China niega veto al iPhone… pero advierte ‘problemas de seguridad’ en dispositivos

Hasta ahora China no ha lanzado leyes o reglamentos para prohibir la compra de iPhones pero se teme que el veto se extienda a empresas respaldadas por el estado.

China señaló problemas de seguridad con los iPhone, marcando los primeros comentarios del gobierno después de una serie de informes que decían que las autoridades están tomando medidas para restringir el uso de los productos de Apple por parte de los funcionarios.

“Nos dimos cuenta de que ha habido muchos informes en los medios sobre incidentes de seguridad relacionados con los teléfonos Apple”, dijo el miércoles la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, en una rueda de prensa habitual en Beijing.

China planea ampliar la prohibición del uso de iPhones a una plétora de empresas y agencias respaldadas por el estado, informó Bloomberg News este mes, una señal de los crecientes desafíos para Apple en su mayor mercado extranjero y base de producción global. Varias agencias han comenzado a ordenar al personal que no lleve sus iPhone al trabajo.

“China no ha emitido leyes ni reglamentos para prohibir la compra de teléfonos Apple o de marcas extranjeras”, dijo Mao, añadiendo que el gobierno concede “gran importancia” a la seguridad y que todas las empresas que operan en China deben cumplir con sus leyes y reglamentos.

Los comentarios de Mao sobre los incidentes de seguridad fueron ligeramente diferentes en la traducción oficial al inglés de la conferencia de prensa. Esa traducción, entregada simultáneamente in situ por el ministerio, omitió la referencia a los “informes” de los medios. Las sesiones informativas del Ministerio de Asuntos Exteriores suelen estar rigurosamente controladas y las respuestas de los portavoces suelen estar escritas con antelación y con traducciones coherentes.

La conferencia de prensa se produjo pocas horas después de que Apple presentara su último modelo del dispositivo estrella, el iPhone 15. La compañía presentó cuatro nuevos modelos, manteniendo el ritmo de las últimas generaciones: el iPhone 15, 15 Plus, 15 Pro y 15 Pro Max. Las acciones de Apple cayeron menos del 1 por ciento en las operaciones previas a la comercialización en Estados Unidos.

Apple se ha enfrentado a una serie de problemas de seguridad en los últimos meses. Un iPhone perteneciente a un empleado de una organización de la sociedad civil con sede en Washington fue pirateado remotamente con software espía creado por el grupo NSO de Israel. Apple confirmó el ataque y publicó un parche la semana pasada para solucionar el problema.

El Servicio Federal de Seguridad de Rusia, conocido como FSB, acusó en junio a una agencia de inteligencia estadounidense no identificada de piratear varios miles de iPhones. Los ataques estuvieron relacionados con tarjetas SIM registradas por diplomáticos radicados en Rusia, incluidos algunos de China, dijo.

Apple no comentó en ese momento si algún teléfono ruso había sido vulnerado, pero un portavoz dijo que la compañía no ayudó a ningún gobierno en el presunto ataque, como dio a entender el FSB.

Si Beijing sigue adelante con la prohibición del iPhone, el bloqueo sin precedentes será la culminación de un esfuerzo de años para erradicar el uso de tecnología extranjera en entornos sensibles, coincidiendo con el esfuerzo de Beijing para reducir su dependencia del software y circuitos estadounidenses.

Hace poco más de una semana, Huawei Technologies presentó silenciosamente un teléfono inteligente con un chip unos años detrás de la vanguardia, que los medios estatales chinos aclamaron como un triunfo sobre las sanciones estadounidenses destinadas a frenar el ascenso del país.

Beijing ha establecido leyes para restringir severamente el flujo de información más allá de las fronteras de China y reforzar su control sobre las enormes cantidades de datos que serán clave para controlar la segunda economía del mundo. Si bien Apple ha mantenido durante años los datos de los usuarios chinos completamente en el país a través de una asociación con un operador de centros de datos respaldado por el estado, otras empresas extranjeras han luchado con nuevas regulaciones que temen puedan obstaculizar su capacidad para operar.

Esas reglas otorgan al gobierno del presidente Xi Jinping el poder de cerrar o multar a empresas que filtren o manejen mal información confidencial. Este año, Beijing también aplicó una ley antiespionaje que las multinacionales extranjeras temen que pueda otorgar a las autoridades poderes sin precedentes para reprimir sus operaciones.

En el caso de Apple, una prohibición amenaza con erosionar su posición en un mercado que genera alrededor de una quinta parte de sus ingresos y desde donde fabrica la mayoría de los iPhones del mundo a través de fábricas en expansión que emplean a millones de chinos. Varios analistas han argumentado que el nuevo teléfono de Huawei le quitará cuota de mercado a Apple, junto con sus competidores nacionales.

Veto al iPhone en China: Lo que dice Bloomberg

La prohibición extendida de China sobre el uso de iPhones en agencias gubernamentales es un comodín que podría frenar nuestro escenario de recuperación de las ventas de iPhone el próximo año.

El fallo prohíbe el uso de equipos fabricados en el extranjero en departamentos sensibles, aunque no creemos que Apple obtenga ingresos notables por vender a este mercado final. Sin embargo, el impacto de esta directiva en el comportamiento de los consumidores chinos no está claro.

Aunque las ventas en China se aceleraron en el tercer trimestre fiscal, un aumento del sentimiento nacionalista podría perjudicar las perspectivas de Apple.

Por ahora, no está claro cuántas empresas o agencias podrían eventualmente adoptar restricciones a los dispositivos personales, y hasta el momento no ha habido ninguna orden judicial formal o escrita, informó Bloomberg News.

Es probable que las empresas u organizaciones estatales difieran en el grado de rigor con el que hacen cumplir dichas prohibiciones: algunas prohíben los dispositivos Apple en el lugar de trabajo, mientras que otras podrían prohibir por completo a los empleados su uso.

El Financiero