Aquí en confianza

Aclaraciones 

Nacido en el populoso municipio de Naucalpan de Juárez, en el también populoso Estado de México, Fernando Delgadillo se ha dado gusto componiendo e interpretando cualquier cantidad de temas dentro del género que bautizó como “canción informal”. En 1995, el cantautor incluyó en su disco de estudio “De vuelos y del sol”, la canción que bien podría ser la más corta de las muchas que han salido de su ingenio; el tema se llama Aclaraciones y dura tan solo 75 segundos. Probablemente lo recién relatado a nadie importa, pero sirve de contexto para destacar la importancia de aclarar la información en cualquier ámbito, ello para evitar la toma de decisiones equivocadas o la asunción de criterios imprecisos. 

El debate sobre la mentada militarización del país se ha llevado a cabo en forma tan desordenada que tirios y troyanos han confundido la gimnasia con la magnesia, revolviendo todos los huevos en el mismo sartén. Ante tal escenario, lo primero que debemos aclarar es que la llamada intención militarizadora de la que hablan los malquerientes del régimen cuatritransformado, puede analizarse desde distintos angulos. Por un lado, se encuentran las múltiples tareas que han sido asignadas a los elementos castrenses, las cuales escapan por mucho de las funciones que les corresponden por mandato constitucional; por el otro, la intentona de transmitir el control estratégico, operativo y administrativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional; finalmente – cerrando el triángulo – se encuentra la iniciativa para prorrogar la intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública. 

El segundo dato que hay que aclarar es que esta última iniciativa, misma que planteó la diputada federal Yolanda de la Torre, hoy Presidenta del Poder Judicial de Durango y que luego recogió el mismísimo Presidente de la República, únicamente persigue que el Ejército mexicano pueda seguir prestando sus servicios en el combate al crimen organizado, posponiendo su regreso a los cuarteles hasta el 2028.   

Y ya entrados en gastos, conviene aclarar que la discusión de legisladores y ciudadanos respecto a la referida propuesta debe encontrarse desprovista de cualquier ideología política o filia partidista. Así, una vez que seamos capaces de despojarnos de las etiquetas de chairos o fifís que nos han sido impuestas como estigma polarizador, preguntémonos a nosotros mismos con total honestidad: dada la situación de creciente violencia que se vive en México, ¿podemos darnos el lujo de prescindir de las fuerzas armadas en las tareas de seguridad pública? y, por otro lado, ¿acaso debemos esperar hasta el año 2024 – año electoral, por cierto – para debatir sobre la presencia de los militares en las calles o su regreso a los cuarteles? Por supuesto, la mejor opinión la tiene usted, amable y única lectora; pero, seamos sinceros, ambos sabemos que la coordinación entre las fuerzas civiles y militares sigue siendo indispensable en la lucha contra el flagelo de la delincuencia.

Lo anterior viene a cuento porque el día de ayer arribó a tierras coahuiltecas el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López. El principal inquilino del Palacio Cobián llegó a hasta los feudos del líder Eduardo Olmos con el fin de sostener un diálogo con las y los diputados domésticos sobre la iniciativa para reformar el quinto artículo transitorio de la Constitución. En un acto sin precedentes, el representante del Ejecutivo Federal, el Gobernador de Coahuila y los integrantes del Congreso Local, dieron a conocer sus puntos de vista sobre el mencionado proyecto. Por supuesto no faltó quien, aprovechando el momentáneo protagonismo, hizo gala del aspaviento y del ademán exagerado con el único propósito – sin éxito – de llevar agua a su molino; por lo demás, el ejercicio republicano fue digno de encomio. 

Aquí en confianza, en el encuentro de marras el mandatario coahuilense fue contundente al afirmar que la propuesta que estaba a punto de discutirse constituye una nueva oportunidad para fortalecer a las instituciones de seguridad estatales y municipales, pero esa tarea debe hacerse desde ya – sentenció – por lo que se requieren urgentemente los recursos para ello.  De esa manera, Miguel Riquelme mostró nuevamente que los emblemas y colores salen sobrando cuando de la seguridad de todas y todos se trata, pues como él mismo lo aseguró al sugerir a las y los legisladores locales acompañar con responsabilidad la iniciativa: “es por el interés superior de México y de la patria”. Ahí se los dejo para la reflexión.