Aquí en confianza

Sexto informe; compromiso cumplido

El hecho de que el Gobernador coahuilense sea el mejor calificado del país no es producto de la casualidad. El desempeño de Miguel Ángel Riquelme Solís ha sido ampliamente reconocido por propios y extraños. Es cierto, el mundo de la política siempre dará lugar a críticas y cuestionamientos; sin embargo, hasta los más recalcitrantes adversarios han colocado la gestión del mandatario local en el plano positivo. Con esas credenciales, el titular del Poder Ejecutivo estatal arribó a su sexto informe de resultados; en un austero pero significativo acto, el gobernante ofreció un balance general de su administración a poco menos de seis años de haber iniciado. 

La gestión de Riquelme fue marcada por grandes retos: el creciente clima de inseguridad en el país; los tremendos recortes presupuestales por parte de la federación y, como si lo anterior fuera poco, la llegada de una pandemia sin precedentes que produjo terribles afectaciones en prácticamente todos los ámbitos de la vida pública y privada. Así, pese al contexto adverso, Coahuila se mantuvo de pie. A través de una estrategia de seguridad que implicó la coordinación con las fuerzas federales y las administraciones municipales, fue posible soportar el acecho de la delincuencia para mantener blindado el territorio de la entidad. Con el incremento del 54 por ciento de los ingresos estatales y una administración altamente eficiente, se logró atender a cabalidad las obligaciones gubernamentales, mientras que se redireccionaron los recursos necesarios para hacer frente al cruel ataque del COVID-19. 

Hoy por hoy, nuestro Estado continúa siendo referente a nivel nacional. Coahuila es el Estado más seguro del norte del norte de México y cuenta con una de las policías mejor calificadas del país; el llamado Modelo Coahuila ha sido exportado a otras latitudes al ser considerado como la más efectiva estrategia de seguridad. Lo anterior se convirtió en  una de las principales razones por las que el sector empresarial invirtió – en los últimos seis años – 13 mil millones de dólares para la consolidación de 229 proyectos, gracias a los cuales se generaron 107 mil nuevos puestos de trabajo; ello, acarreó la necesidad de incrementar en 60 por ciento el hospedaje industrial, por lo que ahora se tienen 41 sitios y parques industriales nuevos; además, la entidad ocupa el primer lugar en prestaciones laborales. De hecho, Coahuila genera más empleos formales que diez estados juntos. En materia de desarrollo social, nuestro estado no curte mal las vaquetas, pues se ha afianzado como el primer lugar nacional con menor porcentaje de personas en condición de vulnerabilidad. 

Aquí en confianza, los resultados del gobierno de Miguel Riquelme saltan a la vista; las condiciones de bienestar que aquí se ofrecen hacen de Coahuila una de las mejores entidades para vivir. Las estadísticas y los indicadores hablan por sí solos; es cierto, los números son fríos, pero los rostros que dibujan esperanzas y sonrisas, no. Una muy buena administración llega a su ocaso. Se cumplieron los compromisos y se superaron las expectativas. Pronto iniciará una nueva gestión cuyo titular habrá de asumir importantes retos. Seguramente se dará continuidad a programas y acciones que han reportado buenos resultados, al tiempo que se identificarán áreas de oportunidad para la mejora continua. La experiencia y la juventud serán puestas al servicio de nuestro Estado y, desde ya, se augura el mayor de los éxitos. Un eficiente gobernante se despide y deja su lugar a otro llamado a ser aún mejor; el ciclo continúa para el bien de Coahuila y su gente. 

A finales de 2021, en este mismo espacio me plantee una serie de preguntas que al día de hoy cobran especial vigencia y, por ello, aquí las replico: ¿cómo se hace para mantener la gobernabilidad, al tiempo que se trabaja en un clima de coordinación, entendimiento y respeto a los poderes, sectores, fuerzas políticas y medios de comunicación?; ¿de qué forma se blinda un territorio para mantenerlo alejado de los insistentes embates de la delincuencia organizada?; ¿qué se debe hacer para atraer inversión extranjera en gran cantidad cuando el mundo entero sufre los atroces efectos económicas de la pandemia?; ¿cómo pueden ofrecerse suficientes programas sociales sin rayar en el populismo y al mismo tiempo lograr reducir la pobreza cuando se pertenece a un país en el que las carencias van en franco aumento?; ¿de qué manera se obtiene todo lo anterior en los tiempos en los que el dinero escasea debido a los incesantes recortes presupuestales? No lo sé; pregúntenle a Riquelme. Ahí se los dejo para la reflexión.

Nota. Lo antes expuesto representa  la opinión personal del autor