Aquí en confianza: Periodismo en México; profesión que mata

Como nunca antes en la historia, la delegación mexicana integrada por 544 atletas, 15 de los cuales son de origen coahuilense, cosechó un total de 136 medalla en los Juegos Panamericanos celebrados en la capital peruana; de esa forma, México se colocó en el tercer sitio del medallero, hecho que no ocurría desde hace 64 años. ¡Sí mamá! (única lectora) desde 1955, cuando se realizó la segunda edición de la competencia continental, nuestro país no lograba ubicarse en una posición privilegiada dentro de la tabla general; en aquel entonces los compatriotas pudieron presumir 58 preseas; esta ocasión la cifra es –  por mucho – mayor. De hecho, en cada día, de los 19 que duró la justa deportiva, los mexicanos se alzaron por lo menos con un metal dorado, siendo el pasado 10 de agosto la fecha más productiva, en la que nuestros representantes consiguieron colgarse nada menos que 10 galas áureas.

Gracias a los mencionados resultados y al bonito souvenir que la ex velocista Ana Gabriela Guevara entregó al primer mandatario, la polémica que ha envuelto en los últimos meses a la CONADE parece alejarse de la escena nacional. Pocos se acuerdan que el organismo se encuentra aun sujeto a investigación por parte de la Secretaría de la Función Pública por presuntos actos de corrupción; esto sin contar las recurrentes quejas de atletas mexicanos, quienes han denunciado públicamente la reducción y atraso en el pago de las becas a las que son acreedores. Pero esa es otra historia; hoy por hoy, el deporte mexicano esta de plácemes.

No siempre encabezar una lista es motivo de orgullo. De acuerdo a recientes estudios de algunas organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas; Reporteros sin fronteras y Artículo 19, entre otras, México ocupa el nada honroso primer sitio respecto a homicidios de comunicadores. En lo que va del presente año, nuestro país a registrado diez asesinatos de esta naturaleza en diferentes entidades, siendo el más reciente el de Edgar Alberto Nava López, quien se desempeñaba como director del portal de noticias La Verdad de Zihuatanejo. Tan delicada es la situación, que la tierra del águila y el nopal se coloca por encima de naciones con largos conflictos armados; Afganistán contabiliza tres casos, mientras que Paquistán y Somalia suman dos cada uno. Expertos en la materia aseguran que existe una marcada diferencia entre países que atraviesan crisis bélicas y los que no. Allá los informadores mueren en el fuego cruzado; aquí, ellos son el objetivo.

Al respecto, la CNDH ha sido contundente. Según el organismo de marras, entre el 2000 y el 2019, en México han sido asesinados 152 periodistas. Veracruz es el estado con mayor incidencia, registrando 23 casos; le siguen Guerrero, con 17; Oaxaca y Tamaulipas, con 16 y Chihuahua, con 14. El Ombudsman confirmó que el número de homicidios de comunicadores en los primeros meses de 2019 ya superó la cantidad de los ocurridos en todo el año pasado; incluso los tres últimos casos sucedieron en la misma semana (entre el 30 de junio y el 2 de agosto). Así, México concentra el 38.46% del total de ataques fatales a informadores en todo el mundo. Como si esto fuera poco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estima que el 89% de las investigaciones relacionadas con este flagelo no se han resuelto, por lo que la impunidad es otro factor a considerar.

Las ominosas agresiones en contra de los representantes de los medios de comunicación ponen sobre la mesa dos aspectos altamente preocupantes. Por un lado, resulta paradójico que en un territorio que muestra las terribles estadísticas a las que me he referido, se cuestione ácidamente a quienes ejercen la tarea de informar, por no “portarse bien” con el Presidente y sus huestes, promoviendo de esa forma la autocensura.  Por el otro, el mecanismo de protección para personas defensoras de Derechos Humanos y periodistas, poco a poco está quedándose sin recursos y no parece ser una prioridad para el Gobierno de la República. No pretendo exagerar; para muestra, cito lo afirmado por Aarón Mastache en su pasada comparecencia en el Senado de la República: “las solicitudes de protección al mecanismo de la Secretaría de Gobernación se han disparado en lo que va del 2019… el fondo se acabará en septiembre…”.

Aquí en confianza, la indispensable labor de ofrecer información relevante e imparcial para un sano debate púbico, debe ser valorada y respetada desde las instituciones y en todos los ámbitos. Ahora como nunca cobra vigencia la consigna que sirvió de título para el documental que se lanzó a un año del homicidio de Javier Valdez, fundador del rotativo RíoDoce, quien de rodillas, con las manos sobre los muslos y su infaltable sombrero, recibió doce balazos por parte de los sicarios que le arrancaron la vida: “No se  mata la verdad matando periodistas”. Ahí se los dejo para la reflexión.