Algo que vale la pena leer

Gótico botánico

Plantas y árboles, el florido y verde de la naturaleza, seres vivos que proporcionan alimento, sombra, oxígeno y medicamentos sin los cuales los seres humanos dejaríamos de existir. La calma del bosque, el sosiego de un jardín, la abundancia imponente de la selva, belleza y plenitud sin límites. Pero, ¿qué sucede cuando el mundo fantástico vegetal adquiere la dimensión opuesta? Ciertamente, existen centenares de plantas capaces de aniquilar a otros seres vivos con una ínfima gota de su savia o el aroma embriagador de su fragancia.

Según investigaciones de expertos, las plantas poseen alrededor de 700 sensores que les permiten interpretar y responder a su entorno. Olfato, gusto, percepción de la luz, presión atmosférica y del agua, detección de temperatura, respuesta a la gravedad, al electromagnetismo y una impresionante capacidad de memoria y comunicación. Definitivamente, son seres complejos a los que nunca jamás se pensaría en tener como enemigos.  

Si a esas súper habilidades agregamos, además, el ingrediente de la narrativa fantástica y el inquietante gótico de autores clásicos, la combinación se vuelve perfecta para crear un apetecible cóctel de historias que nos harán considerar a las plantas desde una perspectiva completamente distinta.

“Gótico Botánico, cuentos de un verdor perverso” es la compilación editada a cargo de Patricia Esteban Erlés, para editorial Impedimenta, publicado para México en octubre de 2024, que a lo largo de 387 páginas y 18 historias geniales nos lleva desde los experimentos con rosas que prometen la vida eterna; un roble imponente que se transforma en el umbral a un mundo terrorífico; una rosaleda testigo y juez del comportamiento humano; cierta naturaleza depredadora de algunas flores carnívoras; un bosque que regresa a reclamar un terreno expropiado por el ser humano o la invención de un aparato que permite escuchar el lenguaje de las plantas. Desfilan por sus páginas autores de la talla de Nathaniel Hawthorne, M.R. James, Lovecraft y Roald Dahl entre muchos otros.

Una recomendación de lectura fresca y vigorizante para entender por qué, como decía la poeta japonesa Tagami Kikusha, “incluso arrastrándose en la arena, la enredadera florece”.

Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.