Se declara inocente el autor de matanza en sinagoga de Pittsburgh

El presunto autor de la matanza de once personas en una sinagoga de Pittsburgh (Pensilvania) el pasado sábado, Robert Bowers, se declaró este jueves no culpable de los 44 cargos por crímenes de odio que se le imputan en una corte federal.

De acuerdo a los documentos judiciales, Bowers, de 46 años, se declaró no culpable de los hechos acontecidos el pasado sábado, cuando presuntamente acabó con la vida de once personas en un tiroteo en el interior de un templo judío.

El acusado también solicitó que su caso se aborde en un juicio por jurado popular, aunque en el documento registrado este jueves no se estableció ninguna fecha de comienzo.

Sin embargo, el escrito sí que recogió que la duración del juicio oscilará entre las tres y las cuatro semanas.

El documento fue registrado este jueves durante la primera audiencia preliminar del caso en el Tribunal Federal para el Distrito Oeste de Pensilvania, en Pittsburgh.

El pasado lunes, el juez de la causa decidió aceptar la petición de la Fiscalía para que Bowers espere la resolución del juicio bajo prisión sin fianza.

El imputado podría enfrentarse a una condena máxima de pena de muerte o a pasar el resto de su vida en prisión, pero aún habrá que esperar hasta que la abogacía del Estado realice una solicitud de condena.

Este miércoles se oficializó el escrito de acusación contra Bowers, residente en el estado de Pensilvania, que asciende a 44 cargos contra la libertad religiosa, por ataque con arma de fuego contra civiles y agentes del orden, y por asesinato.

Mientras disparaba el pasado sábado de manera indiscriminada sobre los asistentes, Bowers gritó que había que “matar a todos los judíos”, unos mensajes antisemitas que han llevado a la Fiscalía a considerar el suceso como un crimen de odio.

Además, los medios locales han localizado varios mensajes publicados por el sospechoso en redes sociales empleadas por grupos supremacistas estadounidenses en los que alardeaba de su arsenal y manifestaba su odio a la comunidad judía.

Bowers accedió a la sinagoga de la Congregación del Árbol de la Vida armado con un rifle semiautomático AR-15 y tres pistolas Glock 57 y abrió fuego de manera indiscriminada sobre los fieles.

Trump y Melania depositaron flores en honor a las víctimas de masacre en Pittsburgh. (AP)
Trump y Melania depositaron flores en honor a las víctimas de masacre en Pittsburgh. (AP)

El martes 30 de octubre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania, visitaron la sinagoga de Pittsburgh (Pensilvania), mientras cientos de manifestantes denunciaban la reticencia del mandatario a condenar sin ambages el supremacismo blanco.

Nada más aterrizar en Pittsburgh, Trump se desplazó a la sinagoga Congregación del Árbol de la Vida, en la que el supuesto autor del tiroteo, Rob Bowers, irrumpió el pasado día 27 durante una ceremonia y comenzó a disparar al grito de “matar a todos los judíos”.

Además de su esposa, acompañaron a Trump su hija, Ivanka, y su yerno, Jared Kushner, que son judíos, junto al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, que profesa la misma fe.

Trump y sus familiares pasaron unos 20 minutos dentro y fuera de la sinagoga, donde conversaron con un rabino y depositaron una rosa blanca y una pequeña piedra sobre cada una de las once estrellas de David erigidas frente al templo, en memoria de las víctimas de la matanza.

El mandatario y su esposa entraron al vestíbulo de la sinagoga y encendieron allí velas en honor de las víctimas, pero no accedieron a todo el edificio porque aún se considera una escena del crimen y está acordonado por los investigadores.

Después, la familia Trump se desplazó al hospital presbiteriano de la Universidad de Pittsburgh, a donde fueron trasladados algunos de los heridos en el suceso.

Flores en honor a las víctimas del tiroteo en sinagoga de Pittsburgh. (AP)
Flores en honor a las víctimas del tiroteo en sinagoga de Pittsburgh. (AP)

Mientras, cientos de personas se congregaron en dos manifestaciones contra la visita de Trump a la ciudad, y sus gritos podían oírse desde las inmediaciones de la sinagoga en el momento de la visita del presidente.

Coreando “Váyase de Pittsburgh, váyase de Pensilvania”, los manifestantes portaban carteles con lemas como “Las palabras importan”, en referencia a lo que consideran un respaldo tácito del mandatario a los supremacistas blancos como el que atentó el sábado contra los fieles de la sinagoga.

Más de 70.000 personas de todo el país firmaron una petición publicada en internet en la que pedían a Trump que no visitara Pittsburgh hasta que no rechace “completamente el supremacismo blanco”.

 

 

 

 

 

Fuente:  EFE