Algo que vale la pena leer

Los Caballos de Hitler

“No se puede borrar la historia. De hecho, no es posible entender el presente sin conocerla. Es como tomar un libro enorme y comenzar a leerlo a la mitad. Y el arte, es una parte esencial de esa historia.” Arthur Brand

Durante la Segunda Guerra Mundial, la cancillería de Berlín albergaba las obras de Arno Breker, Josef Thorak y Fritz Klimsch, favoritas ni más ni menos que de Adolf Hitler. En cada conquista, el ejército alemán recolectaba (por no decir robaba), todas las piezas de arte posibles. De esta manera, el Führerpretendía proyectar la soberanía de la raza aria y posicionar Alemania como el eje cultural de la humanidad. Al paso de la Batalla de Berlín, el Ejército Rojo abrió fuego con su artillería provocando la destrucción del recinto y con ello, la supuesta “pérdida” de las emblemáticas obras, entre ellas, dos colosales esculturas de caballos dispuestos en el jardín.

Arthur Brand, detective de arte, ha dedicado su vida a la investigación y recuperación de piezas artísticas mediante técnicas de espionaje e indagaciones policiacas, entre las que se destacan incluso, la recuperación de cuadros de Dalí y Picasso. Según cuenta el autor, en una reunión secreta le fue revelada información sobre el enigma de los caballos de la cancillería alemana. El resultado de su investigación fue publicado por editorial Planeta este 2021, bajo el nombre de “Los Caballos de Hitler”, pesquisa narrada en forma de novela sobre la recuperación de estos monumentos que se creían perdidos para siempre. 

Arriesgando su vida, Brand indaga en los suburbios de falsificadores, mafiosos y terroristas, que colmados de secretos, incertidumbres y redes de poder trafican con el arte.

Existen obras de arte cuyo valor reside en constituirse como testimonios tangibles del pasado, pues su intrínseca relación con el poder les permite ser testigos de las ideas que marcaron su tiempo, porque como bien dijera el propio pintor alemán Paul Klee: “El arte no reproduce aquello que es visible sino que hace visible aquello que no siempre lo es”.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.