ellas de regiomontanos y una del empresario Marco Antonio Mariño Leal, vicepresidente de la Federación de Cámaras Nacionales de Comercio (Fecanaco).
Este empresario desapareció el 13 de octubre y, hasta el momento, no se sabe absolutamente nada.
Las 162 desapariciones registradas de enero a mayo, en Reynosa, son el 60% de todas las que se han registrado en Tamaulipas en ese mismo periodo del 2025 pues al cierre del 2024 el estado registraba 13,196 y para mayo acumulaba 13,468,2025, que es una diferencia de 272.
“En medio de una creciente crisis de seguridad, la ola de desapariciones en Reynosa mantiene en zozobra a decenas de familias que reclaman justicia y atención de las autoridades”, señaló una madre buscadora que pidió el anonimato.
Las desapariciones han pegado a los regios en mayor medida, según casos reportados en medios de comunicación.
El pasado 1 de octubre, Lorena Cortez Villa, mujer originaria de Monterrey, desapareció poco después de arribar al aeropuerto de Reynosa por motivos de trabajo.
De acuerdo con el reporte de su esposo, fueron interceptados por varios vehículos; les robaron sus pertenencias y únicamente ella fue privada de la libertad.
Desde entonces, su familia ha difundido su ficha de búsqueda y ha solicitado apoyo a través de redes sociales, sin obtener avances en la investigación.

Luego el sábado 18 de octubre, dos hombres y una mujer de Allende fueron “levantados” unos kilómetros antes de llegar a Nuevo León cuando venían de recoger un tractocamión en Reynosa.
Públicamente, uno de ellos, el chofer José Luis Garza Guerra, declaró públicamente que fueron secuestrados por “la Fiscalía de Reynosa”.
Al ser ubicados la mañana del jueves posterior, señalaron que los mismos elementos policíacos de Reynosa los entregaron con delincuentes, quienes trataron de pedir rescate, pero al ver “el lío” que se armó con su desaparición, los dejaron ir en General Bravo.

Desaparece empresario de Fecanaco
En tanto, el 13 de octubre, se reportó la desaparición del empresario Marco Antonio Mariño Leal, originario de Reynosa y radicado en Tampico, quien había viajado a esta ciudad por razones de negocios.
Al igual que en el caso de Lorena, ninguna autoridad ha informado resultados sobre su paradero, lo que ha incrementado la preocupación entre el sector productivo local.
Estos hechos se suman a otros nueve casos registrados solo en el mes de octubre, una cifra que, según colectivos de búsqueda, refleja la grave situación que enfrenta la ciudad.
Las familias de las víctimas han reiterado su exigencia de acciones coordinadas entre los tres niveles de gobierno y de un mayor compromiso por parte de las autoridades municipales.
A pesar de la magnitud del problema, la población percibe una alarmante indiferencia por parte de Peña Ortiz, quien ha insistido en que la seguridad pública “no corresponde al municipio”.
Sin embargo, los municipios son los primeros respondientes en materia de seguridad y deben colaborar con las autoridades para evitar este tipo de delitos.
“El alcalde reside gran parte del tiempo en la ciudad de Mission, Texas, lo que se interpreta como una muestra de desconexión con la realidad que enfrentan los reynosenses.
“Mientras las familias vivimos entre la incertidumbre y el miedo, el gobierno municipal continúa con su agenda cotidiana, sin pronunciarse de manera firme ante la crisis de desapariciones”, dijo la integrante de un colectivo de búsqueda, quien pidió el anonimato.
Colectivos y activistas lamentan que no se haya impulsado una estrategia local de apoyo a víctimas o de prevención del delito, y subrayan que la falta de empatía agrava el sentimiento de abandono entre la población.
“La diferencia entre la tranquilidad de Mission, Texas, y la violencia cotidiana en Reynosa simboliza la distancia física y moral entre quien gobierna y quienes padecen la inseguridad.
En esta frontera, donde las desapariciones se multiplican y las respuestas escasean, las familias repiten una misma frase en sus marchas: “La indiferencia también duele”.
El Horizonte