Aquí en confianza: El cáncer no está en cuarentena

“Por un beso de la flaca daría lo que fuera, por un beso de ella aunque solo uno fuera …”. Sí alguna vez cantaste a todo pulmón ese tema, mismo que se incluyó en el álbum debut lanzado en 1996 por la emblemática agrupación española Jarabe de Palo, entonces, como yo, ya no te cueces al primer hervor y te acercas peligrosamente a los grupos de riesgo en una pandemia cualquiera.

 

Se dice que a los doce años sostuvo su primera guitarra y adquirió algunos discos de cuyos artistas recibió cierta influencia. El músico, compositor y vocalista catalán Pau Donés Cicera, integró al menos un par de bandas antes de consolidar el proyecto que lo llevaría al éxito. Fue en un viaje a Cuba cuando, prendado de una “tremendísima mulata” de nombre Alsoris Guzmán, a la que vio por vez primera en el lugar conocido como La Tasca, escribió la letra de “La flaca”, canción que se convertiría en un verdadero himno del rock pop en español de los noventas.

 

Pau ya no está entre nosotros; el cáncer de colón con el que lidiaba desde el año 2015 finalmente le ganó la partida. Colosal lucha le dio el barcelonés, pero ésta no resultó suficiente; murió con apenas 53 años de edad, como muchos otros que caen en forma anticipada víctimas del terrible mal.

 

El cáncer no está en cuarentena; no respeta la sana distancia; no se encuentra en paro técnico ni se fue de vacaciones. Pau lo supo en sus últimos días; cientos de miles lo saben ahora.

 

En México, de acuerdo con datos oficiales, las defunciones por cáncer se han incrementado en 22 por ciento desde el 2010, siendo las mujeres las más afectadas. Esta temible enfermedad provoca el deceso de 14 de cada cien mexicanos al año y es la tercera causa de muerte en nuestro país, tan solo por debajo de los padecimientos cardiovasculares y la diabetes. Según la OMS, en el 2018, el cáncer cobró la vida de 9.6 millones de persona a lo largo y ancho del planeta.

 

Si las cifras antes expuestas son escalofriantes, más lo es la atención que se ofrece en esta bendita tierra a los pacientes de la atroz afección.

 

El desabasto de medicamentos que se venía arrastrando desde la segunda mitad del 2018, se agudizó a partir de la contingencia sanitaria que tiene en vilo a la humanidad. Los ya de por si insuficientes recursos para la salud han sido destinados casi en forma exclusiva para hacer frente al COVID-19, lo que indudablemente ha provocado la desatención de otro tipo de padecimientos.

 

A tal grado ha llegado el descontento que a finales del mes pasado se llevó a cabo una nueva manifestación en la CDMX  (otra más) con el propósito de exigir al Gobierno de la República su intervención para dotar a los hospitales y centros de salud de los insumos necesarios para combatir al cáncer, principalmente el detectado en niños. “Si la pandemia no los va a matar, los matará el desabasto”, fue una de las consignas que podían escucharse durante la marcha que dio inicio en el llamado Ángel de la Independencia.

 

Al respecto, y como todo se reduce a una cuestión de pesos y centavos, vale la pena destacar una de cal por las que van de arena. Resulta que para el beneplácito tanto de Tirios como de Troyanos, ahora las arcas públicas cuentan con dineros que no se encontraban proyectados. “!Bendito sea mi padre Dios!”, dijera con tono lastimero la artífice de los chanclazos recibidos y única lectora.

 

Como un verdadero bálsamo, hace apenas unos días se anunció que la recaudación en México se incrementó 9.2 por ciento con relación al primer trimestre del año anterior, lo que, en términos reales, representa un monto de 25 mil 300 millones de pesos adicionales a lo programado. ¡Enhorabuena por ello!

 

Entonces, sí ahora se cuenta con mayores recursos, ¿pueden comprarse suficientes medicinas para los enfermos de cáncer? La respuesta es no. Y es que a decir de la SHCP, el aumento en la captación fiscal compensó la caída de los ingresos petroleros que se produjo al inicio del año; luego, como el presupuesto ya está debidamente etiquetado y se encuentra dirigido en buena medida a la realización de las obras emblemáticas del actual régimen como el recién iniciado Tren Maya, los necesarios insumos para la salud deberán continuar en el cajón de los más profundos anhelos.

 

Aquí en confianza, pese a lo poco alentador del panorama, a quienes día a día pelean contra la enfermedad con valentía y arrojo, habrá que decirles desde el corazón ¡ánimo!, pues como lo escribió el periodista de origen ingles John Diamond: “el cáncer es una palabra, no una sentencia”.