Beijing aclara el ‘misterio’ del globo espía: es un instrumento para medir el clima

El Gobierno de China se disculpó con Estados Unidos por la entrada involuntaria del aparato, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores.

El ministerio de Asuntos Exteriores de China explicó este viernes que un globo que Estados Unidos sospecha que realizaba tareas de espionaje en realidad es una “aeronave” civil utilizada con fines de investigación… principalmente meteorológica.

Según el comunicado, el aparato tenía una capacidad limitada de maniobra y “se desvió mucho de su rumbo previsto” debido a los vientos.

El Gobierno de China lamenta la entrada involuntaria de la aeronave en el espacio aéreo estadounidense, dijo el ministerio.

Un alto funcionario de Defensa de Estados Unidos dijo a los reporteros en el Pentágono que el Gobierno tenía “mucha seguridad” de que el globo estaba sobrevolando lugares sensibles para recopilar información. Uno de los sitios donde fue visto fue en Montana, que alberga uno de los tres campos de silos de misiles nucleares del país, en la Base Malmstrom de la Fuerza Aérea.

El Pentágono aclaró que decidió no derribarlo por temor a las heridas que pudiera causar a la gente en tierra. El oficial de la Defensa dijo que se ha determinado que el globo es de valor “limitado” en cuanto a proporcionar información que no se pudiera obtener por medio de satélites espía y otras tecnologías.

No estaba claro qué sucederá con el globo si no es derribado.

¿Blinken viajará o no a China?

Los informes salieron a la luz en momentos que el secretario de Estado, Antony Blinken, prevé realizar su primer viaje a Beijing este fin de semana. No ha habido anuncio formal de la visita y en principio no estaba claro si el descubrimiento del globo afectaría sus planes de viaje.

Mao dijo que no tenía información al respecto.

Blinken sería el funcionario de mayor jerarquía del gobierno del presidente Joe Biden que visita China. Su misión será mitigar un fuerte deterioro de las relaciones bilaterales, con disputas comerciales y una posición cada vez más agresiva de Beijing hacia Taiwán y el Mar del Sur de la China.

El Financiero