Aquí en confianza

Despenalización del aborto; la película que nadie vio 

Mientras el país entero recibía todo género de información sobre el ungimiento (con báculo incluido) de quien abanderará al partido oficial en la elección presidencial de 2024 y se afirmaba que – por vez primera en la historia – esta tierra sería gobernada por una mujer, ello tras la designación de la representante del bloque opositor para la referida contienda, las mujeres mexicanas alcanzaban una nueva conquista en la incansable e inacabada lucha por el reconocimiento de sus derechos. 

Poco, muy poco se habló al respecto, pues el tema electoral todo lo eclipsa en una nación altamente polarizada como la nuestra. Pero, aunque esta película nadie la vio, nunca será tarde para abordar el reciente acontecimiento que puso de plácemes a quienes portan con orgullo el pañuelo verde y aportan positivamente a la causa feminista; me refiero al fallo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el cual se despenalizó el aborto a nivel federal. La decisión adoptada por unanimidad se traduce en la obligación que ahora tienen las instituciones de salud pública, entiéndase IMSS, ISSSTE o servicios de salud de PEMEX, de ofrecer abortos seguros cuando así sea solicitado por sus derechohabientes; además, el alto tribunal determinó que, en ningún caso, el personal médico podrá ser criminalizado por intervenir en la interrupción del embarazo cuando tenga lugar en las condiciones antes relatadas. 

La resolución de marras vino a apuntalar el histórico fallo de 2021 en el que se estableció que ninguna mujer debía ir a la cárcel por abortar y, gracias al cual, las y los juzgadores del país asumieron la obligación de desechar las casusas penales que en ese sentido les fueran turnadas. En aquella ocasión, fue precisamente Coahuila la entidad a la que se ordenó modificar su legislación para suprimir el tipo penal del aborto. Ante la referida sentencia, lo esperable era que los congresos estatales llevaran a cabo las reformas pertinentes; sin embargo, el avance ha sido sumamente lento y solo once estados lo han hecho. Pese a ello, la nueva decisión judicial refuerza efectivamente a la anterior. 

La propia Corte resumió en sus redes sociales el contenido de la controversial determinación: “La primera Sala resolvió que es inconstitucional el sistema jurídico que penaliza el aborto en el Código Penal Federal, ya que viola los Derechos Humanos de las mujeres y de las personas con capacidad de gestar”, reza la contundente publicación del máximo órgano jurisdiccional del país. 

Por supuesto, las reacciones de los grupos provida y de algunos sectores de la iglesia católica no se hicieron esperar, por lo que a estas alturas resulta relevante aclarar que despenalizar no equivale a legalizar. Despenalizar el aborto supone que ni las mujeres ni el personal de salud deban enfrentar sanciones penales por participar en la interrupción voluntaria del embarazo. Por tanto, la antes citada resolución no persigue que se difunda o promueva la práctica del aborto en México; por el contrario, la prevención de embarazos no deseados debe ser un tema de atención prioritaria que no es exclusivo de los grupos feministas, sino que nos atañe a todos por igual. 

No es ningún secreto, en el país suceden cientos de miles de abortos cada año, muchos de los cuales se realizan de manera clandestina, en ambientes poco controlados y carentes de las más mínimas medidas de seguridad; de ahí la importancia de la determinación adoptada por la Suprema Corte, pues gracias a esta “quienes decidan de manera voluntaria interrumpir su embarazo en cualquier parte del país, podrán acceder a abortos seguros solicitando la asistencia del sistema de salud federal sin temor a ser encarceladas”; así lo declaró Isabel Fulda, Subdirectora de GIRE, organización feminista promotora del amparo que derivó en la sentencia a la que nos hemos venido refiriendo. 

Aquí en confianza, a los que todavía piensan que la lucha por atributos, prerrogativas y libertades de las mujeres es de reciente cuño, conviene recordarles que el 13 de enero de 1916 se inauguró el primer congreso feminista en México, el cual se llevó a cabo en el Teatro Peón Contreras de la ciudad de Mérida. Ahí, el laureado psiquiatra, pedagogo y escritor Eduardo Urzaiz Rodríguez, pronunció un sentido discurso en el que afirmó: “La mujer de hoy no necesita trovadores que le canten, ni quiere caballeros andantes que por ella rompan lanzas; pide tan solo conciudadanos que reconozcan sus derechos”. A 107 años de distancia, las palabras del fundador y primer Rector de la Universidad Autónoma de Yucatán aún resuenan en cada rincón y cobran renovada vigencia.   

Nota. Lo antes expuesto representa la opinión personal del autor