«Alcatraz de las Rocosas»: así es ADX, la cárcel «supermax» de EE.UU. donde ingresó Joaquín «El Chapo» Guzmán

Es la prisión federal más segura de Estados Unidos, de la que nunca pudo escapar un recluso, está en pleno desierto y ahora aloja a un capo narco mexicano famoso por sus fugas carcelarias: Joaquín «El Chapo» Guzmán.

Se trata de la Penitenciaría Administrativa de Máxima Seguridad en Florence, Colorado, mejor conocida por sus siglas en inglés de ADX o como el «Alcatraz de las Rocosas».

El ingreso de Guzmán a esa prisión «supermax» fue confirmado por la Agencia de Prisiones de EE.UU. (BOP, por sus siglas en inglés) a BBC Mundo este viernes, tras la sentencia a cadena perpetua que el líder del cartel de Sinaloa recibió el miércoles en Nueva York.

Robert Hood, un exdirector de ADX, estimó que Guzmán «será ubicado en un área lejos de otros reclusos» .

Agregó que es probable que el gobierno de EE.UU. solicite medidas especiales que le prohíban ver o escuchar a otros reclusos, familiares y amigos, aunque sí podría recibir visitas de abogados autorizados.

«ADX proporciona un escenario que está a un clic de distancia de la muerte sin aplicar la pena de muerte», indicó Hood a BBC Mundo.

Una fortaleza en el desierto

Las prisiones de máxima seguridad o «supermax» están diseñadas para recluir a largo plazo a los presos más peligrosos, considerados una gran amenaza para la seguridad pública.

La primera de estas prisiones en EE.UU. fue Alcatraz, en una isla de la bahía de San Francisco y cerrada definitivamente en 1963. La tercera fue ADX, abierta en 1994, la única a nivel federal que sigue activa.

Desde que «El Chapo» fue declarado en febrero culpable de enviar toneladas de cocaína a EE.UU. con asesinatos, violencia y sobornos, su defensa anticipaba que lo trasladarían a ADX.

Guzmán, de 62 años, se fugó dos veces de cárceles mexicanas de máxima seguridad —una de ellas por un túnel de kilómetro y medio en 2015— y el miércoles aludió a su próximo destino cuando dijo: «El gobierno de Estados Unidos va a enviarme a una prisión donde jamás van a escuchar mi nombre».

Ubicada en una zona remota y semiárida de Colorado, ADX tiene seis torres externas con guardias armados, más otras tantas de una penitenciaría vecina, y su perímetro es vigilado a cada instante por patrullas móviles.

Hood indicó que también hay cables de disuasión de helicópteros, para controlar intentos de aterrizaje cerca de la prisión, y están prohibidos los aviones no tripulados en el espacio aéreo.

Pero lo que hace a ADX un lugar especialmente duro es su interior.

Gritos por tuberías

«Dentro de ADX hay cientos de cámaras, puertas de seguridad electrónicas y procedimientos para controlar todos los aspectos de la prisión», sostuvo quien dirigió el penal entre 2002 y 2005.

Hay diferentes niveles de seguridad en el interior y el personal pasa lista de los prisioneros hasta siete veces al día.

Image copyrightGETTY IMAGESADX
Image captionLas celdas de ADX son del tamaño de un estacionamiento de auto y su mobiliario está hecho con concreto.

«Los presos están en celdas individuales hasta 23 horas al día y reciben recreación en jaulas individuales. No existe una vista del terreno local, solo vistas del cielo», relató Hood.

Las celdas miden 3,5 metros de largo por dos metros de ancho. Tienen camas, escritorio, taburete y estante, pero todo esto está hecho de concreto, para evitar que puedan moverlo.

También hay un monitor de TV que transmite programas educativos y servicios religiosos. Las ventanas miden casi un metro de alto pero apenas 10 centímetros de ancho. Hay ducha, inodoro y lavabo.

FUENTE: bbc