Donald Trump, favorito para ser candidato republicano a la presidencia de EU, se mostró retador y desafiante ante la fiscal y el juez, a quienes acusa de orquestar una ‘cacería de brujas’.
Aguerrido y desafiante, el expresidente estadounidense Donald Trump se presentó este lunes en la corte para el inicio de un juicio por una demanda de fraude que podría costarle el control de la Torre Trump y otras propiedades preciadas.
“Un juicio lamentable”, declaró durante un descanso para comer tras escuchar a los abogados de la fiscal general neoyorquina Letitia James, quienes lo tacharon de mentiroso compulsivo. La demanda del estado de Nueva York acusa al magnate y a su empresa de engañar a bancos, aseguradoras y otras entidades al mentir sobre su patrimonio durante años en sus estados financieros.
“Estuvieron mintiendo año tras año tras año”, dijo Kevin Wallace, abogado de la oficina de James, mientras Trump se encontraba en la mesa de la defensa. El exmandatario miraba al frente, con los brazos cruzados, de espaldas a una pantalla que mostraba detalles de la presentación de Wallace.
Trump niega haber cometido delito alguno y asistió voluntariamente a un juicio que considera como una “farsa”, una “estafa”, una pérdida de tiempo del estado y “una continuación de la mayor cacería de brujas de todos los tiempos”. Trump, el precandidato favorito en la contienda presidencial del Partido Republicano rumbo a las elecciones de 2024, reiteró las afirmaciones de que James, quien es demócrata, está tratando de frustrar su intento de volver a la Casa Blanca.
“Lo que tenemos aquí es un intento de perjudicarme en una elección”, dijo afuera del tribunal, y añadió: “No creo que la gente de este país vaya a tolerarlo”.
Trump hizo un gesto de desdén a James cuando se cruzó con ella al salir a la hora de comer; ella se marchó sonriendo. Mientras tanto, su campaña comenzó inmediatamente a recaudar fondos usando la comparecencia.
Pero Trump se marchó afirmando que había conseguido una victoria, señalando comentarios que él consideraba como que el juez Arthur Engoron se acercaba a la opinión de la defensa de que la mayoría de las acusaciones de la demanda son demasiado antiguas.
El juez indicó que el testimonio sobre la declaración financiera de Trump de 2011 estaba fuera del plazo legal. Wallace prometió relacionarlo con un acuerdo de préstamo más reciente, pero Trump se tomó las observaciones del juez como un hecho “sobresaliente” para él.
Engoron falló la semana pasada que Trump cometió fraude en sus negocios. Si se mantiene el fallo en la apelación, la sentencia podría obligar a Trump a deshacerse de propiedades en Nueva York, entre ellas la Torre Trump, un edificio de oficinas en Wall Street, campos de golf y una finca en las afueras. Trump ha señalado que sería una “pena de muerte corporativa” y ha insistido en que el juez, de filiación demócrata, es injusto y está tras de él.
El Financiero